/ sábado 26 de febrero de 2022

Educación sexual: Pandemia desata embarazo juvenil

El abandono, encierro y el estrés juegan una triada de factores en esta problemática

Culiacán, Sin.- Situaciones sicológicas como abandono, estrés y aburrimiento, junto con el desconocimiento sobre métodos anticonceptivos, han sido algunos factores que han incidido en el incremento de casos de embarazos en adolescentes y sus respectivos nacimientos en el Hospital de la Mujer en medio de la pandemia del Covid-19.

Los embarazos en adolescentes -12 a 19 años-, continúan en aumento desde la llegada de la pandemia. En Sinaloa, tan sólo en este año, se han atendido alrededor de 23 pacientes menores embarazadas en el Hospital de la Mujer y en el 2021 se registraron 50 embarazos en menores de 15 años y mil 96 nacimientos correspondieron a la población de 15 a 19 años.

Foto: Cortesía | SSA

Para explicar por qué a los 14 años quedó embarazada, Frida Adelina se remonta a un año atrás.

“Tenía 13 años tuve que dejar la casa de mi madre para irme a la de mi padre, porque había que cuidar a la abuela para que no se contagiara, esa decisión fue tomada por ellos, a mí no me consultaron”, recuerda la chica quien perdió a su hijo.

Explica que sus padres se divorciaron cuando ella tenía dos años, su padre hizo otra familia, no tenía mucho contacto con ellos, por lo que pasó una época muy difícil.

“Entonces conocí a un chico que creía que me iba a dar cariño, compañía, aunque era mayor que yo seis años, desde el primer día, sentí una atracción muy grande por él, entonces, empecé a salir sin que se dieran cuenta”.

Precisa que llegó lo inevitable, se embarazó, después de cuatro meses, su madre descubrió que estaba preñada, fue toda una tragedia, sus padres se echaban la culpa uno al otro, el novio, se desapareció, y ella, quedó más sola que nunca.

“No me permitían salir casi de casa, estaba estudiando en línea, mi mamá me llevó dos veces al doctor, me daba medicamentos, pero yo comía puras chucherías: sabritas, galletas, refrescos, mi madre, no ponía mucha atención de mi embarazo…lo perdí a los seis meses, me dijeron que el feto no se había desarrollado, por falta de nutrientes”, dijo.

Ahora Frida Adelina cursa por un cuadro clínico de depresión por el aislamiento, la falta de cariño y la pérdida de su bebé, ya que consideraba que al nacer iba a tener compañía, que iba a formar una familia.

“El Covid.19 fue el culpable de toda mi desgracia, mi madre prefirió a la abuela, por más que yo le decía que no quería ir con mi padre, mi padre nunca me ha querido, perdí al hombre que creo amaba y ahora que va a cumplir 15 años, no tengo ganas de nada, creo, dice la sicóloga tengo el síndrome de la cabaña y me está dando tratamiento”, indica.

FALTA ACCESO A INFORMACIÓN

El embarazo en las adolescentes, explica la sicóloga Ángeles Rosas, se da más que todo, por la dificultad para acceder a la información sobre estos temas, pese a que como adolescentes tengan acceso a internet y todo lo que esto trae, pero la mayoría de las veces no pueden hablar con alguien que realmente esté capacitado para aclarar inquietudes sobre dicha información. También por las ganas de experimentar cosas nuevas que no está mal, pero que todo a su debido tiempo y con responsabilidad.

Advierte que si una joven queda embarazada tiene un riesgo grande con su salud y la del feto ya que a su cuerpo le falta formación y no esta adecuado para un parto.

Según la Organización Mundial de la Salud OMS, las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo. Las niñas embarazadas y las madres jóvenes corren riesgos aún mayores en crisis como la actual pandemia.

EL CASO DE MIRNA

Mirna Guadalupe, es una joven madre de 46 años que perdió a su hija que tenía 16 años ya que en mayo del año pasado murió por problemas del embarazo.

La señora tuvo tres hijos: Mirna de 16 años, Cosme de 14 y Aurelio de 12 años, es viuda, ya que su esposo fue asesinado cuando su hija mayor tenía 14 años y desde entonces, se convirtió en una niña rebelde.

Narra que la situación se tornó muy difícil con la pandemia, ya que tenía que dejar a sus hijos solos, sin cuidados, esperando que se pusieran a estudiar en línea.

“Cuando asistían a la escuela, no tenía mucho problema, los dejaba en la secundaria y la primaria, mi hermano, me hacía el favor de recogerlos y llevarlos a casa, tenían la comida preparada, pero la niña, a veces se salía, era muy rebelde a causa de la muerte de su papá”.

Todo se le fue saliendo de control cuando llegó el confinamiento, los niños no querían estar encerrados, a veces, se le salían, cada quien por su lado.

La adolescente, se empezó a juntar con malas compañías, hacía lo que quería, no tenía control de nada.

“Me da mucha pena confesarlo, pero yo llegué a aconsejar a mi hija que si iba a tener relaciones usaran condón, no me hizo caso y en abril me di cuenta que estaba embarazada, el mundo se me vino encima, no sabía cómo actuar, era una adolescente que le gustaba divertirse, pero que no midió las consecuencias”, dice entre sollozos.

CAMINO A LA TRAGEDIA

Recuerda que al platicar con ella, le partió el corazón al confesarle que no sabía quién era el papá, porque había tenido relaciones con dos o tres amigos.

“Con el corazón hecho añicos, le dije que no se preocupara que de alguna manera íbamos a salir adelante, la llevé al hospital, la revisaron, tenía anemia y lo peor es que se drogaba, desde ese momento, mi niña ya no fue la misma, cayó en una fuerte depresión, no quería comer, Me confesó que sí había probado marihuana, pero que de vez en cuando, le creí porque durante su confinamiento, no volvió a fumarla, pero la vida se le iba”.

Posteriormente la madre deja de trabajar para irse a Guadalajara en busca de apoyo con familiares.

“Nos fuimos, quería sacar a mi hija de ese ambiente, allá nos apoyaron, empecé a trabajar, mis hijos seguían estudiando en línea y Mirnita era cuidada por una de mis hermanas, pero su situación no cambiaba, cada vez se veía más desmejorada, hasta que se contagió, creo que fue en el laboratorio, volvió al total confinamiento, salió adelante, nos regresamos a Culiacán y el día último de mayo murió a causa de las secuelas, nada se pudo hacer por el bebé…”.

El Covid-19 fue el culpable de toda mi desgracia, mi madre prefirió a la abuela, por más que yo le decía que no quería ir con mi padre, mi padre nunca me ha querido.

Frida, Testimonio de embarazo


SALUD PÚBLICA

La Organización Mundial de la Salud refiere que las niñas embarazadas y las madres jóvenes corren riesgos aún mayores en crisis como la actual pandemia.



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Culiacán, Sin.- Situaciones sicológicas como abandono, estrés y aburrimiento, junto con el desconocimiento sobre métodos anticonceptivos, han sido algunos factores que han incidido en el incremento de casos de embarazos en adolescentes y sus respectivos nacimientos en el Hospital de la Mujer en medio de la pandemia del Covid-19.

Los embarazos en adolescentes -12 a 19 años-, continúan en aumento desde la llegada de la pandemia. En Sinaloa, tan sólo en este año, se han atendido alrededor de 23 pacientes menores embarazadas en el Hospital de la Mujer y en el 2021 se registraron 50 embarazos en menores de 15 años y mil 96 nacimientos correspondieron a la población de 15 a 19 años.

Foto: Cortesía | SSA

Para explicar por qué a los 14 años quedó embarazada, Frida Adelina se remonta a un año atrás.

“Tenía 13 años tuve que dejar la casa de mi madre para irme a la de mi padre, porque había que cuidar a la abuela para que no se contagiara, esa decisión fue tomada por ellos, a mí no me consultaron”, recuerda la chica quien perdió a su hijo.

Explica que sus padres se divorciaron cuando ella tenía dos años, su padre hizo otra familia, no tenía mucho contacto con ellos, por lo que pasó una época muy difícil.

“Entonces conocí a un chico que creía que me iba a dar cariño, compañía, aunque era mayor que yo seis años, desde el primer día, sentí una atracción muy grande por él, entonces, empecé a salir sin que se dieran cuenta”.

Precisa que llegó lo inevitable, se embarazó, después de cuatro meses, su madre descubrió que estaba preñada, fue toda una tragedia, sus padres se echaban la culpa uno al otro, el novio, se desapareció, y ella, quedó más sola que nunca.

“No me permitían salir casi de casa, estaba estudiando en línea, mi mamá me llevó dos veces al doctor, me daba medicamentos, pero yo comía puras chucherías: sabritas, galletas, refrescos, mi madre, no ponía mucha atención de mi embarazo…lo perdí a los seis meses, me dijeron que el feto no se había desarrollado, por falta de nutrientes”, dijo.

Ahora Frida Adelina cursa por un cuadro clínico de depresión por el aislamiento, la falta de cariño y la pérdida de su bebé, ya que consideraba que al nacer iba a tener compañía, que iba a formar una familia.

“El Covid.19 fue el culpable de toda mi desgracia, mi madre prefirió a la abuela, por más que yo le decía que no quería ir con mi padre, mi padre nunca me ha querido, perdí al hombre que creo amaba y ahora que va a cumplir 15 años, no tengo ganas de nada, creo, dice la sicóloga tengo el síndrome de la cabaña y me está dando tratamiento”, indica.

FALTA ACCESO A INFORMACIÓN

El embarazo en las adolescentes, explica la sicóloga Ángeles Rosas, se da más que todo, por la dificultad para acceder a la información sobre estos temas, pese a que como adolescentes tengan acceso a internet y todo lo que esto trae, pero la mayoría de las veces no pueden hablar con alguien que realmente esté capacitado para aclarar inquietudes sobre dicha información. También por las ganas de experimentar cosas nuevas que no está mal, pero que todo a su debido tiempo y con responsabilidad.

Advierte que si una joven queda embarazada tiene un riesgo grande con su salud y la del feto ya que a su cuerpo le falta formación y no esta adecuado para un parto.

Según la Organización Mundial de la Salud OMS, las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo. Las niñas embarazadas y las madres jóvenes corren riesgos aún mayores en crisis como la actual pandemia.

EL CASO DE MIRNA

Mirna Guadalupe, es una joven madre de 46 años que perdió a su hija que tenía 16 años ya que en mayo del año pasado murió por problemas del embarazo.

La señora tuvo tres hijos: Mirna de 16 años, Cosme de 14 y Aurelio de 12 años, es viuda, ya que su esposo fue asesinado cuando su hija mayor tenía 14 años y desde entonces, se convirtió en una niña rebelde.

Narra que la situación se tornó muy difícil con la pandemia, ya que tenía que dejar a sus hijos solos, sin cuidados, esperando que se pusieran a estudiar en línea.

“Cuando asistían a la escuela, no tenía mucho problema, los dejaba en la secundaria y la primaria, mi hermano, me hacía el favor de recogerlos y llevarlos a casa, tenían la comida preparada, pero la niña, a veces se salía, era muy rebelde a causa de la muerte de su papá”.

Todo se le fue saliendo de control cuando llegó el confinamiento, los niños no querían estar encerrados, a veces, se le salían, cada quien por su lado.

La adolescente, se empezó a juntar con malas compañías, hacía lo que quería, no tenía control de nada.

“Me da mucha pena confesarlo, pero yo llegué a aconsejar a mi hija que si iba a tener relaciones usaran condón, no me hizo caso y en abril me di cuenta que estaba embarazada, el mundo se me vino encima, no sabía cómo actuar, era una adolescente que le gustaba divertirse, pero que no midió las consecuencias”, dice entre sollozos.

CAMINO A LA TRAGEDIA

Recuerda que al platicar con ella, le partió el corazón al confesarle que no sabía quién era el papá, porque había tenido relaciones con dos o tres amigos.

“Con el corazón hecho añicos, le dije que no se preocupara que de alguna manera íbamos a salir adelante, la llevé al hospital, la revisaron, tenía anemia y lo peor es que se drogaba, desde ese momento, mi niña ya no fue la misma, cayó en una fuerte depresión, no quería comer, Me confesó que sí había probado marihuana, pero que de vez en cuando, le creí porque durante su confinamiento, no volvió a fumarla, pero la vida se le iba”.

Posteriormente la madre deja de trabajar para irse a Guadalajara en busca de apoyo con familiares.

“Nos fuimos, quería sacar a mi hija de ese ambiente, allá nos apoyaron, empecé a trabajar, mis hijos seguían estudiando en línea y Mirnita era cuidada por una de mis hermanas, pero su situación no cambiaba, cada vez se veía más desmejorada, hasta que se contagió, creo que fue en el laboratorio, volvió al total confinamiento, salió adelante, nos regresamos a Culiacán y el día último de mayo murió a causa de las secuelas, nada se pudo hacer por el bebé…”.

El Covid-19 fue el culpable de toda mi desgracia, mi madre prefirió a la abuela, por más que yo le decía que no quería ir con mi padre, mi padre nunca me ha querido.

Frida, Testimonio de embarazo


SALUD PÚBLICA

La Organización Mundial de la Salud refiere que las niñas embarazadas y las madres jóvenes corren riesgos aún mayores en crisis como la actual pandemia.



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