/ lunes 14 de enero de 2019

Urgente fortaleces y utilizar la educación

Buenos días amigos Sinaloenses, después de muchos años regreso a este periódico, el Sol de Sinaloa a escribir una columna; lo hice en mis épocas de estudiante, por allá en los años 80’s y siempre se me permitió, en este medio, ejercer mi libertad de expresión, salvo la última columna cuando, se me dijo, que si quería escribir libremente tendría que comprarme mi propio PERIODICO.

Los tiempos han cambiado, los actores y las circunstancias también, yo ya no soy aquel joven estudiante que soñaba que el cambio podía ser posible, hoy soy un ciudadano que estoy seguro que puede haber una real transformación, cuando ejercemos nuestro pleno derecho a votar, a ser votados y a participar en la historia, en lugar de sólo criticar los acontecimientos, por eso agradezco infinitamente la invitación que se me hace para participar en una columna periodística de opinión que, espero, sea semanal, a través de la cual, con honestidad, opinaré, comentaré y te invitaré a ser parte del nuevo Méjico, el que nos merecemos, no sólo nuestros hijos, sino también nosotros mismos, porque desde que nacemos hasta nuestra muerte tenemos derecho a un estado de bienestar mínimo y fundamentalmente a ser felices; iniciemos pues, esta nueva era, esperando no defraudarlos a ustedes y mucho menos defraudarnos a nosotros mismos.

Ser columnista es una responsabilidad para con la objetividad, yo trataré de ser objetivo porque imparcial no soy, tengo mis ideas y convicciones muy claras y muy sólidas; pero eso si, no utilizaré este espacio de forma irresponsable y abordaremos los temas bajo el principio de que es mejor advertir que lamentar, es mejor luchar que quejarse y teniendo claro que la mejor forma de decir es hacer; Méjico, nuestro amado Méjico, está iniciando un nuevo gobierno federal y este cambio que el presidente de la republica ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR anuncia encabezar nos necesita a todos, tal vez unos tratando de que realmente se construya un régimen sin corrupción, sin impunidad, pero sobre todo con desarrollo, bienestar y felicidad; y otros tratando de que nada cambie y que si es irremediable una transformación, esta se dé bajo el tramposo dicho de que “hay que cambiar para que todo siga igual”; pero realmente, la realidad exige que nuestro País se transforme, que mejore el gobernante, pero también que se transforme el gobernado, para ello es urgente fortalecer y utilizar la educación y al impulso de las actividades productivas primarias, como lo es la agricultura, la pesca, la ganadería y la minería, esas son las grandes piernas que nos pueden llevar a la meta, porque todo lo demás viene en consecuencia, aunque no puede haber comercio, industria y turismo, que le sirva a la gente mientras no haya una nueva fuerza moral, congruencia y sobre todo una férrea voluntad que con vigor, inteligencia, apoyo social y determinación que acompañados de un ánimo colectivo nos permita a todos esforzarnos por reorientar el rumbo de la nación.

¿Por qué esta columna se llamara “Ecos De La Montaña”?, es porque mientas quien esto escribe creció en los hermosos valles de Navolato y Culiacán, mis orígenes paternos y maternos son sólidamente oriundos de la montaña de El Rosario y de Badiraguato, si crecí, en el valle, pero mi mente y persona fue influencia siempre con la óptica serrana, sencilla, honesta, lineal , pragmática y justa de que cada quien debe recibir lo que merece, MIS ANTEPASADOS FUERON LA VOZ, YO SOY EL ECO DE LA MONTAÑA e hijo del valle, donde crecí escuchando el método de como rayar la amapola, pero cortando, como jornalero, con mis manos, tomates rojos en los campos agrícolas; embarquémonos pues, en este viaje en el cual haremos de la palabra espada y escudo para tratar de aportar nuestro granito de arena a la futura gran historia de Méjico.


Buenos días amigos Sinaloenses, después de muchos años regreso a este periódico, el Sol de Sinaloa a escribir una columna; lo hice en mis épocas de estudiante, por allá en los años 80’s y siempre se me permitió, en este medio, ejercer mi libertad de expresión, salvo la última columna cuando, se me dijo, que si quería escribir libremente tendría que comprarme mi propio PERIODICO.

Los tiempos han cambiado, los actores y las circunstancias también, yo ya no soy aquel joven estudiante que soñaba que el cambio podía ser posible, hoy soy un ciudadano que estoy seguro que puede haber una real transformación, cuando ejercemos nuestro pleno derecho a votar, a ser votados y a participar en la historia, en lugar de sólo criticar los acontecimientos, por eso agradezco infinitamente la invitación que se me hace para participar en una columna periodística de opinión que, espero, sea semanal, a través de la cual, con honestidad, opinaré, comentaré y te invitaré a ser parte del nuevo Méjico, el que nos merecemos, no sólo nuestros hijos, sino también nosotros mismos, porque desde que nacemos hasta nuestra muerte tenemos derecho a un estado de bienestar mínimo y fundamentalmente a ser felices; iniciemos pues, esta nueva era, esperando no defraudarlos a ustedes y mucho menos defraudarnos a nosotros mismos.

Ser columnista es una responsabilidad para con la objetividad, yo trataré de ser objetivo porque imparcial no soy, tengo mis ideas y convicciones muy claras y muy sólidas; pero eso si, no utilizaré este espacio de forma irresponsable y abordaremos los temas bajo el principio de que es mejor advertir que lamentar, es mejor luchar que quejarse y teniendo claro que la mejor forma de decir es hacer; Méjico, nuestro amado Méjico, está iniciando un nuevo gobierno federal y este cambio que el presidente de la republica ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR anuncia encabezar nos necesita a todos, tal vez unos tratando de que realmente se construya un régimen sin corrupción, sin impunidad, pero sobre todo con desarrollo, bienestar y felicidad; y otros tratando de que nada cambie y que si es irremediable una transformación, esta se dé bajo el tramposo dicho de que “hay que cambiar para que todo siga igual”; pero realmente, la realidad exige que nuestro País se transforme, que mejore el gobernante, pero también que se transforme el gobernado, para ello es urgente fortalecer y utilizar la educación y al impulso de las actividades productivas primarias, como lo es la agricultura, la pesca, la ganadería y la minería, esas son las grandes piernas que nos pueden llevar a la meta, porque todo lo demás viene en consecuencia, aunque no puede haber comercio, industria y turismo, que le sirva a la gente mientras no haya una nueva fuerza moral, congruencia y sobre todo una férrea voluntad que con vigor, inteligencia, apoyo social y determinación que acompañados de un ánimo colectivo nos permita a todos esforzarnos por reorientar el rumbo de la nación.

¿Por qué esta columna se llamara “Ecos De La Montaña”?, es porque mientas quien esto escribe creció en los hermosos valles de Navolato y Culiacán, mis orígenes paternos y maternos son sólidamente oriundos de la montaña de El Rosario y de Badiraguato, si crecí, en el valle, pero mi mente y persona fue influencia siempre con la óptica serrana, sencilla, honesta, lineal , pragmática y justa de que cada quien debe recibir lo que merece, MIS ANTEPASADOS FUERON LA VOZ, YO SOY EL ECO DE LA MONTAÑA e hijo del valle, donde crecí escuchando el método de como rayar la amapola, pero cortando, como jornalero, con mis manos, tomates rojos en los campos agrícolas; embarquémonos pues, en este viaje en el cual haremos de la palabra espada y escudo para tratar de aportar nuestro granito de arena a la futura gran historia de Méjico.


ÚLTIMASCOLUMNAS