/ jueves 18 de junio de 2020

Covid-19 obliga a cambio de roles

En Sinaloa casi mil amas de casa han dado positivo, siendo uno de los grupos más vulnerables

Culiacán, Sin.- "¡Espero que mi vieja salga de todo esto…es un horror lo que hemos vivido!" lamenta el señor Víctor Astorga quien tiene hospitalizada a su esposa por Covid-19.

De acuerdo al sector salud las amas de casa siguen siendo uno de los sectores más vulnerables al contagio y defunciones por Covid-19, ya que hasta el 15 de junio hay 943 casos positivos y 247 muertes, sin embargo, poco se sabe del papel que juegan sus parejas.

Víctor tiene 47 años y su esposa 45, ambos han procreado cinco hijos, el mayor de 17 y la menor de cinco años y desde hace quince días, su vida cambió por completo.

Trabaja en una compañía de agente viajero, ahora, no sabe qué pasará con su empleo porque “primero está mi mujer y después Dios dirá”.

Afuera de los hospitales donde están los pacientes de Covid-19 se ve deambular tanto a hombres como a mujeres… la angustia es igual.

Víctor cuenta que su esposa empezó a sentirse mal, pero como cada año, por estas fechas y en diciembre, tiene problemas gripales, entonces no le hizo caso mucho al dolor de garganta y la calentura que le daba, hasta que le empezó a faltar el aire fue con el doctor y le dio el espeluznante diagnóstico.

De inmediato les hice la prueba a mis hijos y yo mismo, nos la hicimos de manera privada, no importó lo que me costó, lo importante es la salud, afortunadamente, salimos negativos.

Víctor


Foto: Efrén Cárdenas │ El Sol de Sinaloa

Señala que no se ha querido desprender en ningún momento del hospital, de vez en cuando le dan noticias de su esposa, información que lo mantiene un poco tranquilo, ya que le dicen que va evolucionando muy bien.

De inmediato les hice la prueba a mis hijos y yo mismo, nos la hicimos de manera privada, no importó lo que me costó, lo importante es la salud, afortunadamente, salimos negativosVíctor

Señala que no se ha querido desprender en ningún momento del hospital, de vez en cuando le dan noticias de su esposa, información que lo mantiene un poco tranquilo, ya que le dicen que va evolucionando muy bien.

"Mi agradecimiento a todos los doctores y a las enfermeras, porque gracias a ellos, la gente enferma además de tener quien los cure, también son como una compañía porque no se permite a nadie cerca de ellos" dijo Víctor.

CASOS GRAVES

Gildardo, es otro marido, pero no tuvo la misma suerte que Víctor, ya que su esposa falleció a principios de mayo, le dejó un hijo, ahora, deambula por las calles en busca del apoyo de la gente, porque perdió trabajo y hogar.

Cuando mi mujer se puso mala, se fue agravando porque era diabética y un día nomás me dijeron que se murió.

Gildardo

Parco y con dolor cuenta que nunca se imaginó que el sepelio fuera tan duro “nomás diré que fuimos mi niño de cinco años, mi mamá a enterrarla, sus padres ya están grandes y todavía no saben nada de que su hija murió”.

Él era empleado de un supermercado, le dieron solo unos días, pero al continuar cuidando a su esposa por cerca de 20 días, lo dieron de baja, luego ya no tuvo para pagar la renta, debía tres meses y hace una semana le pidieron que la desalojara, se fue a vivir con su mamá en un cuartito.

"Mi mamá es muy pobre, se mantiene lavando y planchando en casas. Vivimos cuatro en el cuartito: Mamá, una sobrina, mi hijo y yo. Todos los días salimos el niño y yo en busca del apoyo de la gente, mientras pasa todo esto, porque ahorita nadie quiere dar empleo" dijo Gildardo.

Gerardo, es otro marido que está al pendiente de que le den el diagnóstico de su esposa que ya tiene más de ocho días hospitalizada.

"Esto es muy duro, mis vecinos me preguntaban constantemente de que estaba enferma, tenían miedo, les tuve que mentir que se complicó una ulcera que ya padecía, luego también mi hija enfermó, entonces, tengo que correr de un hospital a otro, porque una está en el IMSS y la otra en el Hospital Civil, esto, es muy duro, muy duro", manifestó Gerardo.

Señala que a veces cuida a sus nietos, otras, se va a los hospitales a que le den razón por la salud tanto de su esposa, como de su hija.

"De mi esposa me dan muy pocas esperanzas, de mi hija parece que todo marcha bien. Tengo que resignarme, nosotros ya vivimos lo que teníamos que vivir, sacamos adelante a nuestros hijos. Ahorita estamos solos, los otros hijos están en Nogales, el esposo de la hija en Estados Unidos y tienen tres niños que mi esposa y yo cuidábamos porque mi hija trabajaba en un supermercado y creemos que ahí se contagió y le pasó el mal a mi mujer, porque nosotros no salíamos", comentó.







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Culiacán, Sin.- "¡Espero que mi vieja salga de todo esto…es un horror lo que hemos vivido!" lamenta el señor Víctor Astorga quien tiene hospitalizada a su esposa por Covid-19.

De acuerdo al sector salud las amas de casa siguen siendo uno de los sectores más vulnerables al contagio y defunciones por Covid-19, ya que hasta el 15 de junio hay 943 casos positivos y 247 muertes, sin embargo, poco se sabe del papel que juegan sus parejas.

Víctor tiene 47 años y su esposa 45, ambos han procreado cinco hijos, el mayor de 17 y la menor de cinco años y desde hace quince días, su vida cambió por completo.

Trabaja en una compañía de agente viajero, ahora, no sabe qué pasará con su empleo porque “primero está mi mujer y después Dios dirá”.

Afuera de los hospitales donde están los pacientes de Covid-19 se ve deambular tanto a hombres como a mujeres… la angustia es igual.

Víctor cuenta que su esposa empezó a sentirse mal, pero como cada año, por estas fechas y en diciembre, tiene problemas gripales, entonces no le hizo caso mucho al dolor de garganta y la calentura que le daba, hasta que le empezó a faltar el aire fue con el doctor y le dio el espeluznante diagnóstico.

De inmediato les hice la prueba a mis hijos y yo mismo, nos la hicimos de manera privada, no importó lo que me costó, lo importante es la salud, afortunadamente, salimos negativos.

Víctor


Foto: Efrén Cárdenas │ El Sol de Sinaloa

Señala que no se ha querido desprender en ningún momento del hospital, de vez en cuando le dan noticias de su esposa, información que lo mantiene un poco tranquilo, ya que le dicen que va evolucionando muy bien.

De inmediato les hice la prueba a mis hijos y yo mismo, nos la hicimos de manera privada, no importó lo que me costó, lo importante es la salud, afortunadamente, salimos negativosVíctor

Señala que no se ha querido desprender en ningún momento del hospital, de vez en cuando le dan noticias de su esposa, información que lo mantiene un poco tranquilo, ya que le dicen que va evolucionando muy bien.

"Mi agradecimiento a todos los doctores y a las enfermeras, porque gracias a ellos, la gente enferma además de tener quien los cure, también son como una compañía porque no se permite a nadie cerca de ellos" dijo Víctor.

CASOS GRAVES

Gildardo, es otro marido, pero no tuvo la misma suerte que Víctor, ya que su esposa falleció a principios de mayo, le dejó un hijo, ahora, deambula por las calles en busca del apoyo de la gente, porque perdió trabajo y hogar.

Cuando mi mujer se puso mala, se fue agravando porque era diabética y un día nomás me dijeron que se murió.

Gildardo

Parco y con dolor cuenta que nunca se imaginó que el sepelio fuera tan duro “nomás diré que fuimos mi niño de cinco años, mi mamá a enterrarla, sus padres ya están grandes y todavía no saben nada de que su hija murió”.

Él era empleado de un supermercado, le dieron solo unos días, pero al continuar cuidando a su esposa por cerca de 20 días, lo dieron de baja, luego ya no tuvo para pagar la renta, debía tres meses y hace una semana le pidieron que la desalojara, se fue a vivir con su mamá en un cuartito.

"Mi mamá es muy pobre, se mantiene lavando y planchando en casas. Vivimos cuatro en el cuartito: Mamá, una sobrina, mi hijo y yo. Todos los días salimos el niño y yo en busca del apoyo de la gente, mientras pasa todo esto, porque ahorita nadie quiere dar empleo" dijo Gildardo.

Gerardo, es otro marido que está al pendiente de que le den el diagnóstico de su esposa que ya tiene más de ocho días hospitalizada.

"Esto es muy duro, mis vecinos me preguntaban constantemente de que estaba enferma, tenían miedo, les tuve que mentir que se complicó una ulcera que ya padecía, luego también mi hija enfermó, entonces, tengo que correr de un hospital a otro, porque una está en el IMSS y la otra en el Hospital Civil, esto, es muy duro, muy duro", manifestó Gerardo.

Señala que a veces cuida a sus nietos, otras, se va a los hospitales a que le den razón por la salud tanto de su esposa, como de su hija.

"De mi esposa me dan muy pocas esperanzas, de mi hija parece que todo marcha bien. Tengo que resignarme, nosotros ya vivimos lo que teníamos que vivir, sacamos adelante a nuestros hijos. Ahorita estamos solos, los otros hijos están en Nogales, el esposo de la hija en Estados Unidos y tienen tres niños que mi esposa y yo cuidábamos porque mi hija trabajaba en un supermercado y creemos que ahí se contagió y le pasó el mal a mi mujer, porque nosotros no salíamos", comentó.







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