Culiacan, Sin.- Una cosa tenían en común las cuatro mujeres víctimas presuntamente del “chacal” de Las Arenitas, el joven que en 2015 naufragó en una embarcación de poco calado durante 13 días: todas eran jóvenes menores de 30 años y no carecían de belleza. Eran de origen humilde, de un sector vulnerable que buscaba lo mejor en una ciudad sumergida en la violencia.
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Las cuatro fueron asesinadas de manera similar, y aunque la Fiscalía sólo acusó de manera formal al presunto feminicida, busca poder fincarle proceso penal por los otros tres casos.
Un sábado 15 de diciembre de 2018, Cecilia N fue vista por última vez cuando salió de su casa en la colonia El Mirador, un sector construido en una elevada colina del norte de la ciudad y que crece bajo el estigma de sus calles castigadas por la delincuencia y la violencia.
En cuando no se supo más de ella, la familia de Cecilia y sus amigas iniciaron a dar a conocer su fotografía en redes sociales. No perdían la fe que apareciera con vida, pero las más aciagas noticias corrieron cuando su cuerpo fue encontrado en el interior de un dren del oriente de la sindicatura de Costa Rica. Tenía 22 años.
Su hallazgo fue casi por casualidad, cuando el operador de una máquina tipo draga limpiaba de lirios acuáticos y espadaña el dren cercado al ejido Pueblo Nuevo. Sin darse cuenta el trabajador removió el cadáver de la chica, entre las plantas que crecen en la humedad.
La chica todavía cargaba puesto el pantalón color negro y una blusa de tirantes del mismo color con los que había salido de su casa. Ahí empezó la constante en Rosario Alonso, el presunto asesino: usar arma blanca para dar muerte a su víctima. Cecilia tenía heridas profundas en el cuello.
Hallazgo en el panteón
Pero el “chacal” de Las Arenitas, quien acaparó la atención de los medios nacionales cuando el 26 de septiembre de 2015 fue recatado por la Marina cera de San José del Cabo, Baja California Sur, buscaba no levantar sospechas. Por eso dejó pasar dos meses para volver a atacar.
Su siguiente víctima fue encontrada la mañana del 18 febrero en la avenida principal del Panteón 21 de Marzo. En ese momento se dijo que la víctima tenía lo sumo 25 años, y era de complexión robusta, tez morena clara y vestía un pantalón de mezclilla y calzaba zapatos color negro. Llevaba además puesta una prenda de vestir color rojo y un chaleco amarillo.
Al igual que Cecilia, esta víctima de feminicidio también presentaba heridas cortantes en el cuello.
El caso de Mariana
Cuando Mariana fue reportada desaparecida un día después del Día de la Virgen, en diciembre pasado, las alertas se activaron y su familia, acompañada por diversos colectivos de feministas alzaron la voz para denunciar su caso.
Mariana –según la familia- avisó que acudiría la noche del 11 de diciembre al festejo de la Virgen en La Lomita. Horas después ya no se tuvo comunicación con ella por medio de su teléfono celular.
El 13 de diciembre, la Fiscalía General del Estado emitió la Alerta Ámber, pero en ese día su madre dio una conferencia de prensa para denunciar la lentitud de las autoridades para activar los protocolos de búsqueda.
En las redes sociales la fotografía de Lucía Mariana, quien tenía 17 años y era estudiante de la preparatoria Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma de Sinaloa, circuló de manera profusa. Su imagen era acompañada por el grito de guerra de las mujeres contra el machismo y el patriarcado: “Y la culpa no era de Mariana”.
Sin embargo, al final de manera lamentable la adolescente fue encontrada asesinada en un camino de terracería localizado cerca del complejo militar de El Saúz, también en la sindicatura de Costa Rica.
Ana Karen, la cuarta víctima
Ana Karen fue la cuarta víctima de Rosario Alonso. La joven fue encontrada asesinada en el cuarto 110 del motel Gran Sur, ubicado sobre la prolongación Benito Juárez, La Costerita. Ahí, el oriundo de Las Arenitas cometió un garrafal error: se dejó grabar por las cámaras de seguridad del negocio.
Con el registro de sus facciones la madrugada del domingo 26 de enero, a los investigadores de la Policía Investigadora no les fue difícil dar con el ex náufrago, quien apenas gozó un par de días de atención tras la proeza de sobrevivir 16 días en el Mar de Cortés.
Ana Karen, según familiares, había llegado a Culiacán para visitar a su familia y pasarse a una fiesta a la que había sido invitada. No estaría en la capital de Sinaloa más que unos días. Luego regresaría a su natal Hermosillo, Sonora.
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Pero cayó en las manos del “chacal”. Un dictamen forense señala que fue estrangulada en el cuarto del motel citado. Con una pista segura, los investigadores lograron dar con el joven de 32 años, detenerle su trayectoria de sangre e inquina, en donde sus víctimas eran todas mujeres jóvenes.
Ahora, de acuerdo con el Código Penal, Rosario Alonso podría alcanzar hasta 50 años de prisión, si es encontrado responsable del delito de feminicidio, sobre todo si se demuestra en los juzgados que es responsable de los cuatro que hasta ahora se le atribuyen. Un caso que se mantiene abierto, con heridas profundas en un Culiacán golpeado por la violencia sistemática.
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