/ viernes 27 de septiembre de 2019

Una prueba a contra-corriente

Sin una bancada que le sirva de acompañamiento, la diputada del Partido Sinaloense Angélica Díaz de Cuén superó de nuevo la prueba de fuego en trabajo legislativo y gestión comunitaria al cumplir su primer año de ejercicio constitucional con creces. Y a contracorriente que le soltaron los adversarios políticos.

La dama al entregar su Informe de labores ante los directivos de su partido, de los militantes y de los ciudadanos, que siguen de cerca su trayectoria atestiguaron que durante el primero y segundo periodo ordinario de sesiones, presentó 102 iniciativas.

La legisladora “no sudó ni se abochornó”, porque el traidor de Jesús Manuel Valenzuela que llegó al Poder Legislativo, gracias al PAS, renunció al grupo para atender sus intereses personales, en cuanto asumió el cargo. Demostró que ni falta le hizo, ni le hará.

Por el contrario, les quitó un peso de encima.

Sin hacer “montón” como el resto de las fracciones que armaron escenarios estridentes, la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos se centró en lo suyo. Basó se tarea intensa en siete ejes vitales.

De esa manera alcanzó a cubrir la dinámica del proceso legislativo en las áreas de educación, economía, protección de bienestar social y salud, derechos humanos y grupos vulnerables, política y participación ciudadana. Por último seguridad pública.

En éste rubro que tiene repercusión en el resto, la legisladora desplegó una incesante acción de cabildeo, de consulta, de investigación y de convencimiento que le logró que se aprobara la propuesta de Ley de Atención a Víctimas del Delito de Desapariciones Forzadas y del Sistema de Búsqueda del Estado.

¿Por qué la importancia de esa resolución?

Porque el país entero y Sinaloa se debaten en una espiral de casos de hombres y de mujeres que aparentemente se los “tragó la tierra” a causa de la guerra contra el narcotráfico. Fenómeno que dejó viudas, huérfanos o familias sin parte de sus seres queridos y que continúa con sus efectos dolorosos.

De personas que claman justicia y que se entregan a explorar los miles de panteones clandestinos y los peligros que ello implica, sin dinero y sin defensa alguna.

Independientemente de otras iniciativas que se sacaron limpias, Angélica Díaz de Cuén, tuvo 88 participaciones que contribuyeron a la construcción de posicionamientos, réplicas, exhortos, exposiciones y puntos de acuerdo sobre diferentes temas.

Como gestora, la diputada del Partido Sinaloense rebasó también las expectativas. Durante todo el año, recogió demandas sociales y las resolvió. Incluso regresó a los territorios para escuchar a los electores y contribuyó a que su partido se convirtiera en el único que promueva la economía familiar con la creación de talleres y de microempresas que generan empleos entre los más necesitados.

Señales de emplazamiento en la UAS.

Con el arribo del otoño, aires de emplazamiento a huelga empezaron a soplar en la sesión del Consejo General de Delegados que se efectuó este miércoles 25 del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos en ocasión de la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo. El evento lo encabezó el secretario general, José Carlos Aceves Tamayo y los primeros acuerdos comenzaron a surgir.

Sin una bancada que le sirva de acompañamiento, la diputada del Partido Sinaloense Angélica Díaz de Cuén superó de nuevo la prueba de fuego en trabajo legislativo y gestión comunitaria al cumplir su primer año de ejercicio constitucional con creces. Y a contracorriente que le soltaron los adversarios políticos.

La dama al entregar su Informe de labores ante los directivos de su partido, de los militantes y de los ciudadanos, que siguen de cerca su trayectoria atestiguaron que durante el primero y segundo periodo ordinario de sesiones, presentó 102 iniciativas.

La legisladora “no sudó ni se abochornó”, porque el traidor de Jesús Manuel Valenzuela que llegó al Poder Legislativo, gracias al PAS, renunció al grupo para atender sus intereses personales, en cuanto asumió el cargo. Demostró que ni falta le hizo, ni le hará.

Por el contrario, les quitó un peso de encima.

Sin hacer “montón” como el resto de las fracciones que armaron escenarios estridentes, la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos se centró en lo suyo. Basó se tarea intensa en siete ejes vitales.

De esa manera alcanzó a cubrir la dinámica del proceso legislativo en las áreas de educación, economía, protección de bienestar social y salud, derechos humanos y grupos vulnerables, política y participación ciudadana. Por último seguridad pública.

En éste rubro que tiene repercusión en el resto, la legisladora desplegó una incesante acción de cabildeo, de consulta, de investigación y de convencimiento que le logró que se aprobara la propuesta de Ley de Atención a Víctimas del Delito de Desapariciones Forzadas y del Sistema de Búsqueda del Estado.

¿Por qué la importancia de esa resolución?

Porque el país entero y Sinaloa se debaten en una espiral de casos de hombres y de mujeres que aparentemente se los “tragó la tierra” a causa de la guerra contra el narcotráfico. Fenómeno que dejó viudas, huérfanos o familias sin parte de sus seres queridos y que continúa con sus efectos dolorosos.

De personas que claman justicia y que se entregan a explorar los miles de panteones clandestinos y los peligros que ello implica, sin dinero y sin defensa alguna.

Independientemente de otras iniciativas que se sacaron limpias, Angélica Díaz de Cuén, tuvo 88 participaciones que contribuyeron a la construcción de posicionamientos, réplicas, exhortos, exposiciones y puntos de acuerdo sobre diferentes temas.

Como gestora, la diputada del Partido Sinaloense rebasó también las expectativas. Durante todo el año, recogió demandas sociales y las resolvió. Incluso regresó a los territorios para escuchar a los electores y contribuyó a que su partido se convirtiera en el único que promueva la economía familiar con la creación de talleres y de microempresas que generan empleos entre los más necesitados.

Señales de emplazamiento en la UAS.

Con el arribo del otoño, aires de emplazamiento a huelga empezaron a soplar en la sesión del Consejo General de Delegados que se efectuó este miércoles 25 del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos en ocasión de la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo. El evento lo encabezó el secretario general, José Carlos Aceves Tamayo y los primeros acuerdos comenzaron a surgir.