/ sábado 4 de julio de 2020

El desafío de dar a luz en medio de una pandemia

En los últimos tres meses del embarazo de Diana Gastétum, el temor era ser una víctima del coronavirus

Culiacán, Sin.- La ilusión que fue creciendo en Diana Gastélum Castro, en su segundo embarazo, con los preparativos y cuidados que toda embarazada tiene por meses, sufrió un cambio drástico a causa de la pandemia por el Covid-19, esa enfermedad que jamás pensó que llegaría a Culiacán de tierras lejanas.

Con seis meses de embarazo, la vida para Diana, su esposo y su hijo de tres años era lo más normal posible, cada uno con su trabajo y el bebé acudiendo a una estancia infantil, sin saber que faltaba poco tiempo para que las autoridades confirmaran el primer paciente activo en Culiacán.

Momento en el que la futura mamá en medio del shock emocional, lo primero que pensó fue como pudo llegar la enfermedad de otro país, en donde se decía que la situación era muy crítica y que las mujeres embarazadas eran parte del grupo vulnerable.

El temor y la incertidumbre iniciaban a tomar lugar en los pensamientos de Diana y su esposo, quien por su profesión como odontólogo está obligado a tener contacto con pacientes. Además de que en su trabajo todavía no le daban la orden de hacer home office, mientras en otros departamentos ya se empezaba a hacer.

Día tras día empezó, así como afectar un poquito más en cuanto al cuidado, de decir que tengo que traer mi cubrebocas, no me acercaba mucho a la demás gente, si empezó en mi a crecer un miedo un poquito más grande. Diana Gastélum

Para en ese entonces, en las primeras semanas de marzo, en la casa de Diana se empezaron a aplicar los protocolos de sanidad que ahora se saben de memoria, por el temor que ambos padres tenían. Principalmente su esposo que por las mañanas trabaja en el sector salud y por las tardes labora en su consultorio privado.

Fue hasta el 23 de marzo cuando Diana dejó de acudir a la oficina, con la condición de que no tenía que estar saliendo a la calle, sino cuidarse por su salud, día en el que el verdadero reto empezaba por tener un niño de tres años, un embarazo que cuidar y los protocolos de seguridad por seguir con su esposo.

Jamás imagine que a partir de ese día todo cambiará total y drásticamente, yo estaba feliz con mi embarazo de seis meses, contenta pensando en la sesión de embarazo, pensando en planear mi baby shower, pensando en hacer también la sesión de mi bebé cuando naciera, todo bien organizado.

Diana Gastélum

EXPERIENCIA

Con toda la responsabilidad en sus hombros, los primeros días de confinamiento parecía estar todo normal, sin embargo, a las semanas que ya no podía salir de las cuatro paredes de su casa, el reto incrementaba al tener que entretener a su hijo de tres años, quien lo único que hacía era pedirle salir a jugar o visitar a sus abuelos.

No poder hacerlo, el niño también se aburría y yo también me desesperaba y fue muy caótico esta parte, el no poder salir a ninguna parte.Diana Gastélum

Y es que, para ese punto de la pandemia, mientras seguían aumentado los casos de contagios y decesos, en la casa de Diana la rutina era levantarse, desayunar y hacer las actividades que la maestra indicaba. Al inicio eran temas relacionados con el coronavirus para que el niño entendiera los motivos del encierro, en el que, todos los días tenía que platicar con él para que comprendiera de la mejor manera.

Posteriormente ambos veían la televisión y para hacer más ameno el largo día encerrados en casa, tuvo la idea de comprar materiales para entretener a su niño, motivo por el que salió a una papelería a comprar popotes, plastilinas y todo aquello para que pudiera estar haciendo actividades.

Como entretener a un niño de tres años todo el día en casa, sin salir, es muy complicado y el mamá quiero ir al parque, mamá quiero ir con mi abuela, ellos no logran entender la magnitud del problema que estamos viviendo.Diana Gastélum

A la par que lograba que su hijo aceptara vivir en el encierro como seguridad, otro freno que tuvo fue al momento de hacer las compras de la semana, cuando sin esperarlo, en ningún establecimiento le permitían la entrada y aunque entendía los motivos, para Diana no era posible porque no tenía una persona que comprara las cosas que ocupaba.

Al no poder hacer las actividades que son consideradas como de las más cotidianas, Diana se llegó a sentir discriminada, al mismo tiempo que sentía como las lágrimas se avecinaban por la frustración de no poder hacer las compras por primera vez en su vida.

Los desafíos parecían que nunca iban a parar, cuando después de resignarse a que no podría salir y el ir creciendo de poco a poco el miedo de ser una víctima más del Covid-19, los cuidados fueron exagerados en su casa. Cuando por un lado ella permanecía en confinamiento y por el otro, su esposo tenía que salir a trabajar, quien estaba muy preocupado por llevar la enfermedad.

Ante el exceso de información y tratando de cuidar su salud mental, Diana decidió no mezclarse mucho con las noticias y solo mantenerse al tanto en cómo iba avanzando el virus, además de las nuevas medidas y acciones que tomaban las autoridades de los tres niveles de gobierno.

APRENDIENDO

Trato de no enfermarme mucho mentalmente, trato de decir que, si vamos a tener que aprender a vivir con esta parte del virus, pero digo yo teniendo mis cuidados, usando el cubrebocas, usando guantes tal vez, trayendo mi gel antibacterial y nada más, de ahí en fuera no puedo hacer mar, yo cuidarme a mí y a mi familia.

Diana Gastélum

Con ese pensamiento y ya más adaptada al confinamiento, nunca dejó de ir a sus revisiones con el especialista, al no sentir tranquilidad por pensar que no sabría el estatus de su embarazo y cuando faltaba menos para el nacimiento de su bebé, el miedo era contagiarse en el hospital.

En su primer parto, el nacimiento de su bebé fue por cesárea en el Issste, al ser esa su derechohabientica, plan que se tenía contemplado para el segundo hijo, pero que, ante los casos activos en el nosocomio, la pareja, con la aceptación de sus padres, optaron por buscar otra institución de salud, eligiendo el Hospital de la Mujer.

Después de que lo platicamos nosotros, lo platicamos con nuestros papás, de la opción que queríamos, porque era irnos de una institución a otra, yo no conocía el Hospital de la Mujer, no sabía los protocolos, no sabía nada, lo que sí sabíamos era que en el Hospital de la Mujer no había infectados.Diana Gastélum

Ya con mayor seguridad, Diana acudió al Hospital de la Mujer el 20 de junio con esos nervios que jamás se fueron, pero con la esperanza de que todo fuera a estar bien. Y así fue cuando en ese día dio a luz a su segundo hijo, quien nació sin problemas.

Lee también: Abismo sociales: Las dos caras del confinamiento

Ahora en el postparto, el proceso es similar al primero, al tener que permanecer en casa en cuarentena y los cuidados son iguales en aspectos como la alimentación, pero agregando los protocolos de la pandemia y sin tener la oportunidad de recibir visitas de sus seres queridos que quieren conocer al nuevo miembro de la familia.

Las únicas salidas que tiene son para la aplicación de vacunas del niño y las veces que aprovechan que el parque está solo para que el hijo mayor deje de estar frustrado, quien ahora está entretenido también en cuidar a su hermano menor.


CASOS DELICADOS

La Secretaría de Salud ha reportado el nacimiento de dos bebés que eran portadores del coronavirus.

69

Son las mujeres embarazadas que se han enfermado de Covid-19; para ellas Salud les pide extremar más los cuidados.




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Culiacán, Sin.- La ilusión que fue creciendo en Diana Gastélum Castro, en su segundo embarazo, con los preparativos y cuidados que toda embarazada tiene por meses, sufrió un cambio drástico a causa de la pandemia por el Covid-19, esa enfermedad que jamás pensó que llegaría a Culiacán de tierras lejanas.

Con seis meses de embarazo, la vida para Diana, su esposo y su hijo de tres años era lo más normal posible, cada uno con su trabajo y el bebé acudiendo a una estancia infantil, sin saber que faltaba poco tiempo para que las autoridades confirmaran el primer paciente activo en Culiacán.

Momento en el que la futura mamá en medio del shock emocional, lo primero que pensó fue como pudo llegar la enfermedad de otro país, en donde se decía que la situación era muy crítica y que las mujeres embarazadas eran parte del grupo vulnerable.

El temor y la incertidumbre iniciaban a tomar lugar en los pensamientos de Diana y su esposo, quien por su profesión como odontólogo está obligado a tener contacto con pacientes. Además de que en su trabajo todavía no le daban la orden de hacer home office, mientras en otros departamentos ya se empezaba a hacer.

Día tras día empezó, así como afectar un poquito más en cuanto al cuidado, de decir que tengo que traer mi cubrebocas, no me acercaba mucho a la demás gente, si empezó en mi a crecer un miedo un poquito más grande. Diana Gastélum

Para en ese entonces, en las primeras semanas de marzo, en la casa de Diana se empezaron a aplicar los protocolos de sanidad que ahora se saben de memoria, por el temor que ambos padres tenían. Principalmente su esposo que por las mañanas trabaja en el sector salud y por las tardes labora en su consultorio privado.

Fue hasta el 23 de marzo cuando Diana dejó de acudir a la oficina, con la condición de que no tenía que estar saliendo a la calle, sino cuidarse por su salud, día en el que el verdadero reto empezaba por tener un niño de tres años, un embarazo que cuidar y los protocolos de seguridad por seguir con su esposo.

Jamás imagine que a partir de ese día todo cambiará total y drásticamente, yo estaba feliz con mi embarazo de seis meses, contenta pensando en la sesión de embarazo, pensando en planear mi baby shower, pensando en hacer también la sesión de mi bebé cuando naciera, todo bien organizado.

Diana Gastélum

EXPERIENCIA

Con toda la responsabilidad en sus hombros, los primeros días de confinamiento parecía estar todo normal, sin embargo, a las semanas que ya no podía salir de las cuatro paredes de su casa, el reto incrementaba al tener que entretener a su hijo de tres años, quien lo único que hacía era pedirle salir a jugar o visitar a sus abuelos.

No poder hacerlo, el niño también se aburría y yo también me desesperaba y fue muy caótico esta parte, el no poder salir a ninguna parte.Diana Gastélum

Y es que, para ese punto de la pandemia, mientras seguían aumentado los casos de contagios y decesos, en la casa de Diana la rutina era levantarse, desayunar y hacer las actividades que la maestra indicaba. Al inicio eran temas relacionados con el coronavirus para que el niño entendiera los motivos del encierro, en el que, todos los días tenía que platicar con él para que comprendiera de la mejor manera.

Posteriormente ambos veían la televisión y para hacer más ameno el largo día encerrados en casa, tuvo la idea de comprar materiales para entretener a su niño, motivo por el que salió a una papelería a comprar popotes, plastilinas y todo aquello para que pudiera estar haciendo actividades.

Como entretener a un niño de tres años todo el día en casa, sin salir, es muy complicado y el mamá quiero ir al parque, mamá quiero ir con mi abuela, ellos no logran entender la magnitud del problema que estamos viviendo.Diana Gastélum

A la par que lograba que su hijo aceptara vivir en el encierro como seguridad, otro freno que tuvo fue al momento de hacer las compras de la semana, cuando sin esperarlo, en ningún establecimiento le permitían la entrada y aunque entendía los motivos, para Diana no era posible porque no tenía una persona que comprara las cosas que ocupaba.

Al no poder hacer las actividades que son consideradas como de las más cotidianas, Diana se llegó a sentir discriminada, al mismo tiempo que sentía como las lágrimas se avecinaban por la frustración de no poder hacer las compras por primera vez en su vida.

Los desafíos parecían que nunca iban a parar, cuando después de resignarse a que no podría salir y el ir creciendo de poco a poco el miedo de ser una víctima más del Covid-19, los cuidados fueron exagerados en su casa. Cuando por un lado ella permanecía en confinamiento y por el otro, su esposo tenía que salir a trabajar, quien estaba muy preocupado por llevar la enfermedad.

Ante el exceso de información y tratando de cuidar su salud mental, Diana decidió no mezclarse mucho con las noticias y solo mantenerse al tanto en cómo iba avanzando el virus, además de las nuevas medidas y acciones que tomaban las autoridades de los tres niveles de gobierno.

APRENDIENDO

Trato de no enfermarme mucho mentalmente, trato de decir que, si vamos a tener que aprender a vivir con esta parte del virus, pero digo yo teniendo mis cuidados, usando el cubrebocas, usando guantes tal vez, trayendo mi gel antibacterial y nada más, de ahí en fuera no puedo hacer mar, yo cuidarme a mí y a mi familia.

Diana Gastélum

Con ese pensamiento y ya más adaptada al confinamiento, nunca dejó de ir a sus revisiones con el especialista, al no sentir tranquilidad por pensar que no sabría el estatus de su embarazo y cuando faltaba menos para el nacimiento de su bebé, el miedo era contagiarse en el hospital.

En su primer parto, el nacimiento de su bebé fue por cesárea en el Issste, al ser esa su derechohabientica, plan que se tenía contemplado para el segundo hijo, pero que, ante los casos activos en el nosocomio, la pareja, con la aceptación de sus padres, optaron por buscar otra institución de salud, eligiendo el Hospital de la Mujer.

Después de que lo platicamos nosotros, lo platicamos con nuestros papás, de la opción que queríamos, porque era irnos de una institución a otra, yo no conocía el Hospital de la Mujer, no sabía los protocolos, no sabía nada, lo que sí sabíamos era que en el Hospital de la Mujer no había infectados.Diana Gastélum

Ya con mayor seguridad, Diana acudió al Hospital de la Mujer el 20 de junio con esos nervios que jamás se fueron, pero con la esperanza de que todo fuera a estar bien. Y así fue cuando en ese día dio a luz a su segundo hijo, quien nació sin problemas.

Lee también: Abismo sociales: Las dos caras del confinamiento

Ahora en el postparto, el proceso es similar al primero, al tener que permanecer en casa en cuarentena y los cuidados son iguales en aspectos como la alimentación, pero agregando los protocolos de la pandemia y sin tener la oportunidad de recibir visitas de sus seres queridos que quieren conocer al nuevo miembro de la familia.

Las únicas salidas que tiene son para la aplicación de vacunas del niño y las veces que aprovechan que el parque está solo para que el hijo mayor deje de estar frustrado, quien ahora está entretenido también en cuidar a su hermano menor.


CASOS DELICADOS

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