Culiacán, Sin. Son las 6:00 de la mañana y en el “campito” para correr ubicado al lado de la Escuela Normal de Sinaloa (ENS), un joven quinceañero aguarda en cuclillas, entre la poca maleza que lo cubre por el pasillo que hay que pasar para entrar al espacio público. Como si nadie lo viera, él no hace contacto visual con nadie pero también, la gente que pasa por su lado hace como que no pasa nada.
Se trata de un menor de edad alerta de las ordenes que le den por radio, vestido a modo para llamarle puntero: cachucha, camisa tipo polo, pantalón de mezclilla y tenis. Se ve que no ha dormido y es que “Andrés”, como le llamaremos.
Está ahí desde las 20:00 horas de la noche de ayer, en el mismo lugar, cuidando el “punto” de venta y/o distribución de drogas.
Pues uno los ve pero qué se le hace si así quieren andar, de seguro no hicieron caso a lo que les decían sus papás o simplemente nunca recibieron atención en casa y mejor se fueron a esto que para ellos ha de ser lo más fácil, y si así quieren qué se le hace.
Un vecino de la Normal.
El comentario de esta persona, coincidió con otros deportistas y adultos mayores que acuden a este espacio para ejercitarse, haciendo no más que normalizar y revictimizar a los jóvenes que han sido tomados por los subproductos del narco en la ciudadela, como la venta de drogas.
Otras opiniones de este paisaje, ya por adultos jóvenes fue los menores no tienen opción y de manera obligada se enlistan en el narcomenudeo para sacar para el gasto.
Expresó Alfredo, Yo creo que no es que todos los niños o jóvenes que se convierten en punteros, lo hagan exactamente porque les agrada la idea, pienso que es algo que se convierta en una única opción cuando sufren abandono familiar y viven en la pobreza y no solo económica, sino pobre de atención y educación, es ahí cuando empiezan a ver que ser punteros o vestirse como ellos, traer el radio o andar en la moto, les da valor y se sienten parte de algo que además les da dinero a costa de correr peligro.
Lo mismo ha sucedido afuera del Polideportivo S. Millán, justo afuera de las oficinas del Instituto Municipal de la Juventud (IMJU), pero más temprano y por la avenida más transitada de la ciudad, a plena vista de todos y a las 15:00 horas, otro menor de edad con un radio esperando órdenes.
NARCOCULTURA
Sobre esta situación, el director del IMJU, Alonso Ramírez Reyes, refirió que una manera de salvar a las nuevas generaciones de las filas de la narcocultura son los programas sociales y becas.
Este problema lo venimos arrastrando desde hace 30 años, porque se ha tenido una falta de atención a la juventud, una falta de presencia del Estado y no me refiero a policías y militares, sino a los programas sociales, apoyos, servicios públicos y, esto, también ha generado un rechazo por parte de los jóvenes a todo lo que tenga que ver con legalidad.
De esta manera los grupos delictivos han captado más fácilmente a jóvenes que, precisamente, nunca recibieron un apoyo o impulso y hoy en día estamos padeciendo ese abandono, expuso el funcionario encargado en atender la juventud de Culiacán.
Ramírez Reyes dijo que con becas y apoyos para trabajar, se pretende ganarle a la narcocultura y destacó que lo más importante es rescatar a las nuevas generaciones y enseñarles que las conductas antisociales no dejan nada bueno.
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“Te dejan en la cárcel o en el panteón”, expresó, haciendo referencia a la actividad de los punteros.
Dijo que están platicando con los jóvenes de Bagrecitos que fueron víctimas de desplazamiento forzado por el narcotráfico, para que ellos se conviertan en promotores de paz para con las siguientes generaciones. Los que ya están en manos de los grupos criminales, es una pena, porque la realidad es que, muchos de ellos son víctimas también de a propaganda de la narcocultura y ellos ya sienten, desgraciadamente, un anhelo de escalar y convertirse en narcotraficantes.
Sin embargo, director del IMJU, dijo que esto puede transformarse como ya ha pasado en otras ciudades, como en Medellín, Colombia, cuna del narcotraficante Pablo Escobar, donde resaltó que se pudo romper con la narcocultura y es ahora una de las ciudades que más ha innovado en América Latina.
Manifestó que tienen esperanza porque conocemos los casos de éxito y sabemos que, para que los jóvenes no se desarrollen en este ambiente y con estas conductas, necesitamos estar con ellos. Ningún ser humano nace siendo violento o malo, son las circunstancias las que lo mueven a ello. Ojalá y los jóvenes que ya están coludidos con el narcomenudeo quieran salir de ahí y hacer conciencia, para que se acerquen y nosotros apoyarlos con becas escolares, trabajo, apoyos deportivos, culturales y lo que necesiten para salir de las filas del crimen organizado.
ESLABONES
Popularmente se dice que los “halcones” o “punteros” son los eslabones más débiles de la cadena del crimen organizado, los que son víctimas de asesinato más rápido.
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