Culiacán, Sin.- Don Heriberto Sánchez al igual que sus compañeros, sostiene una cartulina de color fosforescente frente al Ayuntamiento de Culiacán, esperando llamar la atención de las autoridades que un día, dice, llegaron a decirle que ya no podía trabajar. Él, a su avanzada edad, ha salido a exponerse al Covid-19 buscando regresar a las ventas, pues por el estrés generado de la falta de empleo, su esposa sufrió una embolia.
Los comerciantes que operaban en la esquina de la calle Rafael Buelna y general Vicente Guerrero, en el Centro Cívico Constitución (CCC), continúan en manifestación por la arbitrariedad en la que fueron desalojados del lugar, quitándoles además, parte de su mobiliario.
A raíz de esto, los vendedores se manifestaron nuevamente este miércoles 23 de septiembre, pues ya son seis meses sin poder trabajar.
“Nos han traído en puras vueltas. Se llevaron la mitad de nuestras cosas y nos pidieron una lista con lo que utilizábamos para trabajar y hasta ahora no nos han dado nada. Nos hicieron la propuesta de reubicarnos en un pasillo del zoológico, pero, cada vez que llueve, los puestos ahí se inundan y no nos conviene” expreso Heriberto.
Don Heriberto tenía 35 años trabajando a lado de la cabeza Olmeca.
El comerciante relata que fue Leobardo Félix quien llegó con elementos de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento, a llevarse las cosas de cada local. Esto sin mostrar documentos que justificaban el desalojo, solo se había informado de palabra que el espacio, era un área verde comprada por el ayuntamiento.
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Esto sucedió el 22 de marzo de 2020, de madrugada, cuando inició la operación para desalojar los 15 puestos de comida, copias, lonches y curiosidades. Fue a las 8:00 hora de ese día, cuando al llegar a su jornada laborara, se percataron que los puestos de venta ya no existían.
Otra manifestante, Angélica González, expresó que las mismas autoridades que se llevaron sus cosas, desconocieron el paradero de estas.
“Somos comerciantes de la tercera edad. Ya aceptaron que estuvieron mal y no nos resuelven. Llevábamos 35 años en esa zona. Nosotros exigimos que nos paguen. Había forma de hacer las cosas de manera diferente y no lo hicieron. Fue un abuso total” dijo don Heriberto.
La manifestación fue pequeña, pero se mantuvo por horas. Pese al calor y la exposición al ambiente, los ancianos se mantuvieron firmes en sus exigencias. El desespero y la economía ya los ha rebasado y, al menos, esperan que les devuelvan sus cosas.
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