/ viernes 24 de diciembre de 2021

Daniel, el hombre de las cobijas

Desde hace 30 años, este hombre ha experimentado el afán de vender prendas con todo su show

Culiacán, Sin.- Uno puede creer que en Culiacán, vender cobijas con un clima cálido es una actividad inútil, por eso desde hace 30 años Daniel Gutiérrez, el Señor de las Cobijas, ha experimentado la levedad de una actividad que se convierte en show que le da este toque icónico a verbenas y ferias de pueblo.

En su puesto se amontonan cobertores, mantas y un sinfín de productos de ropa de cama, y es el mismo con el que trashuma por verbenas populares y ferias de diversión.

En el caso de Culiacán, en los últimos años, el hombre se ha vuelto un icono comercial, pues cualquiera que acude a la verbena popular, la que se realiza año con año frente a la ley palmito, o a la feria ganadera, no puede perderse el show de venta de Daniel, donde atrapa a sus compradores, de una manera dinámica y divertida.

Le ofertamos la cobija del Tigre, el cobertor de San Marcos, en la compra de una colcha, le regalamos un juego almohadas, un juego de sábanas y por si fuera poco, una cobija”, son algunas de sus frases durante el show de venta.

SU HISTORIA

Daniel, es originario de Apizaco, Tlaxcala, y en entrevista, ha revelado que su pasión por la venta de cobijas, ha sido una tradición adquirida de su padre y abuelos, pues aunque no le dio seguimiento a sus estudios, el hombre se volvió comerciante.

Esto ya es tradición de familia se puede decir, desde mis padres hasta mis abuelos y pues hasta aquí andamos. Yo aprendí a vender y me dediqué a esto por no querer ya estudiar, acabamos el nivel de estudios en que quedamos, lo interrumpimos y nos gustó más el comercio y pues aquí estamos”, comentó a El Sol de Sinaloa.

En su trayectoria, Daniel ha ofertado sus cobijas por toda la República mexicana, convirtiéndose sin duda, en un comerciante reconocido.

El comerciante, explicó que la venta de cobijas es un negocio redituable que deja ganancias solamente seis meses al año por la temporada de calor, y que por ello ha decidido mejorar su táctica de ventas, lo hace al ritmo de la música, con micrófono, con ayuda de sus colaboradores y de una forma muy entretenida.

Pese a que durante su trayectoria se convirtió en un distribuidor de famosas marcas de colchas y cobijas como “San Marcos” o “Providencia”, el hombre se volvió conocedor de hilos, tendencias, telas, tamaños y hasta de las participaciones de la industria y la manufactura, pues comentó que hoy en día, la elaboración de cobijas a nivel nacional, se ha vuelto más difícil, debido a que los hilos ya no se consiguen del algodón, sino del pet.

Todos los problemas que se están originando recientemente, es lo que nos afecta, materia prima, escasez de material, el alza de precios y otras cosas”, expresó.

Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa


NEGOCIO FAMILIAR

En la actualidad, su mercado oferta desde sábanas, cobijas, colchas, colchonetas, edredones, fundas, almohadas, cortinas, frazadas y zarapes, donde los precios oscilan desde los 150 hasta los mil 200 pesos.

El negocio que inicialmente fue de su padre, el señor Ernesto Gutiérrez, se expandió tanto, que él junto a sus hermanos decidieron separarse y vender cada uno su propia mercancía, en su caso, Daniel se desenvuelve como comerciante junto a su esposa e hijos.

Aunque actualmente su padre, el fundador de esta empresa familiar ya no se dedica a la venta de cobijas, todavía se mantiene en la mercadotecnia.

Es una empresa 100 por ciento familiar. Aquí están mis hijas, mi esposa, el pariente”, dijo.

A pesar de que ésta ha sido una industria familiar que ha trascendido por lo menos en tres generaciones, Daniel, no desea heredar a sus hijos el negocio, él prefiere que estudien que se profesionalicen y que tengan un modelo de vida distinto.

Mi generación ya fue un tope, yo soy parte de lo que fue la tercera generación, yo pienso que aquí ya va a ser un tope de mi parte, mis hijos; uno ya se graduó, otro está en otro país y el otro está estudiando clases en línea, afortunadamente o desgraciadamente, ya no hay nadie que pueda darle secuencia“, dijo.

Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa

Toda la mercancía que Daniel oferta, es elaborada en México, proveniente de Tlaxcala, y con ello, el hombre busca promover el consumo local.

Este trabajo más que nada para mí es parte de mi vida, además de que lo ejerzo por necesidad, igual lo ejerzo por pasión y por gusto “, finalizó Daniel.

20 son los años que tiene visitando Culiacán en la tradicional Verbena Popular.

150 pesos es el precio más barato de una cobija pequeña; las más grandes valen mil pesos.

LUGAR

La Verbana popular estará hasta el 10 de enero en El Palmito Industrial, frente a Ley El Palmito

Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa


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Culiacán, Sin.- Uno puede creer que en Culiacán, vender cobijas con un clima cálido es una actividad inútil, por eso desde hace 30 años Daniel Gutiérrez, el Señor de las Cobijas, ha experimentado la levedad de una actividad que se convierte en show que le da este toque icónico a verbenas y ferias de pueblo.

En su puesto se amontonan cobertores, mantas y un sinfín de productos de ropa de cama, y es el mismo con el que trashuma por verbenas populares y ferias de diversión.

En el caso de Culiacán, en los últimos años, el hombre se ha vuelto un icono comercial, pues cualquiera que acude a la verbena popular, la que se realiza año con año frente a la ley palmito, o a la feria ganadera, no puede perderse el show de venta de Daniel, donde atrapa a sus compradores, de una manera dinámica y divertida.

Le ofertamos la cobija del Tigre, el cobertor de San Marcos, en la compra de una colcha, le regalamos un juego almohadas, un juego de sábanas y por si fuera poco, una cobija”, son algunas de sus frases durante el show de venta.

SU HISTORIA

Daniel, es originario de Apizaco, Tlaxcala, y en entrevista, ha revelado que su pasión por la venta de cobijas, ha sido una tradición adquirida de su padre y abuelos, pues aunque no le dio seguimiento a sus estudios, el hombre se volvió comerciante.

Esto ya es tradición de familia se puede decir, desde mis padres hasta mis abuelos y pues hasta aquí andamos. Yo aprendí a vender y me dediqué a esto por no querer ya estudiar, acabamos el nivel de estudios en que quedamos, lo interrumpimos y nos gustó más el comercio y pues aquí estamos”, comentó a El Sol de Sinaloa.

En su trayectoria, Daniel ha ofertado sus cobijas por toda la República mexicana, convirtiéndose sin duda, en un comerciante reconocido.

El comerciante, explicó que la venta de cobijas es un negocio redituable que deja ganancias solamente seis meses al año por la temporada de calor, y que por ello ha decidido mejorar su táctica de ventas, lo hace al ritmo de la música, con micrófono, con ayuda de sus colaboradores y de una forma muy entretenida.

Pese a que durante su trayectoria se convirtió en un distribuidor de famosas marcas de colchas y cobijas como “San Marcos” o “Providencia”, el hombre se volvió conocedor de hilos, tendencias, telas, tamaños y hasta de las participaciones de la industria y la manufactura, pues comentó que hoy en día, la elaboración de cobijas a nivel nacional, se ha vuelto más difícil, debido a que los hilos ya no se consiguen del algodón, sino del pet.

Todos los problemas que se están originando recientemente, es lo que nos afecta, materia prima, escasez de material, el alza de precios y otras cosas”, expresó.

Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa


NEGOCIO FAMILIAR

En la actualidad, su mercado oferta desde sábanas, cobijas, colchas, colchonetas, edredones, fundas, almohadas, cortinas, frazadas y zarapes, donde los precios oscilan desde los 150 hasta los mil 200 pesos.

El negocio que inicialmente fue de su padre, el señor Ernesto Gutiérrez, se expandió tanto, que él junto a sus hermanos decidieron separarse y vender cada uno su propia mercancía, en su caso, Daniel se desenvuelve como comerciante junto a su esposa e hijos.

Aunque actualmente su padre, el fundador de esta empresa familiar ya no se dedica a la venta de cobijas, todavía se mantiene en la mercadotecnia.

Es una empresa 100 por ciento familiar. Aquí están mis hijas, mi esposa, el pariente”, dijo.

A pesar de que ésta ha sido una industria familiar que ha trascendido por lo menos en tres generaciones, Daniel, no desea heredar a sus hijos el negocio, él prefiere que estudien que se profesionalicen y que tengan un modelo de vida distinto.

Mi generación ya fue un tope, yo soy parte de lo que fue la tercera generación, yo pienso que aquí ya va a ser un tope de mi parte, mis hijos; uno ya se graduó, otro está en otro país y el otro está estudiando clases en línea, afortunadamente o desgraciadamente, ya no hay nadie que pueda darle secuencia“, dijo.

Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa

Toda la mercancía que Daniel oferta, es elaborada en México, proveniente de Tlaxcala, y con ello, el hombre busca promover el consumo local.

Este trabajo más que nada para mí es parte de mi vida, además de que lo ejerzo por necesidad, igual lo ejerzo por pasión y por gusto “, finalizó Daniel.

20 son los años que tiene visitando Culiacán en la tradicional Verbena Popular.

150 pesos es el precio más barato de una cobija pequeña; las más grandes valen mil pesos.

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Foto: Karla Mendivil | El Sol de Sinaloa


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