/ martes 6 de febrero de 2018

Construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; una base del futuro en Texcoco

El NAICM tiene como objetivo convertirse en una red de transporte para atender hasta 125 millones de personas

Texcoco.- Un ejército de trabajadores se mezcla entre grandes torres de metal y concreto sobre un gigantesco terreno que parece base lunar. Son más de 45 mil personas las que trabajan en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), movimiento frenético que al cerrar el año realizarán 100 mil mexicanos.

Pero este es solamente el inicio de una obra monumental, que cuando esté concluida, representará una fuente de empleo para 450 mil mexicanos, más que la población que contó el INEGI en Cuernavaca en 2015 (eran 366 mil 321 habitantes). Este proyecto surgió, nos explicaron durante un recorrido que realizó El Sol de México por las obras, ante la saturación de la terminal aérea internacional de la Ciudad de México.

Quien tiene que viajar frecuentemente por el Benito Juárez se queja de las demoras, las largas filas y lo incómodo de las salas.

Lo difícil que es a veces obtener un taxi para salir a buena hora, o los embudos que se hacen al llegar y documentar, son parte de las molestias. Este aeropuerto funcionará en 2020 para satisfacer la demanda de hasta 76 millones de pasajeros, pero en su máximo desarrollo atenderá a 125 millones, explicaron funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Para realizar la obra, la dependencia destacó que cada día seis mil camiones cargados transportan materiales a la zona, y el edificio terminal medirá de punta a punta un kilómetro y medio, en el que se cabrían tres glorietas de Reforma.

Nos informaron que el centro de la terminal es del tamaño del Zócalo de la Ciudad de México, con un lobby, que tendrá cuatro pisos donde se ubicarán, entre otros, las tiendas de autoservicio y la entrada para el check in.

Los ejecutivos de la SCT mencionaron que la varilla que se emplea en las plataformas del Centro Multimodal de Transporte y el edificio terminal es el equivalente a la distancia entre Alaska y la Patagonia (se estima que dicha distancia es superior a los 13 mil kilómetros). La subestación de alta tensión consta de tres instalaciones eléctricas, tanto de maniobras como de transformación de voltaje para abastecer de energía a los edificios principales y las pistas, y la generación de luz de esta planta equivale a alumbrar todo Pachuca.

Los miles de mexicanos con casco y chaleco, que mueven materiales con grandes máquinas o con sus propias manos en carretillas, están dando forma al segundo aeropuerto más grande del mundo. El primero se ubicará en Estambul, Turquía, para dar servicio a 150 millones de viajeros. Hasta el momento, el aeropuerto de Atlanta atiende a 100 millones de pasajeros.

Durante el recorrido, las autoridades de SCT especifican que no es posible que los dos aeropuertos operen simultáneamente, pues los espacios aéreos se cruzan. Cuenta con un plan de expansión para alcanzar su máximo desarrollo hacia el último tercio del presente siglo, con seis pistas paralelas, dos terminales y otras dos satélites.

Lo anterior, como una aportación de este proyecto a Atenco, Texcoco, Chiautla, Chiconcuac, Papalotla, Tepletlaoxtoc y Tezoyuca, que se beneficiarán con la construcción de arco techos o techumbres en escuelas y plazas cívicas, pavimentación de calles, remozamiento y acondicionamiento de plazas cívicas, centros comunitarios, escuelas, jardines, parroquias y edificios históricos. La transformación de todo el entorno también está en marcha acelerada para acabar en tiempo.

Al caer la noche, los ruidos de las máquinas continúan sonando en el horizonte. El polvo se levanta y los miles de trabajadores se preparan para cambiar turno. Una obra monumental para conectar al mundo con México y viceversa.

Las plataformas, suman 856, cada una de las cuales mide 400 metros cuadrados y utiliza varilla de pulgada y media.


Texcoco.- Un ejército de trabajadores se mezcla entre grandes torres de metal y concreto sobre un gigantesco terreno que parece base lunar. Son más de 45 mil personas las que trabajan en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), movimiento frenético que al cerrar el año realizarán 100 mil mexicanos.

Pero este es solamente el inicio de una obra monumental, que cuando esté concluida, representará una fuente de empleo para 450 mil mexicanos, más que la población que contó el INEGI en Cuernavaca en 2015 (eran 366 mil 321 habitantes). Este proyecto surgió, nos explicaron durante un recorrido que realizó El Sol de México por las obras, ante la saturación de la terminal aérea internacional de la Ciudad de México.

Quien tiene que viajar frecuentemente por el Benito Juárez se queja de las demoras, las largas filas y lo incómodo de las salas.

Lo difícil que es a veces obtener un taxi para salir a buena hora, o los embudos que se hacen al llegar y documentar, son parte de las molestias. Este aeropuerto funcionará en 2020 para satisfacer la demanda de hasta 76 millones de pasajeros, pero en su máximo desarrollo atenderá a 125 millones, explicaron funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Para realizar la obra, la dependencia destacó que cada día seis mil camiones cargados transportan materiales a la zona, y el edificio terminal medirá de punta a punta un kilómetro y medio, en el que se cabrían tres glorietas de Reforma.

Nos informaron que el centro de la terminal es del tamaño del Zócalo de la Ciudad de México, con un lobby, que tendrá cuatro pisos donde se ubicarán, entre otros, las tiendas de autoservicio y la entrada para el check in.

Los ejecutivos de la SCT mencionaron que la varilla que se emplea en las plataformas del Centro Multimodal de Transporte y el edificio terminal es el equivalente a la distancia entre Alaska y la Patagonia (se estima que dicha distancia es superior a los 13 mil kilómetros). La subestación de alta tensión consta de tres instalaciones eléctricas, tanto de maniobras como de transformación de voltaje para abastecer de energía a los edificios principales y las pistas, y la generación de luz de esta planta equivale a alumbrar todo Pachuca.

Los miles de mexicanos con casco y chaleco, que mueven materiales con grandes máquinas o con sus propias manos en carretillas, están dando forma al segundo aeropuerto más grande del mundo. El primero se ubicará en Estambul, Turquía, para dar servicio a 150 millones de viajeros. Hasta el momento, el aeropuerto de Atlanta atiende a 100 millones de pasajeros.

Durante el recorrido, las autoridades de SCT especifican que no es posible que los dos aeropuertos operen simultáneamente, pues los espacios aéreos se cruzan. Cuenta con un plan de expansión para alcanzar su máximo desarrollo hacia el último tercio del presente siglo, con seis pistas paralelas, dos terminales y otras dos satélites.

Lo anterior, como una aportación de este proyecto a Atenco, Texcoco, Chiautla, Chiconcuac, Papalotla, Tepletlaoxtoc y Tezoyuca, que se beneficiarán con la construcción de arco techos o techumbres en escuelas y plazas cívicas, pavimentación de calles, remozamiento y acondicionamiento de plazas cívicas, centros comunitarios, escuelas, jardines, parroquias y edificios históricos. La transformación de todo el entorno también está en marcha acelerada para acabar en tiempo.

Al caer la noche, los ruidos de las máquinas continúan sonando en el horizonte. El polvo se levanta y los miles de trabajadores se preparan para cambiar turno. Una obra monumental para conectar al mundo con México y viceversa.

Las plataformas, suman 856, cada una de las cuales mide 400 metros cuadrados y utiliza varilla de pulgada y media.


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