Culiacán, Sin.- La jornada violenta del jueves 29 de agosto pasado no tuvo la magnitud de los dos Culiacanazos, de octubre de 2019 y de enero de 2023, pues se trató de bloqueos violentos en el tramo de la carretera Internacional México 15, desde La Presita hasta la comisaría de El Limón de los Ramos, pero la conmoción obligó a la ciudadanía a buscar refugio, cerrar negocios y el transporte público dejó de prestar servicio.
Los rastros del “mini” Culiacanazo, minimizado de manera pública por el gobernador Rubén Rocha Moya que esa tarde viajaba a Ciudad de México a una reunión en Palacio Nacional con Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, no fueron visibles en lo fuerte del evento, sino en lo que no se dijo: que el Cártel de Sinaloa mantiene el poder intacto para trastocar la vida de la capital del estado.
Puedes leer:Reportan bloqueos tras enfrentamiento en Paredones, al norte de Culiacán
Bastaron cuatro vehículos incendiados, videos virales de transporte ardiendo en llamas, para que la población civil entrara en señal de alerta, en el Centro de la ciudad los comerciantes comenzaron a cerrar sus negocios, los camiones urbanos dejaron de circular y la autoridad informó que “la situación estaba controlada” hasta dos horas después, cuando ya la vida cotidiana de miles de culichis quedó suspendida por el temor.
Poca claridad
La información de cómo y por qué empezó la jornada violencia fue poco clara y viciada por el afán de la Secretaría de Seguridad Pública por señalar que los hechos se limitaban a una zona específica: las afueras de Culiacán y el Limón de los Ramos.
Todo comenzó, según la narrativa oficial, debido a que un grupo de militares se topó de manera circunstancial con un grupo armado en el ejido Peñasco, aunque los medios reportaron que fue cerca de Paredones, sindicatura de Jesús María.
Del lugar de este suceso no se supo nada, solamente se informó que hubo un militar herido. Pero este choque armado no corresponde con la reacción de las células de Los Chapitos (que controlan férreamente la zona norte de la capital), que incendiaron un camión de Líneas de Oriente y otro de una empresa de alimentos en El Limón de los Ramos, y además atravesaron un tráiler a la altura del Seminario para hacerlo arder.
Sobre el operativo, Rocha respondió por X: “No se presentaron bajas, detenciones, o heridos, señalando que las especulaciones han provocado alarma infundada entre la población”, ignorando por completo que las precauciones de la ciudadanía son porque el poder de fuego del Cártel es real, como ha quedado patentado dos veces.
Y sobre todo, en el marco de las tensiones entre la facción de Los Chapitos con la de Ismael Zambada Sicarios, “El Mayito” Flaco, por la traición que supone el secuestro de su padre el 25 de julio pasado. De ahí que las tensiones se encuentran a flor de piel.
Aprovechan para robar vehículos
Lo que sí ocurrió, sin que se haya dicho de manera clara tampoco, fue una oleada de despojos de camionetas sobre la Maxipista a Mazatlán, durante el transcurso del jueves.
Fueron en total 13 unidades, y al día siguiente por la mañana, se sumaron otras dos, en diversos tramos de la autopista, entre Elota y Eldorado, zona controlada por La Chapiza.
Entre las unidades reportadas como despojadas de manera violenta están una JAC color negra, 2003, una camioneta SUV BMW X5, color blanca, modelo 2024, un automóvil Vento, una camioneta MG 2022, una Sierra GMC modelo 2022, entre otras de la marca Toyota y Ford.
De acuerdo con las formas de operar del cártel de Sinaloa, cuando los despojos de vehículos de alta gama se incrementan en las carreteras, es porque las células se están abasteciendo tanto de dinero como en equipos.
Y es que esa zona limítrofe entre Eldorado y Quilá es la frontera entre La Mayiza y La Chapiza, y aunque el gobierno intenta minimizar las posibles consecuencias por la entrega de “El Mayo” de parte de Los Chapitos a las autoridades estadounidenses, lo cierto es que el poder de fuego del crimen organizado está ahí, buscando pertrechos, esperando la hora despertar, como en otras ocasiones.
Así lo explican casi 20 años de reyertas entre las familias mafiosas, desde septiembre de 2004 en que fue asesinado Rodolfo Carrillo Fuentes en Plaza Cinépolis, que conflictuó al Cártel de Juárez con Sinaloa, luego en el 2008 los Beltrán Leyva contra Sinaloa y en 2017 Los Dámaso contra Chapitos… Hoy, Zambada contra Guzmán permanece latente.