Culiacán, Sin.- El caso de Santiago es sorprendente, sobrevivió a un accidente que involucra a una motocicleta, pero él no la conducía: fue atropellado por la irresponsabilidad de un joven que circulaba a exceso de velocidad realizando acrobacias afuera de una secundaria en la sindicatura de Aguaruto.
El Hospital Pediátrico ha reportado desde enero de 2020 un alto número de menores intervenidos debido a accidentes de motocicleta, muchos de ellos eran quienes conducían una unidad.
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De acuerdo con la Dirección de Programas Preventivos, hasta un 50 por ciento de los accidentes con este tipo de vehículos están involucrados menores de edad.
A Santiago nadie le enseñó a manejar, él iba saliendo de clases el pasado 6 de mayo cuando fue embestido. Quedó tirado en el pavimento, mientras que sus compañeritos de clase pedían auxilio y llamaron a su mamá, quien se encontraba en su casa a unos metros de la escuela secundaria. El reloj marcaba las 12:30 del mediodía.
“Cuando llegué, miré que estaba ahí tirado y todos rodeándolo, me decían que no lo moviera porque el niño ya estaba inconsciente, lo levantamos y lo subimos a la camioneta y me lo llevé a urgencias, ahí me dijeron que el niño no estaba bien” relató Patsy, su mamá.
En el Seguro Social de Culiacán le hicieron una tomografía, en la que no salió con buen pronóstico, tanto que se lo llevaron a urgencias de pediatría donde fue intubado porque se encontraba muy grave.
“¿Intubarlo?, me quedé yo; sí, me contestó la doctora, yo sé que es difícil pero el tiempo corre y el niño corre peligro, si quiere salga, tome aire y coméntelo con sus familiares, porque ocupamos su firma”, recordó.
Patsy se decía a sí misma: “Esto no me está pasando, no me puede estar pasando esto a mí, no daba crédito a lo que estaba pasando, miraba que los doctores se miraban entre sí, como que me querían decir algo pero no se animaban, entonces rompí en llanto”, mencionó.
72 HORAS CRUCIALES
El día sábado, los doctores informaban que Santiago estaba muy delicado de salud, tenía muerte cerebral y sus pulmones y su corazón no estaban trabajando correctamente, por lo que los médicos no le daban esperanzas de vida.
También le dijeron que, por la inflamación cerebral no le permitiría evolucionar; además, Santiago tenía riesgo de perder su ojo izquierdo.
“El doctor nos dijo: lo único que puedo decirles es que está joven, es fuerte y que todo dependía de que él le echara ganas, pero el niño estaba en coma y se les da 72 horas cruciales; salí y a los 15 minutos me dicen: señora acompáñenos, su hijo va a terapia intensiva, pero entrando las puertas de cristal ya no me dejaron pasar, minutos después me dicen que el niño estaba en coma inducido, que tenía traumatismo craneoencefálico”, detalló.
ENCOMIENDA A DIOS
La señora Patsy narró que nunca se despegó de su fe en Dios y después de que su hijo había sido desahuciado con todo el dolor de su corazón decidió entregárselo, para que fuera su voluntad.
“Estoy consciente de que los hijos son prestados y mi voluntad es que mi hijo esté conmigo toda la vida, pero si la voluntad de Dios es otra, pues yo tengo que aceptarla y ni modo”, platicó.
Dos días después, los doctores informaron que la motocicleta le había golpeado su pulmón izquierdo y estaban batallando para bajarle el respirador artificial, es decir, que el niño no estaba respondiendo positivamente.
A las 6 de la tarde, le dijeron que tratarían de que el niño despertara, pero además le notificaron que existía la posibilidad de que al despertar, Santiago tuviera muchas afectaciones porque su cerebro se encontraba inflamado aún.
El lunes se abrió la esperanza: Santi ya estaba respondiendo, pero sólo con movimientos, él no despertaba, pero sí se movía, horas más tarde ya empezaba a despertar, pero no volvía.
Fue el Día de las Madres en la mañana, cuando Santiago volvió nacer, fue el regalo para su mamá. Las primeras palabras de Santiago fueron las siguientes:
“Mami, yo me vi acostado intubado, pero mi alma salió y me fui para con mi abuela”.
Pese a todo lo que pasó en esos días en los que Santiago se encontraba entre la vida y la muerte, el menor no recuerda mucho de lo que sucedió ese día del accidente, mucho menos las primeras palabras que mencionó al despertar, lo único que se le viene a la mente es cuando se encontraba afuera de la institución educativa.
“Me levanté bien norteado, no sabía que estaba haciendo yo en el Hospital y ya escuchando las pláticas entendí lo que había pasado, cuando estuve en coma nada más soñé, como cuando estás dormido, soñé que estaba visitando la casa de mi abuela mi hermano y yo”, platicó Santiago.
Después de este accidente algo cambió en la corta vida de Santiago, a sus 13 aprendió a valorar y a vivir cada instante de la vida, pues en un segundo se puede acabar.
“Yo estuve por poquito a morir, pero aquí andamos, entonces tienes que aprender a valorar y entender que tienes que vivir porque se te puede ir lueguito y en cualquier parte; después de esto quiero vivir como si no hubiera pasado nada, esto fue un milagro para mí, morí y reviví”, subrayó.
Aún se encuentra en recuperación y estará en constante revisión y observación para detectar cualquier secuela que se pueda presentar, por lo pronto, no podrá presentarse a clases hasta dentro de algunos meses.
De enero a abril, la Cruz Roja delegación Culiacán, ha brindado 129 servicios a personas atropelladas, mientras que el año 2021 fueron 181 en el mismo periodo.
