Culiacán, Sin.- Todos en México saben qué es una adelita, pero pocos conocen que su origen se le debe a Adelita Velarde, la primera de una larga fila de mujeres que lucharon en la Revolución Mexicana.
Las mujeres han desempeñado papeles claves en el desarrollo de conflictos sociales que tuvo el país, y la revolución no es la excepción.
Ya sea como combatientes, maestras, enfermeras o lideres por mencionar algunos ejemplos.
Durante la revolución surgió un grupo de mujeres conocidas como adelitas, su participación en la revolución mexicana se refiere más específicamente a las enfermeras mexicanas.
En los años 1914 a 1917 se registró la filiación revolucionaria de 124 enfermaras: 19 enfermeras en el zapatismo, 10 en el villanismo, 2 convencionistas y 93 constitucionalista-Carrancistas todo esto de acuerdo con los rostros de la rebeldía una investigación sobre la revolución mexicana de Martha Eva rocha Islas.
LA PRIMERA ADELITA
Adelita Velarde Pérez fue la primera mujer cuyo nombre representaría a todas las enfermeras que presentaran sus servicios, no solo cuidar a los enfermos y heridos durante la revolución, si no también cargar armas, encargarse de los alimentos e incluso participar en batallas.
Adelita se incorporó a las filas de la revolución mexicana con 15 años de edad apoyando a la asociación mexicana de la cruz blanca en labores de enfermería, nació en Chihuahua en el año 1990.
A la corta edad de 14 años, Adela Velarde huyo de casa para unirse a la cruz blanca
El origen de la del corrido de la ‘’Adelita’’
La canción más famosa de la revolución mexicana sea ‘’La adelita’’, hay dicen que se escribió en 1892 en Ometepec, Guerrero, otros también dicen que fue escrito en Oaxaca y otros alegan que fue en Chiapas, Campeche y hasta Yucatán.
En 1913 en Culiacán se popularizo al tocar con banda en diversos lugares comenta el músico Julián Reyes.
Estos son las estrofas de la canción Adelita:
Popular entre la tropa era Adelita,
la mujer que el sargento idolatraba,
porque a más de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y si Adelita se fuera con otro,
la seguiría por tierra y por mar;
si por mar, en un buque de guerra,
sí por tierra, en un tren militar.
Si Adelita quisiera ser mi esposa,
si Adelita fuera mi mujer,
le compraría su vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
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