Mazatlán, Sin.- Hijo de una leyenda del beisbol mexicano, Carlos “El Siete” Carrasco, y continuador de un legado dentro de este deporte, Andrés Carrasco, o mejor conocido como “Andy”, ya tiene cerca de tres décadas formando peloteros en Mazatlán.
Desde muy chico, Andrés comenzó a jugar, inspirado por la admiración a su padre, que fue jugador profesional y que le dio esas bases que ahora él imparte a sus muchachos.
“Yo desde los 15 años de edad comencé a entrenar, arriba de la casa de mi papá teníamos una jaula de bateo y ahí comenzamos ayudándole a mi padre, al cual le agradezco todo lo que sé y todo lo que he aprendido es gracias a él”, comenta.
Carrasco ha llevado el beisbol desde que nació y motivado por las enseñanzas que él impartía, emprendió el vuelo en búsqueda de ser mejor, así que decidió estudiar Ciencias del Deporte, carrera de la cual egresó en el 2004.
Esa licenciatura le abrió las puertas para trabajar en la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde ha estado frente al equipo de beisbol, trabajando con jóvenes de prepa y universidad, teniendo la dicha de dirigir a grandes peloteros y prospectos de este deporte.
“Obviamente, cuando comienzas joven tienes la dicha de armar selecciones para jugar estatales y tuvimos la fortuna lograr un campeonato, el cual me acompaño Javier Montaño y gracias a Dios, de los 19 años que tengo trabajando en la UAS, he estado en las finales”, dice.
Los equipos que formaba “Andy” durante ese proceso fueron muy buenos, pues el competir en contra de los mejores jugadores de todo Sinaloa es muy complicado, porque el estado es uno de los “fuertes” en este deporte.
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“Yo les agradezco a los estudiantes cada una de las convocatorias a las que asistieron, ya que era muy difícil el estar jugando, había veces que dormíamos en gradas de los campos, otra en buenos hoteles, pero la experiencia era lo que se llevaban, ya que esos eventos eran muy buenos y había mucho profesional”, comenta.
Por sus manos han pasado peloteros como Sebastián Díaz, que recientemente debutó en la Liga Mexicana del Pacífico con los Venados de Mazatlán, el también ex Venado, Rogelio Noris, Luis “Caballito” Heredia, Manny Berumen, entre otros.
“Hay muchos peloteros que pasaron conmigo y claro, no quiere decir que yo los hice profesionales, pero sí pasaron por una etapa de bien jovencitos, como de 10-12 años, el único caso que si formé fue a Manuel Berumen, hasta que se fue a la academia de Adrián González”.
LA CREACIÓN DE LA ACADEMIA DEL SIETE CARRASCO
Andrés, junto con su padre, abrió una academia de beisbol llamada “El Siete” Carrasco, donde trabajó con íconos de la pelota porteña, como Juan José Pacho, Jesús “Chino” Valdez, Nini Pineda, Mike Sicairos, los hermanos Vega y Héctor Balcázar, donde tuvieron alrededor de 350 peloteros.
“Ahí estuvimos con mi padre alrededor de tres años, comenzamos a hacer ese trabajo por la pasión del deporte, pero lo dejamos de hacer y estuve como los gitanos, en varios clubes, hasta que volvimos a sentar cabeza en el Deportivo Real Pacífico, donde ya tengo dos años al frente de esta escuelita”.
Andy se ha caracterizado por ser una persona en constante evolución de su trabajo y sabe lo importante que es trabajar con niños, comenzando desde una temprana edad, ya que el deporte ha sufrido muchos cambios.
“En la época de mi padre había mucho pelotero nato y el que iba se quedaba en los equipos profesionales, hoy es muy diferente, tienes que comenzar a trabajar con los niños desde muy temprana edad, ya que es muy raro el que sale nato. Ahorita ya te comienzan a trabajar cuando el niño ya tira duro, batea fuerte y antes no, ahora es completamente diferente”.
Tras la pandemia del Covid-19, Andrés ha ido retomando las actividades con los niños con grupos muy reducidos, pero poco a poco van avanzando en sus enseñanzas y espera tener muy pronto una mayor apertura.
“Tengo planes de seguirme capacitando y cuando se retomen clases en la UAS, tengo planes de llevarme jóvenes a los Estados Unidos, junto con Manuel Berumem y darles esa oportunidad de seguir creciendo en lo académico y lo profesional a mis muchachos”
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