/ sábado 12 de marzo de 2022

Talabartero de corazón Jorge León, un artesano del cuero

Desde hace más de 30 años, Jorge ha buscado preservar un oficio casi extinto y una tradición de muebles coloniales

Culiacán, Sin.- A sus 59 años de edad, Jorge León López, busca preservar el trabajo de la talabartería en Culiacán, además de mantener vigente el uso de muebles y artículos coloniales, que con las nuevas generaciones, poco a poco han sido desfasados.

Es originario de Culiacán, Sinaloa, y a pesar de que la talabartería no fue su oficio inicial, encontró en esta actividad una pasión con la que ahora sobrevive y provee a su familia.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

En entrevista para El Sol de Sinaloa, Jorge recordó haber iniciado en el mundo del comercio y servicios hace más de 35 años, en ese entonces, se dedicaba a la venta de productos para el campo como, cultivadoras, dragados y artículos para la siembra.

Sin embargo, un buen día decidió implementar a través de un socio, los servicios de talabartería, tal es el caso de la reparación de muebles coloniales, diseño de fundas de cuero, cintos de baqueta, sillas tejidas, extensibles de reloj, fundas para navajas y todo lo que la mayoría de los campesinos o rancheros usan como artículos personales.

Fue ahí, al ver cómo se desenvolvía su socio en este oficio, que poco a poco se fue interesando en la talabartería, al grado de aprender a trabajarla y quedarse él solo al frente de estos servicios.

"Yo me fijaba en lo que hacía él y como a los dos años aprendí a hacerlo y ya poco a poco los trabajos de talabartería los fui haciendo yo todo solo, me gustó mucho este oficio y no lo veo como trabajo más bien lo veo como una pasión, deje el giro a lo que me dedicaba por emplearme en la talabartería de lo mucho que me gustó y lo disfruto", dijo.

Los servicios que más ha realizado durante su trayectoria, son las fundas para credenciales, celulares, navajas, guanteras, carpetas para documentos, reparación de sillas de baquetas, sillas tejidas, reparación de calzado, diseño de cinturones, extensibles, barnizado de muebles y otros artículos hechos de cuero y baqueta.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

PRECISIÓN A DETALLE

Pará emplearse en la talabartería, Jorge se ayuda de una máquina de coser de modelo de más de 80 años de antigüedad, usa agujas zapateras, reglas, lápices, una mesa de corte, en ocasiones resistol, y una trucha para cortar.

Algo que ha ayudado a que Jorge preserve su taller, al cual llamó Talabartería "El Potro", es que se ubica sobre el Mercadito Rafael Buena, uno de los lugares más antiguos, emblemáticos e históricos de Culiacán, en el que abunda la venta de productos coloniales, para el campo, sillas para caballos, loza de barro, artículos de charrería y otros, donde perduran los olores del cuero y la baqueta.

"El localito es mío y aquí todos nos conocemos, al menos los de la línea en la que yo estoy sí. Yo trabajo solo con mi cartera de clientes, tengo algunos que ya fallecieron pero sus familiares siguen trayéndome trabajos", subrayó.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

NO SERÁ UN LEGADO

Jorge León comentó que, durante su matrimonio procreo a tres hijas, mismas que ya están en la edad del matrimonio, son embargo ninguna de ellas quiso proseguir con el legado de la talabartería.

Dos de sus hijas, dijo, ya son mujeres casadas, sin embargo sus yernos ya se desenvuelven en otras áreas por lo que el taller, al ya no estar él en este mundo, podría cambiar de giro a alguno de las profesiones de sus hijas, quienes son administradoras y nutriólogas.

"Yo hubiera querido que el taller se quedara en la familia, pero ellas quisieron estudiar y ninguna se interesó ya de grande en la talabartería, por lo menos el local lo van a usar para emplearlo en lo que ellas se dedican", dijo.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

Dentro de un año, Jorge planea pensionarse, sin embargo asegura que mientras esté vivo, podría brindarle a sus clientes, sus trabajos con el cuero.

35 Son los años que lleva Jorge como comerciante en el Mercadito Rafael Buelna.

80 Son los años de antigüedad que tiene la máquina de coser que todavía usa este artesano.

PARA SABER

La guarnicionería, guasquería o talabartería es el arte de trabajar en diversos artículos de cuero o guarniciones para caballerías.




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Culiacán, Sin.- A sus 59 años de edad, Jorge León López, busca preservar el trabajo de la talabartería en Culiacán, además de mantener vigente el uso de muebles y artículos coloniales, que con las nuevas generaciones, poco a poco han sido desfasados.

Es originario de Culiacán, Sinaloa, y a pesar de que la talabartería no fue su oficio inicial, encontró en esta actividad una pasión con la que ahora sobrevive y provee a su familia.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

En entrevista para El Sol de Sinaloa, Jorge recordó haber iniciado en el mundo del comercio y servicios hace más de 35 años, en ese entonces, se dedicaba a la venta de productos para el campo como, cultivadoras, dragados y artículos para la siembra.

Sin embargo, un buen día decidió implementar a través de un socio, los servicios de talabartería, tal es el caso de la reparación de muebles coloniales, diseño de fundas de cuero, cintos de baqueta, sillas tejidas, extensibles de reloj, fundas para navajas y todo lo que la mayoría de los campesinos o rancheros usan como artículos personales.

Fue ahí, al ver cómo se desenvolvía su socio en este oficio, que poco a poco se fue interesando en la talabartería, al grado de aprender a trabajarla y quedarse él solo al frente de estos servicios.

"Yo me fijaba en lo que hacía él y como a los dos años aprendí a hacerlo y ya poco a poco los trabajos de talabartería los fui haciendo yo todo solo, me gustó mucho este oficio y no lo veo como trabajo más bien lo veo como una pasión, deje el giro a lo que me dedicaba por emplearme en la talabartería de lo mucho que me gustó y lo disfruto", dijo.

Los servicios que más ha realizado durante su trayectoria, son las fundas para credenciales, celulares, navajas, guanteras, carpetas para documentos, reparación de sillas de baquetas, sillas tejidas, reparación de calzado, diseño de cinturones, extensibles, barnizado de muebles y otros artículos hechos de cuero y baqueta.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

PRECISIÓN A DETALLE

Pará emplearse en la talabartería, Jorge se ayuda de una máquina de coser de modelo de más de 80 años de antigüedad, usa agujas zapateras, reglas, lápices, una mesa de corte, en ocasiones resistol, y una trucha para cortar.

Algo que ha ayudado a que Jorge preserve su taller, al cual llamó Talabartería "El Potro", es que se ubica sobre el Mercadito Rafael Buena, uno de los lugares más antiguos, emblemáticos e históricos de Culiacán, en el que abunda la venta de productos coloniales, para el campo, sillas para caballos, loza de barro, artículos de charrería y otros, donde perduran los olores del cuero y la baqueta.

"El localito es mío y aquí todos nos conocemos, al menos los de la línea en la que yo estoy sí. Yo trabajo solo con mi cartera de clientes, tengo algunos que ya fallecieron pero sus familiares siguen trayéndome trabajos", subrayó.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

NO SERÁ UN LEGADO

Jorge León comentó que, durante su matrimonio procreo a tres hijas, mismas que ya están en la edad del matrimonio, son embargo ninguna de ellas quiso proseguir con el legado de la talabartería.

Dos de sus hijas, dijo, ya son mujeres casadas, sin embargo sus yernos ya se desenvuelven en otras áreas por lo que el taller, al ya no estar él en este mundo, podría cambiar de giro a alguno de las profesiones de sus hijas, quienes son administradoras y nutriólogas.

"Yo hubiera querido que el taller se quedara en la familia, pero ellas quisieron estudiar y ninguna se interesó ya de grande en la talabartería, por lo menos el local lo van a usar para emplearlo en lo que ellas se dedican", dijo.

Foto: Mario Ibarra | El Sol de Sinaloa

Dentro de un año, Jorge planea pensionarse, sin embargo asegura que mientras esté vivo, podría brindarle a sus clientes, sus trabajos con el cuero.

35 Son los años que lleva Jorge como comerciante en el Mercadito Rafael Buelna.

80 Son los años de antigüedad que tiene la máquina de coser que todavía usa este artesano.

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