/ martes 12 de mayo de 2020

Liga JAPAC sorteó varios problemas para garantizar su continuidad

En 2001 se escasearon los patrocinadores y sus directivos trabajaron a marchas forzadas para recuperarse

Culiacán, Sin.- Remontándonos a la historia de la Liga de Beisbol JAPAC de Primera Fuerza, que sus días más gloriosos sin duda alguna los vivió cuando operada en Las Bombas (Colonia Tierra Blanca), al mudarse a la Colonia El Barrio en 1995, empezó a sortear serios problemas que en esos momentos pusieron en riesgo su continuidad.

Y es que el cambio de domicilio, en aquellos años, afectó mucho a éste longevo circuito, al sufrir el rechazo de peloteros quienes pretextaron la falta de transporte para trasladarse a la nueva Unidad Deportiva JAPAC y la falta de aficionados que no se podían adaptar debido a la lejanía y costumbre ya arraigada.

Ciertamente en los primeros cinco años de operación en El Barrio, los problemas fueron menores, sin embargo, estos empezaron a recrudecerse después del 2001 cuando se escasearon los patrocinadores, al no rebasar la cantidad de ocho equipos y eso no les era atractiva para anunciar su producto.

Bajo la dirección del extinto directivo Trinidad Altamirano Sarabia, el circuito irremediablemente empezó su desplome, pese a un gran trabajo del “Trini”, quien tuvo que emplearse a fondo para mantener a flote el circuito en las temporadas 2001 y 2002.

Altamirano abandonó la nave un año después por motivos de salud, y la dirección quedó en manos de Rafael Armenta López (qepd), quien tomó el mando con el circuito inmerso ya en una severa crisis.

No había equipos suficientes y, por ende, escasearon los patrocinadores, lo que trajo por consiguiente que la nueva directiva no encontrara solución al problema, incluso pensaron en la suspensión del campeonato.

Pero era tanta la preocupación de los directivos del beisbol más fuerte de la localidad que, como una última alternativa y jugándose el todo por el todo, Armenta optó por recorrer para octubre el inicio del campeonato, saliendo así del calendario oficial del circuito (empezaba en marzo) por primera vez en su historia.

Eso sin duda alguna le dio tiempo suficiente para buscar los patrocinios necesarios, y le funcionó, pues logró reunir a seis escuadrones, suficientes para salvar el torneo.

Además de inaugurar en octubre, la directiva visualizó y regionalizó el circuito, al permitir la participación de equipos del municipio de Navolato, una novena de la sindicatura de Bachimeto dirigida por Pedro Tapia Arellano, que por cierto a la postre logró el título.

Todo resultó dulzura de una temporada, pero quedaba la virtud que se había rescatado, se demostró que se podía, pero un año después, la directiva vivió los mismos problemas para celebrar el campeonato 29, donde por cierto Bachimeto revalidó su título.

Toca fondo

Sin embargo, en el 2005 los equipos se fueron. Nadie quería jugar en Liga JAPAC, y mucho tuvo que ver la reactivación de la Liga “Tomás Arroyo Valladares” clase Abierta, así como la Liga Bachigualato de Segunda Fuerza, donde se refugiaron muchos de los peloteros.

A Rafael Armenta no le quedó de otra que tirar la toalla, y canceló el campeonato, cortando así una continuidad de 29 años del torneo.

Fue así que la liga entró en una especie de ´estado de coma´ y para muchos, su recuperación parecía difícil. Es más, imposible considerando todos los problemas que venían arrastrando en las últimas temporadas, aunado ello a la competencia que estaba surgiendo.

Las reacciones no se hicieron esperar. Los beisbolistas se empezaron a lamentar por la crítica situación de la JAPAC donde ellos querían seguir derrochando su calidad, así como también de los propios directivos y promotores, pero nadie hacía nada para tratar de salvarla. Nadie quería meter la mano al fuego por la continuidad de una liga que lo que más le afectó en aquellos tiempos fue el cambio de escenario. Era un gran abismo de distancia cuando las costumbres ya estaban arraigadas.

Incluso, seguidores de este longevo circuito y algunos peloteros, ya lo daban por muerto a sus 29 años de nacimiento.

La recuperación

Recordamos que a finales de 2005, hubo una reunión urgente de ex presidentes de este circuito que tenía como objetivo buscar una solución al grave problema que afrontaban como liga.

En este selecto grupo estaba Manuel García Montoya, junto con Francisco de la Rocha (qepd) y Heriberto Millán (qepd), quienes por cierto, le dieron la vida al circuito en 1976.

García Montoya y compañía acordaron unir esfuerzos para rescatar su liga, y fortalecerla para una vida duradera.

Fue así como el entusiasmo de los ex presidentes contagió a todo mundo, y los apoyos no se hicieron esperar, principalmente del gobernador en turno, Jesús Alberto Aguilar Padilla, un beisbolista de corazón, que no concebía la idea de que los culichis se quedaran sin Liga JAPAC.

El mandamás en Sinaloa observó que dicho circuito era necesario por dos razones principales: que se trataba del mejor escaparate para los jugadores en proceso de crecimiento y que resultaba un espejo para el estado en el terreno deportivo considerando que es cuna del beisbol en el país.

Con tremendo apoyo, Manuel García, a petición de Aguilar Padilla, se hizo cargo de la dirección del circuito y de nuevo le dio vida, al organizar con un rotundo éxito la trigésima temporada y cuyo campeonato inició casi en el mes de junio.

En la edición que la denominaron “Reactivación” participaron 10 equipos, arrojando como monarca a Níos Su Servilleta con Carlos Orozco al frente.

Ahí empezó a ´prender´ de nuevo, llegó la ´flama divina´ que todavía arroja lumbre que lleva a un final feliz a cada año.

Se recuerda que en 2007, participaron los mismos 10 equipos, aún y que los problemas volvieron ese año, cuando STINFONAVIT no se presentó al tercer y decisivo juego de la serie final, perdiendo por forfit el campeonato, después de que la Asociación Estatal de Beisbol ordenó a la directiva otorgarle un permiso para no jugar al equipo de las Águilas de la UAS, cuando por acuerdos de liga no se le había extendido.

Los sindicalizados sintieron que con ello se violaron los acuerdos tomados previos al campeonato, y optaron por no presentarse, al argumentar también que la ABESIN no tenía autoridad para meterse, dado a que Liga JAPAC no estaba afiliada en su momento.

Esa gris final fue otro duro golpe para la Liga JAPAC, pues ponía en riesgo su continuidad, pero también fue otro reto para Manuel García Montoya, quien optimista dijo que no afectaría, y así sucedió, pues actualmente este longevo circuito sigue más firme que nunca, considerando que nació bajo sólidas bases que le han permitido solventar los problemas más graves, pero a cambio de ello teniendo a la mano las soluciones favorables.

Te puede interesar: Definen futuro del beisbol infantil en el país

Liga JAPAC durará muchos años: García Montoya

“Están sólidos los cimientos y te puedo asegurar que Liga JAPAC durará muchos años”, dijo optimista en aquellos años Manuel García Montoya, al afirmar que el circuito se fortalecería poco a poco, mismo que ha sucedido hasta el momento.

Quedaba ahí como antecedente que los problemas de Liga JAPAC se generalizaron desde su salida de los campos de las “Bombas” porque nadie creía que resultaba lo correcto su cambio obligado –ante el crecimiento urbanístico de la ciudad-- a un espacio muy lejano.

Con el tiempo todo se fue adaptando, jugadores, directivos, patrocinadores y aficionados, el tiempo trajo más beneficios ya que los tres campos están dentro de una Unidad Deportiva que cuenta también con un espacio para el softbol, áreas recreativas y un amplio estacionamiento.

Lee más aquí:

Culiacán, Sin.- Remontándonos a la historia de la Liga de Beisbol JAPAC de Primera Fuerza, que sus días más gloriosos sin duda alguna los vivió cuando operada en Las Bombas (Colonia Tierra Blanca), al mudarse a la Colonia El Barrio en 1995, empezó a sortear serios problemas que en esos momentos pusieron en riesgo su continuidad.

Y es que el cambio de domicilio, en aquellos años, afectó mucho a éste longevo circuito, al sufrir el rechazo de peloteros quienes pretextaron la falta de transporte para trasladarse a la nueva Unidad Deportiva JAPAC y la falta de aficionados que no se podían adaptar debido a la lejanía y costumbre ya arraigada.

Ciertamente en los primeros cinco años de operación en El Barrio, los problemas fueron menores, sin embargo, estos empezaron a recrudecerse después del 2001 cuando se escasearon los patrocinadores, al no rebasar la cantidad de ocho equipos y eso no les era atractiva para anunciar su producto.

Bajo la dirección del extinto directivo Trinidad Altamirano Sarabia, el circuito irremediablemente empezó su desplome, pese a un gran trabajo del “Trini”, quien tuvo que emplearse a fondo para mantener a flote el circuito en las temporadas 2001 y 2002.

Altamirano abandonó la nave un año después por motivos de salud, y la dirección quedó en manos de Rafael Armenta López (qepd), quien tomó el mando con el circuito inmerso ya en una severa crisis.

No había equipos suficientes y, por ende, escasearon los patrocinadores, lo que trajo por consiguiente que la nueva directiva no encontrara solución al problema, incluso pensaron en la suspensión del campeonato.

Pero era tanta la preocupación de los directivos del beisbol más fuerte de la localidad que, como una última alternativa y jugándose el todo por el todo, Armenta optó por recorrer para octubre el inicio del campeonato, saliendo así del calendario oficial del circuito (empezaba en marzo) por primera vez en su historia.

Eso sin duda alguna le dio tiempo suficiente para buscar los patrocinios necesarios, y le funcionó, pues logró reunir a seis escuadrones, suficientes para salvar el torneo.

Además de inaugurar en octubre, la directiva visualizó y regionalizó el circuito, al permitir la participación de equipos del municipio de Navolato, una novena de la sindicatura de Bachimeto dirigida por Pedro Tapia Arellano, que por cierto a la postre logró el título.

Todo resultó dulzura de una temporada, pero quedaba la virtud que se había rescatado, se demostró que se podía, pero un año después, la directiva vivió los mismos problemas para celebrar el campeonato 29, donde por cierto Bachimeto revalidó su título.

Toca fondo

Sin embargo, en el 2005 los equipos se fueron. Nadie quería jugar en Liga JAPAC, y mucho tuvo que ver la reactivación de la Liga “Tomás Arroyo Valladares” clase Abierta, así como la Liga Bachigualato de Segunda Fuerza, donde se refugiaron muchos de los peloteros.

A Rafael Armenta no le quedó de otra que tirar la toalla, y canceló el campeonato, cortando así una continuidad de 29 años del torneo.

Fue así que la liga entró en una especie de ´estado de coma´ y para muchos, su recuperación parecía difícil. Es más, imposible considerando todos los problemas que venían arrastrando en las últimas temporadas, aunado ello a la competencia que estaba surgiendo.

Las reacciones no se hicieron esperar. Los beisbolistas se empezaron a lamentar por la crítica situación de la JAPAC donde ellos querían seguir derrochando su calidad, así como también de los propios directivos y promotores, pero nadie hacía nada para tratar de salvarla. Nadie quería meter la mano al fuego por la continuidad de una liga que lo que más le afectó en aquellos tiempos fue el cambio de escenario. Era un gran abismo de distancia cuando las costumbres ya estaban arraigadas.

Incluso, seguidores de este longevo circuito y algunos peloteros, ya lo daban por muerto a sus 29 años de nacimiento.

La recuperación

Recordamos que a finales de 2005, hubo una reunión urgente de ex presidentes de este circuito que tenía como objetivo buscar una solución al grave problema que afrontaban como liga.

En este selecto grupo estaba Manuel García Montoya, junto con Francisco de la Rocha (qepd) y Heriberto Millán (qepd), quienes por cierto, le dieron la vida al circuito en 1976.

García Montoya y compañía acordaron unir esfuerzos para rescatar su liga, y fortalecerla para una vida duradera.

Fue así como el entusiasmo de los ex presidentes contagió a todo mundo, y los apoyos no se hicieron esperar, principalmente del gobernador en turno, Jesús Alberto Aguilar Padilla, un beisbolista de corazón, que no concebía la idea de que los culichis se quedaran sin Liga JAPAC.

El mandamás en Sinaloa observó que dicho circuito era necesario por dos razones principales: que se trataba del mejor escaparate para los jugadores en proceso de crecimiento y que resultaba un espejo para el estado en el terreno deportivo considerando que es cuna del beisbol en el país.

Con tremendo apoyo, Manuel García, a petición de Aguilar Padilla, se hizo cargo de la dirección del circuito y de nuevo le dio vida, al organizar con un rotundo éxito la trigésima temporada y cuyo campeonato inició casi en el mes de junio.

En la edición que la denominaron “Reactivación” participaron 10 equipos, arrojando como monarca a Níos Su Servilleta con Carlos Orozco al frente.

Ahí empezó a ´prender´ de nuevo, llegó la ´flama divina´ que todavía arroja lumbre que lleva a un final feliz a cada año.

Se recuerda que en 2007, participaron los mismos 10 equipos, aún y que los problemas volvieron ese año, cuando STINFONAVIT no se presentó al tercer y decisivo juego de la serie final, perdiendo por forfit el campeonato, después de que la Asociación Estatal de Beisbol ordenó a la directiva otorgarle un permiso para no jugar al equipo de las Águilas de la UAS, cuando por acuerdos de liga no se le había extendido.

Los sindicalizados sintieron que con ello se violaron los acuerdos tomados previos al campeonato, y optaron por no presentarse, al argumentar también que la ABESIN no tenía autoridad para meterse, dado a que Liga JAPAC no estaba afiliada en su momento.

Esa gris final fue otro duro golpe para la Liga JAPAC, pues ponía en riesgo su continuidad, pero también fue otro reto para Manuel García Montoya, quien optimista dijo que no afectaría, y así sucedió, pues actualmente este longevo circuito sigue más firme que nunca, considerando que nació bajo sólidas bases que le han permitido solventar los problemas más graves, pero a cambio de ello teniendo a la mano las soluciones favorables.

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Liga JAPAC durará muchos años: García Montoya

“Están sólidos los cimientos y te puedo asegurar que Liga JAPAC durará muchos años”, dijo optimista en aquellos años Manuel García Montoya, al afirmar que el circuito se fortalecería poco a poco, mismo que ha sucedido hasta el momento.

Quedaba ahí como antecedente que los problemas de Liga JAPAC se generalizaron desde su salida de los campos de las “Bombas” porque nadie creía que resultaba lo correcto su cambio obligado –ante el crecimiento urbanístico de la ciudad-- a un espacio muy lejano.

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