/ lunes 15 de agosto de 2022

Asesinatos de policías quedan impunes: 45 han muerto sin que haya culpables

En los últimos cinco años han sido asesinados 45 agentes policíacos en Sinaloa, el rasgo común de todos los casos es que no hay un solo detenido

Durante la mañana del pasado sábado 6 de agosto, el comandante Juan Miguel Silva Alvarado, conocido por su mote de “Bóxer”, acudió a sus labores cotidianas en la sindicatura de Costa Rica. Antes del mediodía una llamada urgente lo requirió en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán, en la colonia Bachigualato.

Las fuentes coinciden en que Silva Alvarado tenía la certeza que los mandos de la Policía Municipal, en la que había servido durante 23 años –le faltaban 2 para su jubilación- habían decidido darle el cargo de subdirector de la corporación.

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Aquel día al rendir protesta, también lo hizo el comandante Raúl Demetrio Herrera, “El Brujo”, quien asumió el puesto de Coordinador Operativo, “el H3” en las claves policiales.

“Juan Miguel estaba contento, no expresó ningún temor”, recordó días después el secretario del Ayuntamiento de Culiacán, Leobardo Gallardo Beltrán. Sin embargo agentes de la corporación señalan que sí le advirtieron que ser “H2”, como se identifica ese cargo, era un puesto de peligro. Pero al final de cuentas pareció confiarse en que llegaba con el respaldo del alcalde Juan de Dios Gámez y el gobernador Rubén Rocha Moya.

Aquella noche de su primer día en el cargo, el comandante cuyo alias recordaba sus viejas glorias de boxeador y entrenador, organizó un operativo por bares y antros del Desarrollo Urbano Tres Ríos. Eran varias patrullas que conformaban un convoy, pero de repente poco antes de las 10 de la noche, tres de ellas con el H2 al mando, se dirigieron a las afueras del edificio corporativo 120 del boulevard Alfonso Zaragoza Maytonera.

La reacción del comandante “Bóxer” fue de dialogar con los pistoleros, pero ya llevaban consigna. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

“Nadie se ha explicado por qué el comandante se separó del convoy y se fue con las tres patrullas nada más, comenta un agente consultado. La versión es que al menos unas 10 camionetas de sujetos armados interceptaron al comandante y a los 12 policías que iban con él. La reacción del comandante “Bóxer” fue de dialogar con los pistoleros, pero ya llevaban consigna: los desarmaron, despojaron sus radios Matras y a continuación se dirigieron con Silva Alvarado.

“Se le advirtió que no podía estar en contra del “Indio””, dice una fuente que le espetó uno de los pistoleros. Y enseguida le descerrajaron dos cargadores de “cuerno de chivo”.

Los policías desarmados se quedaron estupefactos, mientras el cuerpo de Juan Miguel se desplomó en la banqueta a las afueras del edificio 120. El convoy de camionetas se marchó de la zona, sin que aparentemente fuera detectado por otras corporaciones.

IMPUNIDAD RAMPANTE

Juan Miguel Silva Alvarado se convirtió en el policía número 45 asesinado de 2017 a la fecha, y el tercer alto mando tocado por el crimen organizado en Sinaloa. De todos estos casos, en el 100 por ciento de las averiguaciones la Fiscalía no ha logrado detener a presuntos responsables.

En 2018 fue asesinado el director de la Policía Municipal de Elota, el Teniente Coronel retirado Ignacio Juárez Rojas, y su escolta Alfonso Beltrán Jiménez; su crimen al igual que el resto de los elementos ultimados sigue sin esclarecerse.

Tres años más tarde, el 24 de mayo de 2021, en plena campaña electoral para renovar la gubernatura, fue acribillado el director de la Policía Estatal Preventiva, teniente coronel Ernesto Joel Soto, quien además había sido un cercano colaborador del secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo.

Su crimen al igual que el resto de los elementos ultimados sigue sin esclarecerse. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

Soto viajaba de Guasave a Culiacán, a donde había acudido a visitar a su familia y al pasar la comunidad de Cerro Bola, en Salvador Alvarado, fue alcanzado por un grupo de gatilleros que le disparó más de 200 balas con fusil de asalto. Esta embestida violenta contra agentes tuvo su pico más alto durante el 2017, cuando la guerra entre las facciones de Los Dámaso y Los Chapitos, disputaban el control de la organización de Joaquín el Chapo Guzmán.

En un lapso de cinco meses, de enero a mayo de ese año, al menos 12 policías fueron asesinados uno tras otro, y otros tres fueron desaparecidos. De ellos, dos siguen en lista de espera de ser encontrados por sus familiares.


EN LA MIRA DEL CRIMEN

De acuerdo con la organización Causa en Común, desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (diciembre de 2018) hasta el pasado mes de abril de 2022, bandas criminales mataron a mil 537 policías en México, es decir, más de un policía de manera diaria.

De esta cifra son los policías municipales los más vulnerables, pues el 53 por ciento pertenecían a este tipo de corporación. Un 41 por ciento eran estatales y sólo el 3 por ciento federales.

Esta numeralia, según la ONG, no hace sino exhibir la situación precaria en la que laboran miles de policías en el territorio nacional.

“Trabajan turnos de 24 horas o más, carecen de sueldos y prestaciones adecuados, no cuentan con equipamiento ni capacitación suficientes y en algunos casos, deben soportar tratos denigrantes y de violencia al interior de sus corporaciones, señala la evaluación presentada en mayo pasado.

De hecho, Sinaloa aparece como el estado donde grupos de policías han realizado más manifestaciones (10) para exigir derechos en materia laboral y salarial.

Esta situación, advierte Causa en Común, propicia un desinterés por revertir los vicios instalados en las corporaciones que deberían cumplir su función de brindar seguridad a la población.


Este entramado es parte del sistema que llevó al comandante Juan Miguel Silva Alvarado a ser blanco de criminales. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

“BOXER” EN EL FUEGO CRUZADO

Este entramado es parte del sistema que llevó al comandante Juan Miguel Silva Alvarado a ser blanco de criminales. Fuentes de la Secretaría de Seguridad de Culiacán describen el puesto de Subdirector como clave en el ejercicio del control del municipio, implica los movimientos de regimientos y cuadrantes.

Con una ciudad sectorizada, es el subdirector junto con el coordinador operativo quienes deciden cómo mover elementos, patrullas y repartirlos por los cuadrantes, siempre bajo órdenes generales del director y del titular de la SSPyTM.

Tanto el director como el secretario definen las estrategias generales, pero son estos mandos operativos quienes llevan las bitácoras de qué patrullas, motos y personal se mueve para un lado y otro”, refiere la fuente.

Silva Alvarado llevaba alrededor de seis meses de comandante en la sindicatura de Costa Rica, pero antes fue encargado del sector 5 de la zona La Conquista y salida norte de la ciudad.

Por su parte, Raúl Demetrio llevaba también meses como comandante de la Municipal en la sindicatura de Las Tapias. Es decir, tanto al H2 como al H3 los sacaron de enclaves del valle de la capital del estado para nuevas asignaciones.

El crimen del comandante “Bóxer” encaja la lógica de que la Subdirección es un puesto clave en la toma de decisiones de la corporación. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

Una de las hipótesis de personal de la SSPyTM consultado, es que el crimen del comandante “Bóxer” encaja la lógica de que la Subdirección es un puesto clave en la toma de decisiones de la corporación.

Tres días después del asesinato del policía boxeador y marisquero (era dueño de Marisquería Bóxer), fue nombrado como H2 el comandante del Escuadrón Motorizado, José Luis Leal Lomas, un joven con más de 10 años en la corporación.

El lunes 8 de agosto en Costa Rica soltaron globos blancos para homenajear de cuerpo presente y féretro adornado con su fotografía al comandante “Bóxer”, una foto que se había tomado el 4 de agosto en el despacho de la síndica Juany Ochoa.

Fue su último adiós, mientras en la corporación –según agentes- quedó la sensación de un aire enrarecido, bajo una incertidumbre inaplazable de que el enemigo puede estar en la propia casa.

Durante la mañana del pasado sábado 6 de agosto, el comandante Juan Miguel Silva Alvarado, conocido por su mote de “Bóxer”, acudió a sus labores cotidianas en la sindicatura de Costa Rica. Antes del mediodía una llamada urgente lo requirió en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán, en la colonia Bachigualato.

Las fuentes coinciden en que Silva Alvarado tenía la certeza que los mandos de la Policía Municipal, en la que había servido durante 23 años –le faltaban 2 para su jubilación- habían decidido darle el cargo de subdirector de la corporación.

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Aquel día al rendir protesta, también lo hizo el comandante Raúl Demetrio Herrera, “El Brujo”, quien asumió el puesto de Coordinador Operativo, “el H3” en las claves policiales.

“Juan Miguel estaba contento, no expresó ningún temor”, recordó días después el secretario del Ayuntamiento de Culiacán, Leobardo Gallardo Beltrán. Sin embargo agentes de la corporación señalan que sí le advirtieron que ser “H2”, como se identifica ese cargo, era un puesto de peligro. Pero al final de cuentas pareció confiarse en que llegaba con el respaldo del alcalde Juan de Dios Gámez y el gobernador Rubén Rocha Moya.

Aquella noche de su primer día en el cargo, el comandante cuyo alias recordaba sus viejas glorias de boxeador y entrenador, organizó un operativo por bares y antros del Desarrollo Urbano Tres Ríos. Eran varias patrullas que conformaban un convoy, pero de repente poco antes de las 10 de la noche, tres de ellas con el H2 al mando, se dirigieron a las afueras del edificio corporativo 120 del boulevard Alfonso Zaragoza Maytonera.

La reacción del comandante “Bóxer” fue de dialogar con los pistoleros, pero ya llevaban consigna. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

“Nadie se ha explicado por qué el comandante se separó del convoy y se fue con las tres patrullas nada más, comenta un agente consultado. La versión es que al menos unas 10 camionetas de sujetos armados interceptaron al comandante y a los 12 policías que iban con él. La reacción del comandante “Bóxer” fue de dialogar con los pistoleros, pero ya llevaban consigna: los desarmaron, despojaron sus radios Matras y a continuación se dirigieron con Silva Alvarado.

“Se le advirtió que no podía estar en contra del “Indio””, dice una fuente que le espetó uno de los pistoleros. Y enseguida le descerrajaron dos cargadores de “cuerno de chivo”.

Los policías desarmados se quedaron estupefactos, mientras el cuerpo de Juan Miguel se desplomó en la banqueta a las afueras del edificio 120. El convoy de camionetas se marchó de la zona, sin que aparentemente fuera detectado por otras corporaciones.

IMPUNIDAD RAMPANTE

Juan Miguel Silva Alvarado se convirtió en el policía número 45 asesinado de 2017 a la fecha, y el tercer alto mando tocado por el crimen organizado en Sinaloa. De todos estos casos, en el 100 por ciento de las averiguaciones la Fiscalía no ha logrado detener a presuntos responsables.

En 2018 fue asesinado el director de la Policía Municipal de Elota, el Teniente Coronel retirado Ignacio Juárez Rojas, y su escolta Alfonso Beltrán Jiménez; su crimen al igual que el resto de los elementos ultimados sigue sin esclarecerse.

Tres años más tarde, el 24 de mayo de 2021, en plena campaña electoral para renovar la gubernatura, fue acribillado el director de la Policía Estatal Preventiva, teniente coronel Ernesto Joel Soto, quien además había sido un cercano colaborador del secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo.

Su crimen al igual que el resto de los elementos ultimados sigue sin esclarecerse. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

Soto viajaba de Guasave a Culiacán, a donde había acudido a visitar a su familia y al pasar la comunidad de Cerro Bola, en Salvador Alvarado, fue alcanzado por un grupo de gatilleros que le disparó más de 200 balas con fusil de asalto. Esta embestida violenta contra agentes tuvo su pico más alto durante el 2017, cuando la guerra entre las facciones de Los Dámaso y Los Chapitos, disputaban el control de la organización de Joaquín el Chapo Guzmán.

En un lapso de cinco meses, de enero a mayo de ese año, al menos 12 policías fueron asesinados uno tras otro, y otros tres fueron desaparecidos. De ellos, dos siguen en lista de espera de ser encontrados por sus familiares.


EN LA MIRA DEL CRIMEN

De acuerdo con la organización Causa en Común, desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (diciembre de 2018) hasta el pasado mes de abril de 2022, bandas criminales mataron a mil 537 policías en México, es decir, más de un policía de manera diaria.

De esta cifra son los policías municipales los más vulnerables, pues el 53 por ciento pertenecían a este tipo de corporación. Un 41 por ciento eran estatales y sólo el 3 por ciento federales.

Esta numeralia, según la ONG, no hace sino exhibir la situación precaria en la que laboran miles de policías en el territorio nacional.

“Trabajan turnos de 24 horas o más, carecen de sueldos y prestaciones adecuados, no cuentan con equipamiento ni capacitación suficientes y en algunos casos, deben soportar tratos denigrantes y de violencia al interior de sus corporaciones, señala la evaluación presentada en mayo pasado.

De hecho, Sinaloa aparece como el estado donde grupos de policías han realizado más manifestaciones (10) para exigir derechos en materia laboral y salarial.

Esta situación, advierte Causa en Común, propicia un desinterés por revertir los vicios instalados en las corporaciones que deberían cumplir su función de brindar seguridad a la población.


Este entramado es parte del sistema que llevó al comandante Juan Miguel Silva Alvarado a ser blanco de criminales. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

“BOXER” EN EL FUEGO CRUZADO

Este entramado es parte del sistema que llevó al comandante Juan Miguel Silva Alvarado a ser blanco de criminales. Fuentes de la Secretaría de Seguridad de Culiacán describen el puesto de Subdirector como clave en el ejercicio del control del municipio, implica los movimientos de regimientos y cuadrantes.

Con una ciudad sectorizada, es el subdirector junto con el coordinador operativo quienes deciden cómo mover elementos, patrullas y repartirlos por los cuadrantes, siempre bajo órdenes generales del director y del titular de la SSPyTM.

Tanto el director como el secretario definen las estrategias generales, pero son estos mandos operativos quienes llevan las bitácoras de qué patrullas, motos y personal se mueve para un lado y otro”, refiere la fuente.

Silva Alvarado llevaba alrededor de seis meses de comandante en la sindicatura de Costa Rica, pero antes fue encargado del sector 5 de la zona La Conquista y salida norte de la ciudad.

Por su parte, Raúl Demetrio llevaba también meses como comandante de la Municipal en la sindicatura de Las Tapias. Es decir, tanto al H2 como al H3 los sacaron de enclaves del valle de la capital del estado para nuevas asignaciones.

El crimen del comandante “Bóxer” encaja la lógica de que la Subdirección es un puesto clave en la toma de decisiones de la corporación. Foto: Facebook | Sindicatura de Costa Rica

Una de las hipótesis de personal de la SSPyTM consultado, es que el crimen del comandante “Bóxer” encaja la lógica de que la Subdirección es un puesto clave en la toma de decisiones de la corporación.

Tres días después del asesinato del policía boxeador y marisquero (era dueño de Marisquería Bóxer), fue nombrado como H2 el comandante del Escuadrón Motorizado, José Luis Leal Lomas, un joven con más de 10 años en la corporación.

El lunes 8 de agosto en Costa Rica soltaron globos blancos para homenajear de cuerpo presente y féretro adornado con su fotografía al comandante “Bóxer”, una foto que se había tomado el 4 de agosto en el despacho de la síndica Juany Ochoa.

Fue su último adiós, mientras en la corporación –según agentes- quedó la sensación de un aire enrarecido, bajo una incertidumbre inaplazable de que el enemigo puede estar en la propia casa.

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