Culiacán, Sin. Las calles y banquetas del primer cuadro de la ciudad se han convertido en ‘trampas’ para los transeúntes, y es que diariamente cientos de personas tienen que tolerar y hasta sacarle la vuelta al caminar por estas vialidades, ya que están en malas condiciones y en algún momento pudieran ocasionar algún accidente.
Los principales afectados son adultos mayores, niños y sobre todo invidentes, quienes ante su condición de salud, aun y cuando caminan con un bastón, no se percatan del desnivel de la banqueta y la calle que tienen que cruzar, provocando una caída o tropezón.
Sin importar la prisa que puedan traer los peatones, en las principales calles como Domingo Rubí, Juan Carrasco, Antonio Rosales, Ignacio Zaragoza, Rafael Buelna, entre otras, las personas que caminan por el sector tienen que tener cuidado con los pasos que dan.
Las madres de familia que transitan con sus hijos pequeños tienen que prevenirlos sobre el cambio que habrá en el piso que están a punto de pasar, y es que el hundimiento de los materiales está latente tanto en las calles como en las banquetas.
DESCUIDAN REMODELACIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO
En el caso de las banquetas que fueron construidas con el diseño de cuadros, en la mayor parte se tienen quebrados, algunos alzados y otros hundidos, y por zonas el piso en donde está plantado un árbol está elevado, tal y como es el caso de la calle Carrasco entre Ángel Flores e Hidalgo.
Cabe destacar que hace alrededor de 10 años, el Ayuntamiento de Culiacán llevó a cabo la remodelación de las principales calles del Centro de la ciudad, mismas que actualmente se encuentran en malas condiciones y que hasta el momento no han sido rehabilitadas por el municipio.
Las calles al igual que las banquetas, por sectores, tienen un desnivel notorio o están partidos por partes, situación que es evidente en la calle Juan Carrasco, esquina con Antonio Rosales, donde cerca de una alcantarilla el suelo está hundido.
En el proyecto de reestructuración se dijo que la calidad de los materiales era resistente para el paso constante de carros, motocicletas y transporte urbano; sin embargo, la realidad es todo lo contrario.
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PELIGRO VIAL
En la calle Domingo Rubí entre Rafael Buelna y Rosales, a un costado de las banquetas se tiene la presencia de varios baches con una profundidad de entre 10 y 20 centímetros, los cuales con la basura y agua estancada es un foco de infección por la presencia de mosquitos.
En ese sector de la ciudad, los propios comerciantes tienen que reforzar la limpieza de la calle, ya que es por las mañanas cuando personal del Ayuntamiento pasan a recoger la basura de la banqueta, acción que no es suficiente.
Los propios automovilistas, cuando tienen que estacionarse por la calle Rubí, dejan el carro acomodado en una forma en que no se vean dañadas las llantas y evitan quedar en donde están los charcos con agua.
Área en donde, de acuerdo a un vendedor de la zona, funcionarios del Ayuntamiento han estacionado los automóviles oficiales, razón por el que no es una situación que desconozcan las autoridades.
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