Despiden a Rafael Cauduro, un rebelde solitario

El artista plástico y muralista falleció a los 72 años; su último gran mural Los siete crímenes mayores,  se puede apreciar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Úrsula Medina

  · lunes 5 de diciembre de 2022

Foto: Cuartoscuro

La rebeldía marcó su vida. Rafael Cauduro, quien falleció la noche del sábado a los 72 años, marcó siempre una distancia que lo mantuvo como un artista único, que se formó de manera autodidáctica, que se mantuvo lejos de grupos y corrientes, con la firme intención de crear un arte experimental en contenido y técnica.

Y lo logró. Alesha Mercado, curadora de la exposición Un Cauduro es un Cauduro, que reúne 156 obras, desde sus primeros dibujos, considera que el artista nacido en la Ciudad de México en 1950, hizo grandes aportaciones en técnicas y narrativa. “Logró crear su propio abecedario estético”.

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Con su última gran exhibición, que se presentó hasta junio pasado en el Colegio de San Ildefonso y que se podrá apreciar hasta enero de 2023 en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano, en Cuernavaca, se le reconocen al artista 50 años de trayectoria que inició haciendo caricatura política.

Las temáticas que inspiraron su obra siempre estuvieron relacionadas con su preocupación por la situación del país: la migración infantil, la violencia contra la mujer, la vulnerabilidad de las personas, la discapacidad, los personajes urbanos y la violencia.

Cauduro fue un muralista solitario, trabajó sin cesar y su obra se puede apreciar incluso en los edificios públicos: en la estación del metro Insurgentes, se encuentra Escenarios subterráneos; hizo El Condominio en Avenida Veracruz en la Colonia Roma y su último gran mural: Los siete crímenes mayores, es también el más polémico, y se encuentra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En este trabajo por encargo, que no le entusiasmaba hacer, desarrolló la historia de la justicia en México. Va dirigido a un público específico, los ministros que imparten justicia en el país, cuestiona el poder, desde su mismo seno con el propósito de motivar a la reflexión. Lo realizó en el estudio Siqueiros: La Tallera en Cuernavaca Morelos, con Alberto Vadas y en él incluye el retrato de su segunda esposa, Liliana Pérez Cano y sus hijas Juliana y Elena.

RECONOCEN SU OBRA

Cauduro nació en el seno de una familia en la que se impulsó el gusto por el arte, pero también en la que se le exigió tener una carrera formal. Para cumplir los estándares sociales, decidió estudiar Arquitectura y Diseño Industrial en la Universidad Iberoamericana, pero ese espíritu insumiso que lo caracterizó, lo llevó a abandonar la escuela, instalarse en Cuernavaca, Morelos para iniciar su trayectoria como artista plástico.

Desde hace más de 40 años instaló su estudio y realizó gran parte de su obra en esa ciudad. Se desarrolló en las disciplinas de pintura, escultura y muralismo sin embargo, la pintura fue su gran pasión, la cual comenzó a desarrollar de lleno cuando falleció su padre, Víctor Cauduro Zanatta en 1972.

Su primera exposición fue en 1976 en la Casa del Lago, en Chapultepec en la Ciudad de México. Su obra engloba la controversia y la paradoja, así como la multiplicidad de técnicas que, él mismo decía, fueron una búsqueda para innovar su trabajo.

Expuso en Vancouver, Nueva York, Venezuela y Ciudad de México y se le reconoce especialmente su técnica experimental, utilizó desechos de lámina, madera, pintura, fibra de vidrio, metal, para encontrar nuevas texturas y acabados diferentes.

De Rafael Cauduro queda su obra, impregnada de una crítica social. Hoy se le reconocerá con un homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes, al que acudirá su familia, sus esposa e hijas, amigos y colegas.

Recientemente, la Universidad Autónoma de México había reconocido su labor dentro del arte mexicano con el documental Rafael cauduro: una vida dedicada al arte, dirigido por Mercedes Sierra Kehoe y producido por TV UNAM.

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