/ sábado 24 de julio de 2021

Crónicas de ambulancia: Una guerrera contra la pandemia

Yésica Enzaldo, paramédica en Cruz Roja, jamás imaginó que pasaría un año bajo un traje luchando contra un virus cambiante

Ese día Yésica ingresó a su turno como cada día, esperando por servicio en el que tendría que pasar 10 minutos preparándose para su salida en la ambulancia, y que al regresar serían más de 30 los que invertiría en desinfectar su equipo de trabajo.

Después de un tiempo en la base de Ciudades Hermanas, pasado el mediodía, desde el radio les informan sobre un nuevo servicio, “un hombre inconsciente”, señalan.

De prisa Enzaldo y su compañero tomaron los trajes Tyvek, googles, guantes, y demás para prepararse para su salida, en un tiempo récord de cinco minutos los paramédicos del equipo Covid, ya se encontraban camino al domicilio al sur de la ciudad.

Durante el viaje la joven paramédica pensaba en el tipo de servicio y en el paciente por la información dada, especulaba que su llegada sería para dar la peor noticia a los familiares.

Pasados diez minutos la unidad de socorros se estacionó frente a un domicilio de dos plantas, de prisa Enzaldo Rodríguez ingresó con el botiquín, mientras su compañero preparaba la carro-camilla para el posible traslado.

Al ingresar un joven la recibe y señala que el paciente se encuentra en la planta alta. Mientras subía Yésica observa la escalera y lo complicado que sería bajar a un paciente por ella.

DIFICIL DECISIÓN

Al llegar a la planta alta la paramédica observa a un hombre joven robusto recostado sobre una cama, su piel lucía morada, al aproximarse y escuchar su respiración agónica, pensó que debía hacer todo lo posible por salvar esa vida.

Toma el pulso, mismo que estaba muy débil y es en ese momento que el joven hombre entra en paro.

Tras esto Yésica solicita al familiar le apoye en bajar al paciente al piso, para comenzar con las compresiones.

Llama a su compañero para que este solicite el apoyo de otra unidad de Cruz Roja mayor equipada para checar ritmo cardiaco y otros parámetros médicos.

Durante más de 15 minutos Enzaldo Rodríguez aplica RCP al paciente y su compañero ejecutaba el ambú en la vía aérea, sin embargo, el joven no respondía. Pasado este tiempo Yésica insiste en salvarlo, en hacer todo lo posible porque esa vida no se esfumara frente a sus ojos, sin embargo fue al llegar sus compañeros con el monitor quienes declararon, el hombre había fallecido.

Enzaldo pensó en que había hecho lo que estaba en sus manos, no había ya nada por hacer. Después de media hora en el domicilio tocaba dar la peor noticia a los familiares, esa noticia que nadie desea escuchar. Enzaldo se aproximó al joven que la apoyó, señaló que no había nada por hacer, que su familiar desgraciadamente había fallecido.

Como es de esperarse en este tipo de situaciones, el hombre llora y grita por la vida de su hermano.

Los mismos familiares, ya fuera de la habitación señalan que dé la noticia a la esposa, misma que estaba en estado gestante, y hacía relativamente poco habían contraído nupcias.

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Yésica Enzaldo, nunca imaginó que trabajaría con un traje ante un virus que aún no tiene fecha de erradicarse. Foto cortesía | Yesica Enzaldo

Luego de tan difícil momento, Enzaldo y sus compañeros se retiraron del lugar.

Al arribar de nuevo a la base, debían seguir el protocolo de desinfección, aunque no hayan trasladado, ya que la unidad de socorros debe estar lista para el siguiente servicio.

PERFIL

Yésica Enzaldo Rodríguez ingresó a Cruz Roja en 2017 cuando apenas había cumplido la mayoría de edad, en la Cruz de Elota. Después de dos años y medio en la institución el virus del Covid-19 se propagó por el mundo convirtiéndose en pandemia.

Fue en junio de 2020 que solicitan desde Culiacán un equipo especializado para atenciones Covid y Enzaldo es una de las elegidas.

Recuerda la primera vez que estuvo dentro del traje Tyvek, recuerda esa sensación de ahogamiento, el calor sofocante de la ciudad y la dificultad de movilidad que traía consigo. Pasados los 15 días Yésica logró “acostumbrarse” al Tyvek, sin embargo, a la fecha, un año después de su primer servicio hay momentos en los que desea deshacerse de él.

PARA SABER

Yesica Enzaldo ingresó con 18 años a la benemérita, como voluntaria en la Cruz de Elota, desde junio de 2020 se desempeña en el equipo Covid en la lucha contra la pandemia de Covid-19.

A sus 22 años, también apoya como voluntaria en Protección Civil del municipio, labor que la ha llevado a luchar desde otro punto contra el Covid y por temporada de lluvias en la limpieza de las calles.



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Ese día Yésica ingresó a su turno como cada día, esperando por servicio en el que tendría que pasar 10 minutos preparándose para su salida en la ambulancia, y que al regresar serían más de 30 los que invertiría en desinfectar su equipo de trabajo.

Después de un tiempo en la base de Ciudades Hermanas, pasado el mediodía, desde el radio les informan sobre un nuevo servicio, “un hombre inconsciente”, señalan.

De prisa Enzaldo y su compañero tomaron los trajes Tyvek, googles, guantes, y demás para prepararse para su salida, en un tiempo récord de cinco minutos los paramédicos del equipo Covid, ya se encontraban camino al domicilio al sur de la ciudad.

Durante el viaje la joven paramédica pensaba en el tipo de servicio y en el paciente por la información dada, especulaba que su llegada sería para dar la peor noticia a los familiares.

Pasados diez minutos la unidad de socorros se estacionó frente a un domicilio de dos plantas, de prisa Enzaldo Rodríguez ingresó con el botiquín, mientras su compañero preparaba la carro-camilla para el posible traslado.

Al ingresar un joven la recibe y señala que el paciente se encuentra en la planta alta. Mientras subía Yésica observa la escalera y lo complicado que sería bajar a un paciente por ella.

DIFICIL DECISIÓN

Al llegar a la planta alta la paramédica observa a un hombre joven robusto recostado sobre una cama, su piel lucía morada, al aproximarse y escuchar su respiración agónica, pensó que debía hacer todo lo posible por salvar esa vida.

Toma el pulso, mismo que estaba muy débil y es en ese momento que el joven hombre entra en paro.

Tras esto Yésica solicita al familiar le apoye en bajar al paciente al piso, para comenzar con las compresiones.

Llama a su compañero para que este solicite el apoyo de otra unidad de Cruz Roja mayor equipada para checar ritmo cardiaco y otros parámetros médicos.

Durante más de 15 minutos Enzaldo Rodríguez aplica RCP al paciente y su compañero ejecutaba el ambú en la vía aérea, sin embargo, el joven no respondía. Pasado este tiempo Yésica insiste en salvarlo, en hacer todo lo posible porque esa vida no se esfumara frente a sus ojos, sin embargo fue al llegar sus compañeros con el monitor quienes declararon, el hombre había fallecido.

Enzaldo pensó en que había hecho lo que estaba en sus manos, no había ya nada por hacer. Después de media hora en el domicilio tocaba dar la peor noticia a los familiares, esa noticia que nadie desea escuchar. Enzaldo se aproximó al joven que la apoyó, señaló que no había nada por hacer, que su familiar desgraciadamente había fallecido.

Como es de esperarse en este tipo de situaciones, el hombre llora y grita por la vida de su hermano.

Los mismos familiares, ya fuera de la habitación señalan que dé la noticia a la esposa, misma que estaba en estado gestante, y hacía relativamente poco habían contraído nupcias.

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Yésica Enzaldo, nunca imaginó que trabajaría con un traje ante un virus que aún no tiene fecha de erradicarse. Foto cortesía | Yesica Enzaldo

Luego de tan difícil momento, Enzaldo y sus compañeros se retiraron del lugar.

Al arribar de nuevo a la base, debían seguir el protocolo de desinfección, aunque no hayan trasladado, ya que la unidad de socorros debe estar lista para el siguiente servicio.

PERFIL

Yésica Enzaldo Rodríguez ingresó a Cruz Roja en 2017 cuando apenas había cumplido la mayoría de edad, en la Cruz de Elota. Después de dos años y medio en la institución el virus del Covid-19 se propagó por el mundo convirtiéndose en pandemia.

Fue en junio de 2020 que solicitan desde Culiacán un equipo especializado para atenciones Covid y Enzaldo es una de las elegidas.

Recuerda la primera vez que estuvo dentro del traje Tyvek, recuerda esa sensación de ahogamiento, el calor sofocante de la ciudad y la dificultad de movilidad que traía consigo. Pasados los 15 días Yésica logró “acostumbrarse” al Tyvek, sin embargo, a la fecha, un año después de su primer servicio hay momentos en los que desea deshacerse de él.

PARA SABER

Yesica Enzaldo ingresó con 18 años a la benemérita, como voluntaria en la Cruz de Elota, desde junio de 2020 se desempeña en el equipo Covid en la lucha contra la pandemia de Covid-19.

A sus 22 años, también apoya como voluntaria en Protección Civil del municipio, labor que la ha llevado a luchar desde otro punto contra el Covid y por temporada de lluvias en la limpieza de las calles.



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