/ domingo 4 de julio de 2021

Nunca ha escatimado esfuerzo alguno por apoyar

Para Manuel de Jesús Ríos Esquerra, promover el deporte no tiene precio; se aprecia en él la construcción de 11 estadios

Culiacán, Sin.- Por más de 50 años se ha preocupado para que los beisbolistas tengan escenarios deportivos dignos en Culiacán, así como en otros municipios del estado de Sinaloa.

En todo ese peregrinar se pueden apreciar nada menos que un total de 11 estadios construidos en la capital sinaloense, así como rehabilitación de campos de pelota, es un rico legado que hasta el momento ha dejado, pues su apoyo al deporte se mantiene vigente porque no ha sido pasajero, sino que su convicción lo confirma como un ejemplar promotor deportivo.

Un promotor nato que ha construido muchos espacios deportivos.Foto: Cortesía |Martín García Castillo

Promover el beisbol, un deporte que lo apasiona, ha sido una constante en su vida deportiva, nunca ha escatimado esfuerzo alguno en aras de cristalizar cualquier proyecto que se le presente y que lleve como objetivo el que traerá un sinfín de beneficios a quienes se interesan en la práctica deportiva.

Así se puede describir de Manuel de Jesús Ríos Esquerra, amante del llamado “Rey de los Deportes” y, por si fuera poco, a lo arriba citado, habrá que sumarle también los cientos de patrocinios para equipos de diversas categorías en Culiacán y Navolato.

Pero también ha ido más allá su aporte desinteresado, pues el futbol y softbol, son otros deportes que han salido beneficiados con su labor altruista la cual se extendió incluso al sector educativo con obras de remodelación en escuelas y caminos en las zonas rurales del norte de la capital sinaloense.

También ha apoyado y sigue apoyando económicamente a personas de escasos recursos para resolver problemas de salud, o en su defecto, haciendo gestiones ante las autoridades correspondientes.

Desde luego que eso él lo aprendió desde su faceta de jugador, sabía de los problemas que afrontaban y que difícilmente las autoridades podrían resolverlos, razón por la cual desde entonces le nació el dar sin esperar a recibir.

Foto: Cortesía |Martín García Castillo

Como jugador cuenta con una carrera llena de logros y satisfacciones que se enriquece con cinco títulos de bateo, dos de ellos en Primera Fuerza (Liga Intersemanal) y un campeonato de jonrones en la categoría Super Veteranos donde también fue el mejor bateador y poco más de 40 gallardetes colectivos en las categorías de Veteranos, Super Veteranos, Super Master y Master con el equipo de sus amores, Club Tepehuajes.

El licenciado (así es conocido en el argot deportivo) Manuel de los Ríos aclara que él siempre ha apoyado el deporte sin esperar nada a cambio. Eso ha sido y es incondicional, pero se siente agradecido con el beisbol, por tantos momentos gratos que le ha dado en su vida, y lo más importante las grandes amistades que ha sembrado por medio de esta disciplina en todas partes del país.

“Aparte de los momentos gratos que he pasado en mi vida como deportista, lo más importante de todo lo que hemos obtenido, creo son las mejores amistades que he adquirido en mi vida. Los mejores amigos los he hecho en el deporte, en el beisbol”, dijo Ríos Esquerra.

“Otra de las satisfacciones que he tenido dentro del beisbol, son la infinidad de reconocimientos que he tenido de la gente, tanto como jugador, organizador y promotor”.

Recordó de sus inicios en el beisbol que empezó desde los 10 años en un llano ubicado a espaldas de su casa, que los reunió un vecino a él y a varios de sus amigos de nombre José Luis García “El Llanero” para echar rolas con un bate y pelotas viejas que él tenía, pero sin manillas.

Foto: Cortesía │ Pixabay

Con el tiempo adquirieron los aditamentos deportivos de segunda mano y de ahí empezó su peregrinar en el beisbol, al participar por primera vez en una liga que organizaba el extinto promotor Francisco “Paquín” Acosta, y después desfilaron por la Liga de “El Bledo” y de otro gran promotor Antonio Zazueta “El Pachuco” Villa, ahí después de los 17 años.

Manuel Ríos de joven tuvo que dejar su natal Culiacán para viajar a la Ciudad de México e ingresar a la escuela de Medicina, carrera que no impartían en la capital de Sinaloa; ahí combinó sus estudios con el deporte al jugar desde 1966 a 1968 en la Liga Metropolitana con el equipo Rayo Vac, dirigido en ese entonces por Bernardo Talallero.

Con Rayo Vac cubrió la segunda base y short stop. En este equipo tuvo de compañero a Víctor Villalobos, hermano menor de Gonzalo y Lauro de San Blas.

Como muchos sinaloenses, se vio en la necesidad de abandonar sus estudios al tener que regresar a Culiacán, exactamente el día 2 de octubre de 1968 por los conocidos sucesos de Tlatelolco debido a que estaban agarrando parejo con los estudiantes.

Con su regreso a Culiacán, Manuel de los Ríos, se vio en un dilema para continuar con sus estudios, pues no pudo continuar con su sueño de convertirse en médico, debido a que la capital no contaba con una escuela de Medicina, así que debió decidirse por otra carrera y su visión lo llevó a la escuela de Derecho donde cursó la carrera de abogado.

Desde entonces, Ríos Esquerra ejerce está difícil profesión con lealtad, respeto, responsabilidad y sobre todo honestidad, que lo llevó a convertirse en uno de los mejores de su ramo; y a la par con sus éxitos siempre se ha preocupado por el bienestar de la comunidad deportiva de su ciudad natal y de todo el estado, concretamente del deporte rey del cual es un apasionado, apoyando con patrocinios a equipos de niños y jóvenes, así como con infraestructura en campos deportivos.

Foto: Cortesía │ Pixabay

Su primera gran obra la realizó en el periodo como gobernador de Antonio Toledo Corro (1981-1986) al conseguir los recursos para construir una Unidad Infantil con cinco campos para beisbol y con ello, crear la primera Liga de Beisbol Infantil de Culiacán en un predio ubicado en Villa Universidad que estaba invadido de vagos.

Años más tarde ante la falta de espacios para practicar el beisbol, con recursos propios y en un terreno de su propiedad, construyó el primer estadio para adultos en la colonia Las Cucas, el cual por cierto fue bautizado con su nombre y fue utilizado por las Ligas de Segunda Fuerza Tierra Blanca, Veteranos y Superveteranos, así como circuitos de Tercera Fuerza, entre ellos la del Alto del Norte del municipio de Culiacán, hoy Liga Campesina, y fue sede de varios equipos a los que se les prestaba.

Pero su máximas fueron la construcción de la Unidad Deportiva Tepehuajes, que incluyó tres estadios; dos para adultos y uno infantil, complejo que fue donado al Club Deportivo de Amigos (hoy se encuentran descuidados), quienes tuvieron que ceder sus instalaciones ante el Proyecto 3 Ríos a principios del año 2000.

No conforme con este complejo deportivo, construyó un estadio más en un terreno ubicado justo a un costado de su casa en la Hacienda de la Loma Rodriguera donde da albergue a equipos de la Liga de Beisbol Jóvenes Adultos y de la Liga Campesina de Tercera Fuerza.

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Su noble labor no se ha centrado únicamente en la capital sinaloense, pues a tejido una red de amigos por todo el estado a quienes también les brindado su apoyo y por ello, lo tienen en un lugar privilegiado al grado de considerarlo parte crucial en el engranaje del beisbol de Sinaloa.

Cuando fue asesor deportivo, donde por cierto estuvo en el equipo de asesores dirigido por Rubén Rocha Moya, ahora gobernador electo, en la administración de Jesús Aguilar Padilla, fue un aliado verdadero de los beisbolistas por su familiaridad con esta disciplina al conocer sus necesidades.

Un ejemplo de ello, fue la gestión que hizo ante Aguilar Padilla para la construcción de una Unidad Deportiva con tres estadios de beisbol donde jugarían las jóvenes promesas del beisbol de Culiacán al ser donadas para la Liga Juvenil Orabá, circuito que siempre tuvo problemas con los espacios deportivos.

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Cabe destacar que esta obra la inició con la colaboración de Jaime Castro Parra (donó los terrenos), incluso ambos tuvieron que abrir la chequera para poder empezar con la construcción y posteriormente dejarla en manos de gobierno del estado.

También gestionó la remodelación del estadio de La Cofradía de Navolato y mejoras para el parque de pelota de Bachimeto, entre otros.

Lamentó que desde hace muchos años el beisbol viene de caída libre dado a que ya no hay promotores como El “Pachuco” Villa, “Paquín” Acosta, por citar algunos y que otros deportes como el softbol les esté ganando.

“El Pachuco lograba reunir cerca de 200 equipos en sus ligas. Increíble eso, como le hacía para conseguir los lugares donde pudieran jugar. Dónde quedaron esos promotores”.



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Culiacán, Sin.- Por más de 50 años se ha preocupado para que los beisbolistas tengan escenarios deportivos dignos en Culiacán, así como en otros municipios del estado de Sinaloa.

En todo ese peregrinar se pueden apreciar nada menos que un total de 11 estadios construidos en la capital sinaloense, así como rehabilitación de campos de pelota, es un rico legado que hasta el momento ha dejado, pues su apoyo al deporte se mantiene vigente porque no ha sido pasajero, sino que su convicción lo confirma como un ejemplar promotor deportivo.

Un promotor nato que ha construido muchos espacios deportivos.Foto: Cortesía |Martín García Castillo

Promover el beisbol, un deporte que lo apasiona, ha sido una constante en su vida deportiva, nunca ha escatimado esfuerzo alguno en aras de cristalizar cualquier proyecto que se le presente y que lleve como objetivo el que traerá un sinfín de beneficios a quienes se interesan en la práctica deportiva.

Así se puede describir de Manuel de Jesús Ríos Esquerra, amante del llamado “Rey de los Deportes” y, por si fuera poco, a lo arriba citado, habrá que sumarle también los cientos de patrocinios para equipos de diversas categorías en Culiacán y Navolato.

Pero también ha ido más allá su aporte desinteresado, pues el futbol y softbol, son otros deportes que han salido beneficiados con su labor altruista la cual se extendió incluso al sector educativo con obras de remodelación en escuelas y caminos en las zonas rurales del norte de la capital sinaloense.

También ha apoyado y sigue apoyando económicamente a personas de escasos recursos para resolver problemas de salud, o en su defecto, haciendo gestiones ante las autoridades correspondientes.

Desde luego que eso él lo aprendió desde su faceta de jugador, sabía de los problemas que afrontaban y que difícilmente las autoridades podrían resolverlos, razón por la cual desde entonces le nació el dar sin esperar a recibir.

Foto: Cortesía |Martín García Castillo

Como jugador cuenta con una carrera llena de logros y satisfacciones que se enriquece con cinco títulos de bateo, dos de ellos en Primera Fuerza (Liga Intersemanal) y un campeonato de jonrones en la categoría Super Veteranos donde también fue el mejor bateador y poco más de 40 gallardetes colectivos en las categorías de Veteranos, Super Veteranos, Super Master y Master con el equipo de sus amores, Club Tepehuajes.

El licenciado (así es conocido en el argot deportivo) Manuel de los Ríos aclara que él siempre ha apoyado el deporte sin esperar nada a cambio. Eso ha sido y es incondicional, pero se siente agradecido con el beisbol, por tantos momentos gratos que le ha dado en su vida, y lo más importante las grandes amistades que ha sembrado por medio de esta disciplina en todas partes del país.

“Aparte de los momentos gratos que he pasado en mi vida como deportista, lo más importante de todo lo que hemos obtenido, creo son las mejores amistades que he adquirido en mi vida. Los mejores amigos los he hecho en el deporte, en el beisbol”, dijo Ríos Esquerra.

“Otra de las satisfacciones que he tenido dentro del beisbol, son la infinidad de reconocimientos que he tenido de la gente, tanto como jugador, organizador y promotor”.

Recordó de sus inicios en el beisbol que empezó desde los 10 años en un llano ubicado a espaldas de su casa, que los reunió un vecino a él y a varios de sus amigos de nombre José Luis García “El Llanero” para echar rolas con un bate y pelotas viejas que él tenía, pero sin manillas.

Foto: Cortesía │ Pixabay

Con el tiempo adquirieron los aditamentos deportivos de segunda mano y de ahí empezó su peregrinar en el beisbol, al participar por primera vez en una liga que organizaba el extinto promotor Francisco “Paquín” Acosta, y después desfilaron por la Liga de “El Bledo” y de otro gran promotor Antonio Zazueta “El Pachuco” Villa, ahí después de los 17 años.

Manuel Ríos de joven tuvo que dejar su natal Culiacán para viajar a la Ciudad de México e ingresar a la escuela de Medicina, carrera que no impartían en la capital de Sinaloa; ahí combinó sus estudios con el deporte al jugar desde 1966 a 1968 en la Liga Metropolitana con el equipo Rayo Vac, dirigido en ese entonces por Bernardo Talallero.

Con Rayo Vac cubrió la segunda base y short stop. En este equipo tuvo de compañero a Víctor Villalobos, hermano menor de Gonzalo y Lauro de San Blas.

Como muchos sinaloenses, se vio en la necesidad de abandonar sus estudios al tener que regresar a Culiacán, exactamente el día 2 de octubre de 1968 por los conocidos sucesos de Tlatelolco debido a que estaban agarrando parejo con los estudiantes.

Con su regreso a Culiacán, Manuel de los Ríos, se vio en un dilema para continuar con sus estudios, pues no pudo continuar con su sueño de convertirse en médico, debido a que la capital no contaba con una escuela de Medicina, así que debió decidirse por otra carrera y su visión lo llevó a la escuela de Derecho donde cursó la carrera de abogado.

Desde entonces, Ríos Esquerra ejerce está difícil profesión con lealtad, respeto, responsabilidad y sobre todo honestidad, que lo llevó a convertirse en uno de los mejores de su ramo; y a la par con sus éxitos siempre se ha preocupado por el bienestar de la comunidad deportiva de su ciudad natal y de todo el estado, concretamente del deporte rey del cual es un apasionado, apoyando con patrocinios a equipos de niños y jóvenes, así como con infraestructura en campos deportivos.

Foto: Cortesía │ Pixabay

Su primera gran obra la realizó en el periodo como gobernador de Antonio Toledo Corro (1981-1986) al conseguir los recursos para construir una Unidad Infantil con cinco campos para beisbol y con ello, crear la primera Liga de Beisbol Infantil de Culiacán en un predio ubicado en Villa Universidad que estaba invadido de vagos.

Años más tarde ante la falta de espacios para practicar el beisbol, con recursos propios y en un terreno de su propiedad, construyó el primer estadio para adultos en la colonia Las Cucas, el cual por cierto fue bautizado con su nombre y fue utilizado por las Ligas de Segunda Fuerza Tierra Blanca, Veteranos y Superveteranos, así como circuitos de Tercera Fuerza, entre ellos la del Alto del Norte del municipio de Culiacán, hoy Liga Campesina, y fue sede de varios equipos a los que se les prestaba.

Pero su máximas fueron la construcción de la Unidad Deportiva Tepehuajes, que incluyó tres estadios; dos para adultos y uno infantil, complejo que fue donado al Club Deportivo de Amigos (hoy se encuentran descuidados), quienes tuvieron que ceder sus instalaciones ante el Proyecto 3 Ríos a principios del año 2000.

No conforme con este complejo deportivo, construyó un estadio más en un terreno ubicado justo a un costado de su casa en la Hacienda de la Loma Rodriguera donde da albergue a equipos de la Liga de Beisbol Jóvenes Adultos y de la Liga Campesina de Tercera Fuerza.

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Su noble labor no se ha centrado únicamente en la capital sinaloense, pues a tejido una red de amigos por todo el estado a quienes también les brindado su apoyo y por ello, lo tienen en un lugar privilegiado al grado de considerarlo parte crucial en el engranaje del beisbol de Sinaloa.

Cuando fue asesor deportivo, donde por cierto estuvo en el equipo de asesores dirigido por Rubén Rocha Moya, ahora gobernador electo, en la administración de Jesús Aguilar Padilla, fue un aliado verdadero de los beisbolistas por su familiaridad con esta disciplina al conocer sus necesidades.

Un ejemplo de ello, fue la gestión que hizo ante Aguilar Padilla para la construcción de una Unidad Deportiva con tres estadios de beisbol donde jugarían las jóvenes promesas del beisbol de Culiacán al ser donadas para la Liga Juvenil Orabá, circuito que siempre tuvo problemas con los espacios deportivos.

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Cabe destacar que esta obra la inició con la colaboración de Jaime Castro Parra (donó los terrenos), incluso ambos tuvieron que abrir la chequera para poder empezar con la construcción y posteriormente dejarla en manos de gobierno del estado.

También gestionó la remodelación del estadio de La Cofradía de Navolato y mejoras para el parque de pelota de Bachimeto, entre otros.

Lamentó que desde hace muchos años el beisbol viene de caída libre dado a que ya no hay promotores como El “Pachuco” Villa, “Paquín” Acosta, por citar algunos y que otros deportes como el softbol les esté ganando.

“El Pachuco lograba reunir cerca de 200 equipos en sus ligas. Increíble eso, como le hacía para conseguir los lugares donde pudieran jugar. Dónde quedaron esos promotores”.



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