Culiacán, Sin.- En el pasaje comercial del mercado Gustavo Garmendia, los negocios familiares que han creado una tradición por décadas, se rehúsan a dejar morir a las empresas a causa del coronavirus y aunque tuvieron que atravesar por un cierre temporal, siguen firmes en la batalla.
Desde 1990, la familia de José Luis Cisneros, han trabajado en la “Huarachería y zapatería El Chino”, en la venta tradicional del calzado, en donde la atención al cliente es la prioridad número uno para superar las metas financieras de cada año.
El señor, José Luis, aprendió la virtud del comercio cuando sus padres le enseñaron los secretos para mantener a flote un negocio en uno de los puntos más significativos de la capital sinaloense y a sus 19 años empezó a administrar el local.
“Yo llego al mercado en 1990, empecé como cualquier muchacho joven, con ilusiones de salir adelante y gracias a Dios este negocio me ha dado para vivir y sacar adelante a mis hijos”, expresó.
En su andar en el pasaje del mercado municipal, José Luis fue viendo como las ventas se complicaban con la llegada de grandes marcas de calzado y sus nuevos modelos de negocios con la promoción de los vales, pero esos años de dificultad no se comparan con lo que provocó el Covid-19.
Como a todos los empresarios, la pandemia lo agarró desprevenido en sus finanzas, lo que causó en su momento un declive significativo en la venta de calzado, primero con el cierre del mercado Gustavo Garmendia en marzo por la muerte de un locatario y después por ser considerados como negocio no esencial.
El negocio de huaraches tradicionales y calzado que por años fue avanzando hasta que se tuvo la apertura de una segunda sucursal dentro del pasaje del mercado en el 2000, tuvo que buscar nuevas estrategias para mantenerse en el mercado.
Para su dueño, el panorama era aún más complicado al ya no tener la posibilidad de seguir con la misma atención al cliente y el ingresar a las ventas en línea no fue lo más positivo para su negocio.
Después de tres meses de no trabajar en sus locales, José Luis subió las cortinas como en 1990, empezando desde cero y buscando la forma de mantener una actitud positiva para salir adelante y no morir en el intento.
“Pero lo importante es que nosotros siempre tenemos la mentalidad de no ver para atrás, sino ver para delante, siempre positivos, que esto se vuelva a reestablecer, que nunca se pierda”, explicó.
Manteniendo la venta tradicional del calzado, con un contacto directo con el cliente, José Luis se ha percatado que las grandes empresas están regresando a este modelo durante la pandemia.
En su caso, las ventas se mantienen lo suficiente para seguir trabajando y cumplir con el pago de sus trabajadores y gastos fijos, pero la ilusión de la recuperación económica se ve lejana.
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Ahora que ya va a acabar el 2020, un año atípico para todos, la “Huarachería y zapatería El Chino”, seguirá dando la batalla para seguir en el mercado y continuar cosechando nuevas tradiciones en el mercado Gustavo Garmendia.
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