Culiacán, Sin.- Escudriñando en la historia del beisbol profesional y con motivo de la puesta en marcha de la temporada 2020-21 de la Liga Mexicana del Pacífico el pasado 15 de octubre, encontramos un escrito que data de hace 65 años.
Y es que está vigente la polémica de que, por vez primera, en fecha arriba estipulada, era inaugurada una temporada.
El jueves pasado se midieron Tomateros de Culiacán y Algodoneros de Guasave, ellos sí, la primera ocasión que lo hacen en esta clase de lides.
Lo que se establece es que aún y que en 1955 fue de la Liga de la Costa del Pacífico y en este 2020 de la LMP, lo destacable es que ya se había vivido una fiesta de tal magnitud en la ciudad de Culiacán.
Y este es el escrito integro que encontramos y entregamos a nuestros lectores para que se den una idea de cuál era la pasión en aquellos años en las confrontaciones entre Mazatlán y Culiacán:
Buenos días y saludos desde el estadio Ángel Flores, aquí estamos hoy 15 de octubre de 1955 en la inauguración de una temporada más de la Liga de la Costa del Pacifico para presenciar los dos encuentros a efectuarse entre los Tacuarineros de Culiacán y los Venados de Mazatlán, equipos que tienen gran rivalidad deportiva y son los máximos ganadores de la liga y presentan para estos encuentros a los siguientes jugadores:
Culiacán:
Jorge Bravo (Chorejas), Guillermo Álvarez (Huevito), Alfonso Ramírez (Tuza), Héctor Lara (Chamaco), Carlos Gómez (Caliquín), Salvador Vargas (Rata), Alfredo Jiménez (Moscón), José Luis Padilla (Gata), Rodolfo Regalado (Ruddy), Alfonso Ceballos y Milton Smith.
Mazatlán:
Eddie Ford, Barney Serrell (Grillo), Ángel Castro (Zurdo), Felipe Montemayor (Clip per), José Guerrero (Zacatillo), Ray Zonta, Epitacio Torres (La Mala), Procopio Herrera, Nippy Jones y Santos Amaro (Canguro).
El duelo de pitcheo fue entre Tomás Arroyo (Piyuyo) y el Pepino Azamar por Culiacán y Daniel Ríos (Coyota) y Lino Donoso por Mazatlán.
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Ellos fueron designados por sus managers Manuel Arroyo (Chory) y Homobono de la Rocha y Guillermo Garibay (Memo), respectivamente.
Según información, ese día fue muy soleado y especial para consumir el ruido de uña (cacahuates), mandarinas y cocadas quemadas para todo el plebero y las cheves para los mayores y que lógicamente hubo agua de riñón para los aficionados ´patas saladas´.
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