En su primer informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador demandó al poder legislativo la aprobación de la revocación de mandato, la eliminación del fuero y la aprobación de las consultas popular.
Sin embargo, aseguró que “el ejecutivo ya no interviene en las determinaciones del poder legislativo ni judicial. No se entromete en las decisiones de órganos autonomías”.
Afirmó que no ha intervenido en las decisiones ni en las investigaciones de la Fiscalía General de la República y de la misma manera, respetó las decisiones del Instituto Nacional Electoral y el trabajo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Asimismo, asegura que no interviene en la vida política de los partidos y los sindicatos eligen en libertad a sus líderes.