Culiacán, Sin.- Además de asegurar que los programas sociales y becas del gobierno federal, están aterrizando y funcionando en Sinaloa, Jaime Montes Salas, declaró estar pendiente de la comunidad Tarámari en Cuitaboca, en la sierra entre Sinaloa y Chihuahua.
"Las jornadas de salud sí han llegado, yo he estado ahí", afirmó.
Sin embargo, la activista del Colectivo Tarahumara Sinaloense, Hortensia Gaxiola, explicó que esto no es así.
"Ellos (gobierno federal) nos ven como competencia o enemigos porque desnudamos sus omisiones. En nuestro caso es voluntariado, para ellos es obligación. El señor Jaime Montes Salas, ha dado todas las muestras de no querer hacer su trabajo", dijo Gaxiola a este medio de comunicación.
Montes Salas, por su parte, reclamó que ha pedido a los activistas que le lleven una lista con las necesidades de la comunidad de cada una de las personas. Dijo que uno de los encargados de llevar el programa "Sembrando Vida", fue quien le hizo esa lista.
En entrevistas anteriores con Hortensia Gaxiola, informó que son más de 300 niños que han sufrido rezago escolar, los adultos don analfabetos y, desde 2018, hay brote de lepra.
"La caravana de salud está a atendiendo a algunos pacientes pero, este año, no se ha presentado. En enero de este año fue su primer y último viaje. Coincidimos en una visita a Las Bayas, incluso se les quemó la camioneta y los auxiliamos para que pudieran llegar a prestar el servicio y los trajimos a Guasave. Iba la jefa de la zona de jurisdicción de salud de Guasave y el municipio de Sinaloa, la doctora Preciado. Ahora con la pandemia, se olvidaron de todo", destacó, la activista y artista.
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Montes Salas destacó que los activistas nada más escriben en los periódicos pero no se acercan con él.
"Si me trae una lista, los muchachos de ahí que son en su mayoría amigos míos, porque los he atendido todos, cambia la cosa. Todos los Tarámaris están en apoyo, los adultos mayores y los que cumplieron con los requisitos para el programa sembrando vida", recalcó.
Por otro lado, el delegado, indicó que si algún menor enfermaba o estaba en rezago de educación; "los padres debían bajar a la ciudad a buscar los servicios".
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