Culiacán, Sin.- La violencia en las comunidades del norte de Culiacán, instigada por un conflicto entre células del Cártel de Sinaloa, ya comenzó a desplazar a pobladores de la región de manera gradual.
De acuerdo con testimonios recogidos por El Sol de Sinaloa, el desplazamiento forzado se empezó a generar primero en la zona de Paredones, sindicatura de Jesús María, punto donde estalló la violencia en marzo.
“Mucha gente se tuvo que ir por miedo, otros porque trabajaban en los ranchos de Los Gabrieles”, señala una vecina de estas comunidades, que recientemente observa pasar los convoyes de pistoleros. A la fecha, se ha reportado la desaparición de unas 10 personas.
Pero con la llegada de abril, y a pesar de la pandemia, los asesinatos y desapariciones se pasaron a Tepuche, zona en donde luchan entre sí células comandadas por El Ruso y El Niní, según informes del Gobierno Federal.
Mi hermana es de San Cayetano, y se tuvo salir, está muy, muy fea la violencia, hasta andan reclutando a puros chamaquitos.
Mujer
El desplazamiento de pobladores por la violencia, sigue siendo un fenómeno invisible para el Estado, ya que por lo regular, las víctimas de este delito no denuncian, y simplemente abandonan sus hogares. En ocasiones, cuando pasa el conflicto narco, llegan a regresar a sus viviendas.
En los últimos días, el choque entre grupos armados en Tepuche y la zona norte de Culiacán se ha intensificado, convirtiendo caminos rurales y carreteras en la escenario de una guerra en la que parece no intervenir gobierno algo.
OMISIÓN TOTAL
Esto es algo que el defensor de derechos humanos y activista por los desaparecidos, Óscar Loza Ochoa, señala de manera rotunda, ante el vacío de autoridad que impera en la zona.
“Estuvieron diciendo que iban a realizar una investigación de la violencia que estaba aconteciendo en el norte de la ciudad, pero lo que hace falta saber es ¿qué está haciendo la autoridad? No es la primera vez que se está pidiendo su acción y hoy Sinaloa está viviendo una crisis humanitaria porque no es solo es la cuestión de la contingencia de salud y económica, sino la de la inseguridad”, externa el integrante de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa.
Criticó que, como siempre, ahora en Tepuche y Aguacaliente de los Monzón, las autoridades llegan cuando todo ha pasado.
Presumieron que hace dos días anduvieron en helicóptero y checando el área, pero la realidad es que no han sido oportunas ni para evitar nuevos enfrentamientos o para bajar la violencia ahí cuando los habitantes han reportado hechos violentos.
Oscar Loza Ochoa
El activista precisó que las autoridades sinaloenses no se pueden esperar de aquí a diciembre a que baje la violencia, se debe actuar ya, pues Sinaloa no merece que su gente transite con la preocupación de contraer Covid-19 y además de vivir la violencia por presencia de grupos armados.
HECHOS
En las últimas semanas, la espiral violenta entre grupos armados ha convertido en una zona de guerra Tepuche y sus alrededores.
SIN INVESTIGAR
El desplazamiento de personas por efectos de la violencia es un delito que en México no se reconoce, ni menor se ha legislado.
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