/ domingo 17 de junio de 2018

Se “extingue” la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión

Desde mayo la Cámara de Diputados está desolada; después del 1 de julio, la “mudanza” deberá estar lista

En la Cámara de Diputados y en el Senado de la República se “extingue” la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión. En San Lázaro las oficinas están abandonadas desde principios de mayo, otras selladas, y un edificio dañado por los sismos de septiembre de 2017 fue totalmente desalojado; en su lugar, se improvisaron “remolques” para los legisladores que ahí despacharán hasta septiembre-octubre de 2020.

Los legisladores gozan de un largo receso de cuatro meses, período que se juntó con las elecciones presidenciales y que hizo imposible llegar a acuerdos. Además se registró un chapulineo como pocas veces se había visto.

El recinto legislativo de San Lázaro tuvo muchos movimientos en sus curules con 282 diputados que solicitaron licencias; otros 194 suplentes rindieron protesta; 93 se reincorporaron; y 37 se fueron de forma definitiva.

En ambas cámaras, el plazo vence en julio para entregar auditorías e inventarios de bienes inmuebles. Aquellos legisladores que no integran la Comisión Permanente –y que ya no asisten al recinto legislativo– han dejado de usar vehículos oficiales, los cuales se encuentran resguardados en los estacionamientos subterráneos.

Las oficinas han sido desocupadas de todo tipo de documentos y accesorios personales.

Un día después del 1 de julio, la “mudanza” de la LXIV deberá estar lista para su arribo: 500 diputados federales y 128 senadores, seguidos de todo un ejército de asesores y ayudantes.

Foto: Laura Lovera

Desde el pasado 30 de abril –fecha en que concluyó el período ordinario–, la Cámara de Diputados abandonó todo tipo de actividad legislativa y dio paso a la inactividad de los casi tres mil sindicalizados y operativos. Y otros mil 500 trabajadores

–aproximadamente– que fueron liquidados en los meses de mayo y junio, por cubrir plazas de honorarios, según acuerdo del Comité de Administración, que autorizó la integración por régimen de contratación para el ejercicio fiscal 2018.

Ante esa medida, hubo protestas de los afectados, pero sin éxito. Y es que la liquidación del personal contratado bajo el régimen de horarios, adscritos a los órganos de gobierno como la Junta de Coordinación Política, la Mesa Directiva y Comité de Administración, así como a las comisiones ordinarias de trabajo y especiales, se realiza cada fin de Legislatura.

Pero la bitácora cotidiana no puede permanecer vacía, por eso hay una programación de actividades que tienen que ver con diplomados, doctorados y cursos de todo tipo.

Un recorrido por distintos edificios y pisos constató el vacío en que está convertida la mole de concreto del llamado palacio legislativo de San Lázaro. Con oficinas selladas, si acaso personal sindicalizado y de confianza en ocio, desesperados por salir antes de turno y los viernes de plano se ausentan ante la falta de mandos.

Después del 1 de julio, cuando se conozca el resultado de la elección presidencial y la conformación del Congreso de la Unión, los nuevos legisladores se presentarán para conocer –muchos de ellos por primera vez– la totalidad de las instalaciones que conforman el recinto legislativo de San Lázaro.

En la Cámara de Diputados y en el Senado de la República se “extingue” la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión. En San Lázaro las oficinas están abandonadas desde principios de mayo, otras selladas, y un edificio dañado por los sismos de septiembre de 2017 fue totalmente desalojado; en su lugar, se improvisaron “remolques” para los legisladores que ahí despacharán hasta septiembre-octubre de 2020.

Los legisladores gozan de un largo receso de cuatro meses, período que se juntó con las elecciones presidenciales y que hizo imposible llegar a acuerdos. Además se registró un chapulineo como pocas veces se había visto.

El recinto legislativo de San Lázaro tuvo muchos movimientos en sus curules con 282 diputados que solicitaron licencias; otros 194 suplentes rindieron protesta; 93 se reincorporaron; y 37 se fueron de forma definitiva.

En ambas cámaras, el plazo vence en julio para entregar auditorías e inventarios de bienes inmuebles. Aquellos legisladores que no integran la Comisión Permanente –y que ya no asisten al recinto legislativo– han dejado de usar vehículos oficiales, los cuales se encuentran resguardados en los estacionamientos subterráneos.

Las oficinas han sido desocupadas de todo tipo de documentos y accesorios personales.

Un día después del 1 de julio, la “mudanza” de la LXIV deberá estar lista para su arribo: 500 diputados federales y 128 senadores, seguidos de todo un ejército de asesores y ayudantes.

Foto: Laura Lovera

Desde el pasado 30 de abril –fecha en que concluyó el período ordinario–, la Cámara de Diputados abandonó todo tipo de actividad legislativa y dio paso a la inactividad de los casi tres mil sindicalizados y operativos. Y otros mil 500 trabajadores

–aproximadamente– que fueron liquidados en los meses de mayo y junio, por cubrir plazas de honorarios, según acuerdo del Comité de Administración, que autorizó la integración por régimen de contratación para el ejercicio fiscal 2018.

Ante esa medida, hubo protestas de los afectados, pero sin éxito. Y es que la liquidación del personal contratado bajo el régimen de horarios, adscritos a los órganos de gobierno como la Junta de Coordinación Política, la Mesa Directiva y Comité de Administración, así como a las comisiones ordinarias de trabajo y especiales, se realiza cada fin de Legislatura.

Pero la bitácora cotidiana no puede permanecer vacía, por eso hay una programación de actividades que tienen que ver con diplomados, doctorados y cursos de todo tipo.

Un recorrido por distintos edificios y pisos constató el vacío en que está convertida la mole de concreto del llamado palacio legislativo de San Lázaro. Con oficinas selladas, si acaso personal sindicalizado y de confianza en ocio, desesperados por salir antes de turno y los viernes de plano se ausentan ante la falta de mandos.

Después del 1 de julio, cuando se conozca el resultado de la elección presidencial y la conformación del Congreso de la Unión, los nuevos legisladores se presentarán para conocer –muchos de ellos por primera vez– la totalidad de las instalaciones que conforman el recinto legislativo de San Lázaro.

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