/ martes 10 de diciembre de 2019

“Ya me la arrancaron, le quitaron la vida...”: Lloran a Michelle

Nos invade la tristeza, el dolor, la impotencia, la rabia, denuncian familiares; deja en la orfandad a una pequeña de año y medio

Culiacán Sin.- La noche fría del fin de semana caía sobre la capital cuando los teléfonos zumbaron avisando la tragedia; una mujer herida de bala al sur de la ciudad. Una tétrica costumbre en Culiacán que no se cansa de parir impunidad y muerte.



Tirada en el suelo con sus ropas empapadas de sangre se componía una escena más de dolor e impotencia. La madre de la muchacha la sostenía en brazos mientras gritaba: "¡ya me la arrancaron, le quitaron la vida!"

Familiares y curiosos rondaban el páramo de luz amarillenta del crimen y el principal sospechoso: su pareja, se mostraba estoico y burlesco.

Cuatro tiros de una .380 había recibido la joven y a pesar de las indicaciones de los peritos de no contaminar el área, el sospechoso y sus amigos entraban y salían del lugar con botes de cerveza en la mano y gesto indiferente, negando cualquier responsabilidad. La madre y tías de la joven le gritaban y maldecían.

Michelle, de 21 años, había sido asesinada a tiros a las afueras de su domicilio.

Y mientras las dependencias públicas que se encargan de aplicar la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres celebran “16 días de activismo contra la violencia de género”, pintando manitas y realizando talleres y cursos, en Sinaloa siguen matando mujeres.

“Nos invade la tristeza, el dolor, la impotencia, la rabia y tantos sentimientos… Cuántas más? Maldito gobierno!!! Una más en la lista. Hoy asesinan a mi sobrina a balazos. Michelle Stefany 21 de años y dejas una niña de 1 año que solo dice mamá. Y un gran dolor que no se puede describir. Exijamos justicia. ¡Todas somos Michelle!”, denuncia Mayra una de las tías de la joven asesinada.

La historia de la joven, que era madre de una bebé de menos de dos años, es de esas que nadie quiere escuchar: dos años de relación con un hombre violento, posesivo y celoso. A quien conoció estando en la preparatoria y por el que la dejó para irse a vivir juntos a criar a la criatura que se gestaba en su vientre.

El brillo de la joven se fue apagando con el tiempo, su rostro pálido y fino no volvió a tocar el maquillaje, su gusto por cantar desapareció junto con las salidas con sus amigos. Las prohibiciones se hicieron más duras y todos notaban los pellizcos discretos, los gritos nocturnos y los moretones púrpuras que gritaban auxilio.

Una serie de atropellos y episodios violentos vivió Michelle durante ese tiempo por parte de su pareja, y según relatan sus familiares, ya veían venir una tragedia. Su tía, Mayra, le recomendó interponer denuncia para que le dieran una orden de restricción a mediados de septiembre, para después irse a vivir con ella.

Durante el mes posterior a que la orden de restricción entrara en vigor, la pareja de Michelle se aparecía en el domicilio donde se encontraba la joven para amenazarla y golpear la puerta con piedras y patadas. Aunque la madre de Stefany alertaba a las autoridades, las patrullas no llegaban hasta dos horas después: indiferentes y ausentes.

En las tardes se veía una sombra vigilante en la esquina de la casa de la mamá de Michelle, donde vivió por un mes con su hija. Las miradas embriagadas de odio parecían atravesar las ventanas y golpear a la joven que por miedo no se atrevía a salir. Y por ese mismo temor decidió regresar con él, pues prefería mantener las cosas en paz a seguir arriesgando a su familia a la cual había amenazado de muerte.

Durante el proceso posterior a la denuncia, ningún organismo o dependencia en pro de los derechos de las mujeres se acercó a Michelle. Las dirigentes de diferentes instancias se vanagloriaban de resultados inexistentes en eventos públicos triviales, y defendían fúricas su "hueso" como debieron defender a Stefany y a todas las mujeres asesinadas de Sinaloa.

Ahora Michelle reposa en un ataúd blanco y pulcro frente a la indignación e impotencia de su familia que exige justicia y reprocha la inacción de la autoridad, esa autoridad que dejó libre al principal sospechoso y permitió que durante las declaraciones se burlara del dolor de sus familiares.

Su madre dijo que solo piden justicia, sus ojos cansados de llorar reflejan ese dolor que a todos conmueve que por más discursos y protocolos no se va borrar hasta que los culpables paguen su condena por haber acabado con la vida de Michelle.

"Mi hija no era mala, era una buena muchacha con valores... su único error fue querer a la persona equivocada", dijo la madre de la joven.


Te puede interesar: Localizan a un joven con tiros por la espalda


El dolor que nadie ve queda vigente en la pequeña hija de Michelle que sus primeras palabras están ya manchadas de sufrimiento cuando pregunta por su mamá antes de dormir. Ese dolor que las cifras nunca van a alcanzar a mostrar ni tampoco serán suficientes 16 días de activismo para solucionarlo.

42

mujeres han muerto de forma violenta en este año en Sinaloa, según cifras de la Fiscalía.


Leer mas aquí:


Culiacán Sin.- La noche fría del fin de semana caía sobre la capital cuando los teléfonos zumbaron avisando la tragedia; una mujer herida de bala al sur de la ciudad. Una tétrica costumbre en Culiacán que no se cansa de parir impunidad y muerte.



Tirada en el suelo con sus ropas empapadas de sangre se componía una escena más de dolor e impotencia. La madre de la muchacha la sostenía en brazos mientras gritaba: "¡ya me la arrancaron, le quitaron la vida!"

Familiares y curiosos rondaban el páramo de luz amarillenta del crimen y el principal sospechoso: su pareja, se mostraba estoico y burlesco.

Cuatro tiros de una .380 había recibido la joven y a pesar de las indicaciones de los peritos de no contaminar el área, el sospechoso y sus amigos entraban y salían del lugar con botes de cerveza en la mano y gesto indiferente, negando cualquier responsabilidad. La madre y tías de la joven le gritaban y maldecían.

Michelle, de 21 años, había sido asesinada a tiros a las afueras de su domicilio.

Y mientras las dependencias públicas que se encargan de aplicar la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres celebran “16 días de activismo contra la violencia de género”, pintando manitas y realizando talleres y cursos, en Sinaloa siguen matando mujeres.

“Nos invade la tristeza, el dolor, la impotencia, la rabia y tantos sentimientos… Cuántas más? Maldito gobierno!!! Una más en la lista. Hoy asesinan a mi sobrina a balazos. Michelle Stefany 21 de años y dejas una niña de 1 año que solo dice mamá. Y un gran dolor que no se puede describir. Exijamos justicia. ¡Todas somos Michelle!”, denuncia Mayra una de las tías de la joven asesinada.

La historia de la joven, que era madre de una bebé de menos de dos años, es de esas que nadie quiere escuchar: dos años de relación con un hombre violento, posesivo y celoso. A quien conoció estando en la preparatoria y por el que la dejó para irse a vivir juntos a criar a la criatura que se gestaba en su vientre.

El brillo de la joven se fue apagando con el tiempo, su rostro pálido y fino no volvió a tocar el maquillaje, su gusto por cantar desapareció junto con las salidas con sus amigos. Las prohibiciones se hicieron más duras y todos notaban los pellizcos discretos, los gritos nocturnos y los moretones púrpuras que gritaban auxilio.

Una serie de atropellos y episodios violentos vivió Michelle durante ese tiempo por parte de su pareja, y según relatan sus familiares, ya veían venir una tragedia. Su tía, Mayra, le recomendó interponer denuncia para que le dieran una orden de restricción a mediados de septiembre, para después irse a vivir con ella.

Durante el mes posterior a que la orden de restricción entrara en vigor, la pareja de Michelle se aparecía en el domicilio donde se encontraba la joven para amenazarla y golpear la puerta con piedras y patadas. Aunque la madre de Stefany alertaba a las autoridades, las patrullas no llegaban hasta dos horas después: indiferentes y ausentes.

En las tardes se veía una sombra vigilante en la esquina de la casa de la mamá de Michelle, donde vivió por un mes con su hija. Las miradas embriagadas de odio parecían atravesar las ventanas y golpear a la joven que por miedo no se atrevía a salir. Y por ese mismo temor decidió regresar con él, pues prefería mantener las cosas en paz a seguir arriesgando a su familia a la cual había amenazado de muerte.

Durante el proceso posterior a la denuncia, ningún organismo o dependencia en pro de los derechos de las mujeres se acercó a Michelle. Las dirigentes de diferentes instancias se vanagloriaban de resultados inexistentes en eventos públicos triviales, y defendían fúricas su "hueso" como debieron defender a Stefany y a todas las mujeres asesinadas de Sinaloa.

Ahora Michelle reposa en un ataúd blanco y pulcro frente a la indignación e impotencia de su familia que exige justicia y reprocha la inacción de la autoridad, esa autoridad que dejó libre al principal sospechoso y permitió que durante las declaraciones se burlara del dolor de sus familiares.

Su madre dijo que solo piden justicia, sus ojos cansados de llorar reflejan ese dolor que a todos conmueve que por más discursos y protocolos no se va borrar hasta que los culpables paguen su condena por haber acabado con la vida de Michelle.

"Mi hija no era mala, era una buena muchacha con valores... su único error fue querer a la persona equivocada", dijo la madre de la joven.


Te puede interesar: Localizan a un joven con tiros por la espalda


El dolor que nadie ve queda vigente en la pequeña hija de Michelle que sus primeras palabras están ya manchadas de sufrimiento cuando pregunta por su mamá antes de dormir. Ese dolor que las cifras nunca van a alcanzar a mostrar ni tampoco serán suficientes 16 días de activismo para solucionarlo.

42

mujeres han muerto de forma violenta en este año en Sinaloa, según cifras de la Fiscalía.


Leer mas aquí:


Policiaca

Fuerte choque en carretera a Imala deja como saldo un herido

Ocurrió en la zona comercial entre el Nuevo Hospital General y el fraccionamiento Floresta

Local

Al 50 por ciento trabajará el comercio local este jueves en el centro histórico de Culiacán

El presidente de la Unión de Locatarios del Centro, dijo que la afluencia es menor y que los hechos delictivos no ayudaron en incremento las ventas

Local

¿Cuánto cuesta celebrar una fiesta en el Parque 87? Esto es lo que sabemos

El área de juegos mecánicos está disponible para los juegos mecánicos