Con la frente en alto

Eunice el arduo camino de ser madre

Irene Medrano Villanueva | El Sol de Sinaloa

  · sábado 7 de mayo de 2022

Eunice vive superando la ausencia, pero sus dos hijos la fortalecen. Foto: Cortesía | Eunice Meza

Culiacán, Sin.- Eunice Meza López es una madre joven que ha tenido que sortear una serie de vicisitudes que se le han presentado en la vida, pero que con amor y mucho coraje las ha vencido, primero un embarazo de alto riesgo, luego la pérdida que le causó la pandemia de dos de sus seres más queridos: su esposo y su suegra.

La filosofía de Eunice es ver la vida con optimismo, enfrentarla con valor y confianza de que no todos los días son iguales y que a cada momento se presentan oportunidades que no hay que desaprovecharlas. Es madre de dos “amores”, como ella llama a Roger y Eunice María; está estudiando derecho, y pertenece al equipo de softbol Congreso-ASE.

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La historia de esta madre, es como la de muchas otras que salen de su terruño en busca de mejores oportunidades; Eunice, originaria de Badiraguato dejó su hogar a los 15 años para llegar a Culiacán a estudiar una carrera técnica.

Tuvo la fortuna que en 1994 ingresó a trabajar en el Congreso del estado, es decir, tiene 28 años laborando en este lugar, empezó en el departamento de procesos legislativos como secretaria, pero como no había personal, los días de sesiones atendía a los diputados, además de que los apoyaba en otros menesteres en sus oficinas como escribir iniciativas, elaborar discursos.

PROFESIONAL

Su seriedad, siempre dándose a respetar, hasta la fecha es una de las secretarias más queridas de ésta institución y gracias a su empeño y dedicación logró subir de categoría, en este momento es asistente ejecutiva de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso del estado, pero, antes, estudió preparatoria, se casó, al quedar preñada, los médicos le diagnosticaron un embarazo de alto riesgo.

“Mi embarazo fue muy complicado, estaba en riesgo mi vida y la del bebé, tuve que luchar mucho para que mi hijo sobreviviera, fueron nueve meses de mucha incertidumbre, afortunadamente con muchos cuidados de mi suegra a quien la vi como a una segunda madre, logré procrear a mi hijo que ahora tiene 23 años, fue una bendición su llegada”, recuerda.

UN EMBARAZO DE RIESGO

El tiempo pasaba, ella no se conformaba con tener un solo hijo, su esposo la apoyaba en las decisiones que quisiera tomar.

“Cómo es posible, me preguntaba, que no pueda tener otro hijo, si estoy sana, pedí otras opiniones, me traté y finalmente me arriesgue…” recuerda.

Justamente cuando su hijo tenía once años, se embaraza. “Que pega el chicle, los síntomas eran como el de cualquier embarazo, todo transcurrió normal hasta que nació la niña…ellos son mi vida entera”.

EUNICE SE PREPARA PARA SU JUBILACION

Eunice es una madre visionaria, en estos momentos está en tercer año de derecho, se va a jubilar relativamente joven.

“Quiero estar preparada para cuando llegue el retiro, si no, me dan oportunidad aquí en el Congreso, pues me voy a litigar, lo importante es estar activa”, señala.

Al hablar de su familia, lo hace con orgullo, pero cuando llega al tema doloroso, sus ojos brillan, todavía está reciente la pérdida de sus dos seres queridos y aunque ya pasaron dos años, de que la pandemia del Covid-19, les dio donde más les dolía, las heridas no han sanado.

Roger Borrego, su hijo, dejó la carrera de Ingeniería en sistemas ante los embates que le dejó la pandemia para convertirse en el jefe de la familia, pero, una vez pasado el fuerte transe ya se volvió a inscribir.

La muerte de su esposo y de su suegra que murieron el mismo día -2 de abril 2020- contagiados por el Covid-19, ésta tragedia sumió a la familia en una gran depresión.

Dice que ella no sabía cómo actuar y lo primero que se le ocurrió fue concientizar a la gente, subir a Facebook lo que le había pasado, todo por no saber cómo tratar la enfermedad, porque estaba reciente su descubrimiento, lo que les pedía a la gente, en ese momento, era que extremaran precauciones, que hicieran caso al llamado de las autoridades de salud.

“Fueron días muy difíciles, no se sabía cómo tratar la enfermedad, porque apenas empezaba, no había vacunas, nos contagiamos, mi suegra fue trasladada al hospital, mi esposo se fue a la casa de su mamá y yo me quedé con mis hijos".

Eunice en las oficinas del Congreso donde lleva una vida trabajando. Foto: Cortesía | Eunice Meza


SE LE CERRÓ EL MUNDO

Recuerda que esos días estuvieron muy pesados, al sentirse sola y enferma, aunque tuvo todo el apoyo de su jefa que era en ese entonces, Graciela Domínguez.

“Fue algo muy fuerte es una fecha que nos marcó y que nunca vamos a olvidar, se me cerró el mundo, no sabía qué hacer, si bien es cierto que mi hijo ya puede valerse por sí sólo, la niña estaba muy sobreprotegida por su papá”.

“Todos estos sufrimientos, primero lo de mi embarazo, donde luché hasta el cansancio para proteger a ese ser que traía en mis entrañas, luego el perder a dos seres que amaba, lo valoro mucho más porque el proceso me hizo más fuerte”, dice.

Guarda un largo silencio y susurra levemente:

“A pesar de las ausencias, se me fueron mis dos grandes apoyos, me siento completa, realizada, bendecida y le agradezco a Dios y a la vida todo lo que he vivido”, dice.

Para llegar a tener esa paz interior, Eunice relata que fue necesario tomar terapia de familia, ya que sus hijos resintieron la pérdida del padre, de la abuela, que era muy cariñosa con ellos, los cuidaba, cuando ellos se iban a trabajar. “La llamábamos de cariño Mamá Yola”.

Su esposo, dice, era muy apoyador, formaban una bonita familia, claro que tenían altas y bajas, pero ahí estaba mamá Yola que todo lo ponía en su lugar.

“¡Cuánta falta me hacen esos dos amores…” narra.

Cuando volvieron las clases presenciales, optó por pagarle a una persona para que recogiera a la niña de la escuela, porque mi esposo era quien se encargaba de trasladar a los niños a la escuela.

“Mi cuñada tiene un amigo taxista, hablamos con él, es una persona de confianza, recoge a la niña la lleva a casa, yo la dejo y me voy a mi trabajo, no puedo pasar por ella, pero a la hora de la comida ya estamos los tres juntos. Más tarde la llevó a sus clases de escultura, y mientras ella está en sus actividades aprovecho para ir a entrenar”, relata.

“Sentí que me quedé sola, desprotegida, pero poco a poco nos hemos ido estableciendo. Somos un equipo muy organizado, muy unidos, nos apoyamos en todo, ellos siempre dicen: lo que diga mamá… estamos al cien”.

Eunice Meza López

Madre trabajadora

“Cómo es posible, me preguntaba, que no pueda tener otro hijo, si estoy sana”.

PERFIL

En 1994 Eunice entró a trabajar en el Congreso del Estado, y ahora tiene 28 años de laborar, faltándole dos para solicitar su retiro.