/ lunes 9 de marzo de 2020

Una primavera llamada 9M

Ellas han tomado las calles y las plazas de todo México; los tendederos del acoso sexual ocuparon patios y banquetas de las universidades; denuncias, coraje y hartazgo de mujeres valientes se apoderaron de fuerza y razón acumulada. La primavera feminista llamada 9M ya está aquí, soplan los vientos del cambio. Después de este marzo ya nada será igual.

Las marchas, el paro y las diversas manifestaciones contra las violencias, las desigualdades e injusticias contra las mujeres y las niñas, que tienen lugar en estos días, no son nuevos en México, menos en el mundo, pero sí su profundidad, intensidad y relevancia son innegablemente una afortunada novedad que dibujan una verdadera revolución social.

Seguramente en esta semana aparecerán estadísticas diversas sobre el impacto económico, social y político de las acciones de protesta. Pero vale destacar la encuesta que publicó El Financiero antes del pasado domingo, donde señala que el 67% de la población apoya el paro 9M. Lo que indica que otra de las novedades es que ellas ya no están solas, pues cuentan con la solidaridad y apoyo mayoritario de la sociedad mexicana.

Hay una antigua frase feminista nada suave, desafiante y de mucho realismo que dice que “las mujeres somos el cincuenta por ciento de la población y madres de la otra mitad”. Dicha frase es ahora muy útil para la reflexión acerca de la relevancia que tiene la mujer en todos los mundos de nuestra vida.

Por ello, #UnDíaSinMujeres generó una fuerte alerta en los círculos financieros y empresariales. Según un estudio del Grupo BBVA, las pérdidas económicas serían cercanas a los 35 mil millones de pesos distribuidos en el valor de las actividades laborales y las domésticas no remuneradas en las viviendas. Ello afectaría según el estudio los sectores de servicios, educación, salud y asistencia social, así como al sector turístico, donde más de la mitad de sus colaboradores son mujeres. Son los servicios turísticos, de esparcimiento, mantenimiento, limpieza y comercio de una mayoritaria presencia de trabajadoras mujeres, pues el porcentaje rebasa el 65%.

También la Confederación de Cámaras de Comercio ha calculado que dicha pérdida sería de más de 26 mil millones de pesos, por lo que no se sumó a la promoción del paro, pero dijo respetar la decisión personal de las mujeres trabajadoras para no asistir a sus actividades laborales.

También en el sector público es altamente relevante la participación de las mujeres, señala Zoé Robledo, director general del IMSS, que representan el 60% del personal laboral y también el 60% de la derechohabiencia. El paro de mujeres dejaba sin atender a más de 300 mil mujeres que se consultan diariamente en la institución. De ese tamaño es la importancia de las mujeres en el sector público, solo poniendo este ejemplo.

Gracias al Codesin, que ha compartido un estudio denominado Participación de la Mujer en la vida Económica de Sinaloa, hecho a partir de información del Conapo y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), sabemos que en nuestro estado la mujer emprendedora representa el 56% del total de los emprendedores y 21,149 empleadores son mujeres, lo que representa un 20% del total. Estos datos revelan la importancia de ellas en la economía de Sinaloa. Imaginémonos si todas paran… se congela todo.

El perfil de la mujer sinaloense es de libertad y desarrollo. Al día de hoy el 59% de ellas mantienen el status de solteras, divorciadas, viudas, separadas o en unión libre. Y, en su mayoría no asumen dicha condición como de fracaso, sino como una posibilidad de crecimiento personal y profesional. El 59% curiosamente no tiene hijos o tiene uno o dos, por lo que usa una etapa amplia de su vida para dicho desarrollo y crecimiento. La ocupación en la crianza y formación de los hijos ha dejado de ser extensa en un amplio sector de las mujeres.

Otro dato más que debemos saber es que el 53.4% de los estudiantes de educación superior en 2019 eran mujeres, es decir, 84,386 en números absolutos. ¿Sabemos realmente lo que esto significa para nuestro presente y futuro?

Finalmente, 78 años es la esperanza de vida de las mujeres, 6.2 años más que la esperanza de vida de los hombres. ¿Sabemos por qué de este perfil femenino? ¿Qué papel juega la violencia, las conductas llamadas “antisociales”, la vida resiliente de ellas ante el entorno? No cabe duda que estamos ante muchos y profundos desafíos en este Sinaloa de grandes potencialidades. La revolución femenina está en marcha y ha empezado con una primavera llamada 9M2020. Las banderas de la esperanza se levantan sobre sus once ríos.

La liberación de ellas es la liberación de todos, bienvenida sea.

Ellas han tomado las calles y las plazas de todo México; los tendederos del acoso sexual ocuparon patios y banquetas de las universidades; denuncias, coraje y hartazgo de mujeres valientes se apoderaron de fuerza y razón acumulada. La primavera feminista llamada 9M ya está aquí, soplan los vientos del cambio. Después de este marzo ya nada será igual.

Las marchas, el paro y las diversas manifestaciones contra las violencias, las desigualdades e injusticias contra las mujeres y las niñas, que tienen lugar en estos días, no son nuevos en México, menos en el mundo, pero sí su profundidad, intensidad y relevancia son innegablemente una afortunada novedad que dibujan una verdadera revolución social.

Seguramente en esta semana aparecerán estadísticas diversas sobre el impacto económico, social y político de las acciones de protesta. Pero vale destacar la encuesta que publicó El Financiero antes del pasado domingo, donde señala que el 67% de la población apoya el paro 9M. Lo que indica que otra de las novedades es que ellas ya no están solas, pues cuentan con la solidaridad y apoyo mayoritario de la sociedad mexicana.

Hay una antigua frase feminista nada suave, desafiante y de mucho realismo que dice que “las mujeres somos el cincuenta por ciento de la población y madres de la otra mitad”. Dicha frase es ahora muy útil para la reflexión acerca de la relevancia que tiene la mujer en todos los mundos de nuestra vida.

Por ello, #UnDíaSinMujeres generó una fuerte alerta en los círculos financieros y empresariales. Según un estudio del Grupo BBVA, las pérdidas económicas serían cercanas a los 35 mil millones de pesos distribuidos en el valor de las actividades laborales y las domésticas no remuneradas en las viviendas. Ello afectaría según el estudio los sectores de servicios, educación, salud y asistencia social, así como al sector turístico, donde más de la mitad de sus colaboradores son mujeres. Son los servicios turísticos, de esparcimiento, mantenimiento, limpieza y comercio de una mayoritaria presencia de trabajadoras mujeres, pues el porcentaje rebasa el 65%.

También la Confederación de Cámaras de Comercio ha calculado que dicha pérdida sería de más de 26 mil millones de pesos, por lo que no se sumó a la promoción del paro, pero dijo respetar la decisión personal de las mujeres trabajadoras para no asistir a sus actividades laborales.

También en el sector público es altamente relevante la participación de las mujeres, señala Zoé Robledo, director general del IMSS, que representan el 60% del personal laboral y también el 60% de la derechohabiencia. El paro de mujeres dejaba sin atender a más de 300 mil mujeres que se consultan diariamente en la institución. De ese tamaño es la importancia de las mujeres en el sector público, solo poniendo este ejemplo.

Gracias al Codesin, que ha compartido un estudio denominado Participación de la Mujer en la vida Económica de Sinaloa, hecho a partir de información del Conapo y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), sabemos que en nuestro estado la mujer emprendedora representa el 56% del total de los emprendedores y 21,149 empleadores son mujeres, lo que representa un 20% del total. Estos datos revelan la importancia de ellas en la economía de Sinaloa. Imaginémonos si todas paran… se congela todo.

El perfil de la mujer sinaloense es de libertad y desarrollo. Al día de hoy el 59% de ellas mantienen el status de solteras, divorciadas, viudas, separadas o en unión libre. Y, en su mayoría no asumen dicha condición como de fracaso, sino como una posibilidad de crecimiento personal y profesional. El 59% curiosamente no tiene hijos o tiene uno o dos, por lo que usa una etapa amplia de su vida para dicho desarrollo y crecimiento. La ocupación en la crianza y formación de los hijos ha dejado de ser extensa en un amplio sector de las mujeres.

Otro dato más que debemos saber es que el 53.4% de los estudiantes de educación superior en 2019 eran mujeres, es decir, 84,386 en números absolutos. ¿Sabemos realmente lo que esto significa para nuestro presente y futuro?

Finalmente, 78 años es la esperanza de vida de las mujeres, 6.2 años más que la esperanza de vida de los hombres. ¿Sabemos por qué de este perfil femenino? ¿Qué papel juega la violencia, las conductas llamadas “antisociales”, la vida resiliente de ellas ante el entorno? No cabe duda que estamos ante muchos y profundos desafíos en este Sinaloa de grandes potencialidades. La revolución femenina está en marcha y ha empezado con una primavera llamada 9M2020. Las banderas de la esperanza se levantan sobre sus once ríos.

La liberación de ellas es la liberación de todos, bienvenida sea.