Culiacán, Sin. “Yo creo que emprender en medio de una pandemia es tener doble valentía”, dijo el joven detrás de una cevichería sobre ruedas que aguarda en su casa y que por las tarde, se convierte en una barra de snacks con lo mejor del mar.
Desde que inició el 2020 Daniel hacía bocetos de su próximo proyecto sobre una hielera, misma que utilizaría en plena pandemia de Covid-19 para emprender su cevichería rodante.
“Se va a llamar Hikuri”, dijo en la cochera de su casa, mientras preparaba mariscos a sus amigos y familia. Daniel Pérez no estudió gastronomía pero tiene experiencia en la elaboración de aguachile, cocteles y ceviches, que al probarlos te hacen querer estar en la playa. Pero la mayor influencia es de su padre quien, en vida, gustaba de comer mariscos de todo tipo y sazón.
La meta estaba clara para él y ya tenía la vivencia de lo que era tener su propio negocio de mariscos pero asociado con alguien más, así que esta vez quiso aventarse al agua solo y crear un menú con sabor a mar, para degustar como botana y que además, estaría sobre ruedas.
Pero nadie a su rededor imaginó que el clavado de vuelta a emprender, tendría que darse justo en una pandemia en la que se marca una recesión económica, los comercios se estancan y nadie puede ir a la playa. Sin embargo, Daniel tomó lo mejor que la comida culichi brinda: calidez y unión, y así creó Hikuri.
INICIATIVA
“Yo creo que decidí dedicarme a la cocina del mar, por la facilidad que es el conseguir el marisco aquí y prepararlo de muchísimas maneras, es muy versátil. Además, el marisco hace que las personas se junten, ya sea con los compas o con la familia, es como que el concepto de unión y amistad; y bueno, el clima que tenemos hace que se nos antoje algo enchiloso, con limón y fresco”, dijo el joven.
Optimista pese a la contingencia sanitaria que pide que no haya reuniones ni fiestas para contener los contagios, Daniel se dejó llevar por esa fuerza que, expresó él, da el emprendimiento.
“Hay una fuerza que te impulsa a hacer lo que quieres y yo soy una persona muy decidida en lo que quiero, así que, pese a cualquier pandemia o cosa que suceda en el mundo, pienso que si tú tienes una mente clara, puedes hacer lo que te propongas. Nunca hay que dejar de lado tus objetivos para que no pierdas las ganas de tomar acción” aconsejó Daniel.
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Siendo la segunda vez que emprende un negocio de comida, Daniel se siente respaldado por la fraternidad citadina y el apoyo bajo el lema “consume local”, por lo que considera que en todo lanzamiento de proyecto, se debe de entregar la fe y el trabajo para que las ideas se materialicen.
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LAS DIFICULTADES DE EMPRENDER
“Lo difícil de emprender en este sector de las comidas, es de pronto la desconfianza que se generó por la contingencia, porque obviamente va haber muchas personas que, aunque se tengan todas las medidas sanitarias y un plan con los procesos de sanitización en los restaurantes, las personas se sienten vulnerables a contagiarse, por lo que prefieren cocinar en casa, por lo que uno se debe ganar la confianza de la gente con la calidad y frescura de lo que se sirve”, externó.
La meta con “Hikuri”, más allá de lo económico, es el crecimiento personal, pues asegura que desde la preparatoria él soñaba con tener un negocio propio y sostenerlo. El objetivo, es pues, ver que tan lejos puede llevar sus ideas.
“Desde la prepa le jugaba al emprendedor y soñaba con tener algo sólido, por eso la meta ahorita es sostenerlo y darle para arriba, ver el crecimiento mío y de mi negocio, tal vez una franquicia, todo lo que venga con la abundancia” expresó.
NUEVO CONCEPTO
Algo que Daniel desea probar, es que los mariscos son algo más que un platillo de mesa, por lo que en su menú, además de tradicionales ceviches, hay snacks con camarones y pulpo preparados al momento.
Por ahora, Daniel no rodará su carreta y atiende solo por “ordene y recoja” en el sector donde vive, sin embargo, tiene la visión de recorrer la ciudad con Hikuri.
Lo difícil de emprender en este sector de las comidas, es de pronto la desconfianza que se generó por la contingencia, las personas se sienten vulnerables a contagiarse
Daniel Marisquero
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