Culiacán, Sin.- En la vieja isla se pasean unos saurios que arrastran sus panzas y su cola por el suelo, paseándose orondos en busca de alimento. En las ramas de los árboles, en los troncos, pueden observarse congelados en el tiempo. La Isla de Orabá es uno de los últimos reductos naturales que pelean por subsistir, entre la contaminación ambiental y la estrangulación de la urbanidad… Orabá, el “río viejo” que fue pronunciado por primera vez por los cahitas asentados en la rivera hace siglos.
De manera reciente, tras ser castigada su fauna nativa, y ante la época de anidada y crianza de la iguana verde, endémica de esta parte del país, el gobierno municipal prohibió el acceso a esta zona, decretada como área verde desde 2004
Sin embargo, esta medida es temporal e insuficiente, señala el biólogo José Dehesa Mitre. “Esto es apenas una de las medidas que se tuvieron que haber tomado en ese espacio y en todo lo que forma parte del Parque Las Riberas”, dice.
El decreto de hace 16 años señala que la Isla de Orabá es un área natural protegida, en la categoría de centro de conservación ecológico; pero las medidas para salvaguardar la flora y fauna de este espacio, no se han realizado, de modo que resulta contraproducente para la nueva área protegida para las iguanas.
Todo lo que comprende el Parque Las Riberas, debería ser un área protegida y sólo permitir su uso sustentable, es decir, no construir infraestructura, no permitir el comercio y controlar el número de visitantes de paseo en el lugar. Esto se hace en las áreas naturales, explicó, el biólogo con acentuación en Recursos Bióticos.
José Dehesa Mitre
LA INVASIÓN
Tienditas, puentes, un escenario de cemento y especies arbóreas, arbustivas y herbáceas introducidas; son lo que actualmente merman la preservación de esta área decretada en protección, explicó el biólogo. Solo un 30 por ciento, aproximadamente, de plantas, son nativas. Las demás, son introducidas, lo cual genera una alteración entre la armonía del espacio natural entre la misma flora y la fauna.
Ahuehuete, álamo, tabachín de monte, son tres de las seis especies de árboles nativos de Sinaloa que se encuentran en la Isla y el Parque. Mientras que especies como ficus, ceiba, olivo negro, neem de la India y otras especies, están invadiendo a la flora regional. Esto, señala el biólogo, pasa cuando no se tiene un plan de manejo desde que se dio a conocer el decreto.
Se debe saber, a partir de este decreto, las acciones que se deben tomar y medidas, para realmente proteger el área, no sólo de la Isla de Orabá, sino todo el Parque Las Riberas.
Mitre
Para empezar, informó Mitre, se debe realizar un dictamen técnico para sustituir las plantas que no pertenecen a nuestro ecosistema, así como controlar el acceso de ciudadanos al lugar, de modo que ciertos días se debe permitir el acceso y a una cantidad de personas solamente.
Ahora que está cerrado el acceso por el coronavirus, se debería aprovechar para retirar los árboles y demás especies introducidas, para así plantar especies funcionales que, a su vez, favorecerán la calidad de vida de las iguanas.
Biólogo.
El hecho de talar estos árboles, no es un ataque al medio ambiente, señaló, sino una curación.
Iguanas, Guamuchiles y Ahuehuetes; son animales y árboles que han muerto por la desprotección y desatención de la Isla y Parque. Agregó, el especialista, que las plantas invasoras como el olivo negro, no sirven de alimento para las iguanas, y son de este tipo de árboles de los que más hay en el "santuario de las iguanas".
Ya se tiene el decreto de área protegida desde hace 16 años, sin embargo, hace falta que se tome en serio ese nombramiento. Según con Mitre, le tomaría al menos cinco años a la Isla de Orabá, el volverse un área sustentable y bien cuidada, de acuerdo a las medidas que requiere.
16
Son los años que se implementó el decreto que establece que Orabá es un área de conservación, sin embargo, no hay medidas paliativas.
PROTECCIÓN
Hasta la fecha este santuario de la iguana verde carece de un modelo de preservación ambiental.
Todo lo que comprende el Parque Las Riberas, debería ser un área protegida y sólo permitir su uso sustentable, es decir, no construir infraestructura.
José Dehesa Mitre, Biólogo
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