En el último año, los agentes migratorios de Estados Unidos desplegados en la frontera con México han sido víctimas de al menos 187 agresiones desde nuestro territorio, que han dejado un saldo de 62 oficiales heridos, una cifra nunca antes registrada por la corporación policial estadounidense.

De acuerdo con un reporte interno de la Patrulla Fronteriza, al que El Sol de México tuvo acceso, los ataques no sólo han aumentado en número sino también en intensidad, pues además de piedras, las agresiones han incluido armas de fuego y hasta artefactos explosivos de fabricación casera, tipo granadas, que regularmente son construidas por expertos.

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“Lamentablemente los incidentes en contra de nuestros agentes han sido frecuentes durante el año fiscal 2022, que comprende del 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre próximo; 62 de nuestros oficiales han sido lastimados. Estos ataques se han registrado a lo largo de toda la frontera sur y han ido subiendo en peligrosidad pues han estado involucradas armas cada vez más sofisticadas y letales, como artefactos explosivos de fabricación casera que pueden lanzarse desde distancias más lejanas para no ser identificados los atacantes”, subraya el informe.

Señala al narcotráfico y a los traficantes de personas, conocidos como polleros, como los principales agresores de sus agentes, aunque también a los migrantes que intentan ingresar de manera ilegal a Estados Unidos. “Estos ataques reflejan el método cobarde de las organizaciones criminales transnacionales quienes instruyen a los migrantes a evadir la detención a como dé lugar”, agrega el documento.

Asimismo, afirma que el aumento de la cooperación entre la Casa Blanca y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para reforzar la seguridad en la frontera común y frenar el paso a indocumentados y el tráfico de drogas y armas “han empujado al crimen organizado a buscar métodos más agresivos y sofisticados” para continuar delinquiendo.

El incremento de los ataques ha obligado la intervención del Buró Federal de Investigaciones (FBI) para dar con los responsables. Según el reporte, al menos 70 investigaciones se encuentran abiertas y sólo once personas han sido detenidas por agresiones.

En una de las agresiones documentadas por las autoridades migratorias, un oficial que transitaba con su vehículo por un área cercana a la frontera entre Texas y México identificó a un grupo de migrantes que buscaban internarse a territorio estadounidense, al intentar detenerlos bajó de su unidad y minutos después comenzó a ser atacado con piedras desde lado mexicano. Al solicitar refuerzos, el oficial identificó entre los objetos que le lanzaron un artefacto tipo granada del que salía humo por lo que decidió resguardarse en su unidad. Minutos después el artefacto explotó, arrojando algunos clavos y papel, considerados como letales.

En agosto del año pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del sector El Paso dio a conocer un segundo ataque en menos de una semana con arma de fuego desde el otro lado de la frontera a uno de sus agentes asignado a la estación de la Patrulla Fronteriza de Ysleta.

De acuerdo con las autoridades, los hechos ocurrieron aproximadamente a las 12:30 a.m., cuando un agente asignado a un área al sur de la salida de Midway Drive en la carretera 375 informó haber escuchado disparos cerca de su ubicación. Autoridades dijeron que el agente salió inmediatamente de su vehículo y se cubrió.

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Se informó que aproximadamente cinco rondas fueron disparadas hacia el agente desde el lado mexicano. CBP dijo que ninguna de las balas alcanzó al agente ni a su vehículo y se notificó de inmediato a las autoridades policiales mexicanas.

“Los agentes de la Patrulla Fronteriza están bien capacitados, equipados y permanecen vigilantes mientras llevan a cabo su misión de seguridad nacional”, se lee en una declaración de CBP.

“Estos ataques son un recordatorio de que los delincuentes no se detendrán en nada para promover sus actividades ilegales”, añade.