/ lunes 18 de octubre de 2021

Un evasor de impuestos hacia España

De un solo tirón, los diputados morenistas le quitaron la máscara el viernes pasado, de los “números alegres” con que se cubrió el gobernador Quirino Ordaz Coppel para presumir que se retirará del cargo con satisfacción, y para colmo de los sinaloenses, Verónica Guadalupe Bátiz lo exhibió como uno de los principales evasores de impuestos en la entidad.

Quien pensaría que quien tiene la responsabilidad de que se apliquen las leyes y de ser ejemplo del cumplimiento de las obligaciones fiscales, en la comparecencia del Secretario de Administración y Finanzas, Luis Alberto de la Vega, en el Congreso del Estado, lo mostraron que en realidad es lo contrario.

La legisladora, obviamente que cuenta con los documentos en los que basa el señalamiento que hizo, y que de entrada, abre a la vista, un conflicto de intereses dentro de la administración pública estatal.

En su revelación, le recriminó al gobernante en la presencia de su mensajero, el abuso que cometió al pagar solamente un millón 305 mil pesos del total de una deuda de dos millones 933 mil pesos, que uno de sus hoteles en Mazatlán, -el Océano Palace-, acumuló como débitos del Impuesto Predial.

El enviado, no pudo defender a su jefe ante esta versión.

La dama que ocupa una curul en la bancada local de Morena, prácticamente de un tajo, derrumbó todo la imagen que en los últimos años maquilló para su salida el mazatleco y en la que invirtió más de mil 900 millones de pesos en publicidad.

En lo que Ismael Guerrero Alarcón, de Movimiento de Regeneración Nacional restregó que fue dinero “tirado a la basura”.

Mientras que su compañera, Juana Minerva Vázquez, le completó que con la campaña del slogan Puro Sinaloa, se violentó el artículo 134 Constitucional con la promoción personalizada de Quirino Ordaz Coppel.

Y lo expusieron ante la opinión social y en la mira del Gobierno Federal que lo prepara para mandarlo como Embajador de México en España. La información saltó a la luz pública en un momento en que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador obliga a los empresarios mexicanos, que por décadas sangraron al Erario Público con evasión fiscal a base de triquiñuelas o de acuerdos en lo oscurito, a regresar al pueblo lo robado. O lo que le deben.

Se ignora si después de estos datos que se pusieron en los espacios sociales, el mandatario saliente, conserve las mismas condiciones de pregonar que las cosas están en término de excelencia.

Si por pundonor, tomará una decisión que aclare o reconozca la verdad. O si hasta analizará ir o no al país ibérico como diplomático.

Y hasta es posible pensar, que las autoridades federales, lo pudieran investigar al verse la punta de lo que pudiera ser una madeja entera de evasión de impuestos, como sucede con otros empresarios.

No hay circunstancias para afirmar que todo está bien en Sinaloa, cuando este domingo 17, se recordó aquel “Culiacanazo” en que hombres armados tomaron por asalto la ciudad hace dos años. De las figuras centrales del gobierno no se supo nada mientras familias enteras esquivaban los balazos. No hubo jefe del Gobierno del Estado.

¿De dónde sale esta satisfacción de la que se habla?

Después de aquel “Jueves Negro” y de la asistencia del titular de las finanzas sinaloenses, es claro que a quien le toca dejar el puesto, no se va liso.

El diputado priista que en más de una ocasión apareció en fotografías con Quirino Ordaz Coppel en otros tiempos y, que hoy se coló a al grupo parlamentario morenista, tampoco lo dejó que se vaya limpio. Jesús Alfonso Ibarra, “El Frijol”, lo acusó de todo. Le reprochó, que no mejoró la calidad de vida de los habitantes. Que el billete lo invirtió en burocracia y elevó los impuestos en perjuicio de la gente.

La del Partido Sinaloense, Alba Virgen Montes, le pintó otra raya más al tigre. Le recordó los hospitales que hereda como “Elefantes Blancos” –sin equipamiento-, y el tan polémico estadio de futbol en territorio mazatleco, del que se dice, atan a Quirino Ordaz Coppel intereses muy particulares.

Los que ilegalmente vician la calidad de empresario-gobernador, para hacer negocios.

De un solo tirón, los diputados morenistas le quitaron la máscara el viernes pasado, de los “números alegres” con que se cubrió el gobernador Quirino Ordaz Coppel para presumir que se retirará del cargo con satisfacción, y para colmo de los sinaloenses, Verónica Guadalupe Bátiz lo exhibió como uno de los principales evasores de impuestos en la entidad.

Quien pensaría que quien tiene la responsabilidad de que se apliquen las leyes y de ser ejemplo del cumplimiento de las obligaciones fiscales, en la comparecencia del Secretario de Administración y Finanzas, Luis Alberto de la Vega, en el Congreso del Estado, lo mostraron que en realidad es lo contrario.

La legisladora, obviamente que cuenta con los documentos en los que basa el señalamiento que hizo, y que de entrada, abre a la vista, un conflicto de intereses dentro de la administración pública estatal.

En su revelación, le recriminó al gobernante en la presencia de su mensajero, el abuso que cometió al pagar solamente un millón 305 mil pesos del total de una deuda de dos millones 933 mil pesos, que uno de sus hoteles en Mazatlán, -el Océano Palace-, acumuló como débitos del Impuesto Predial.

El enviado, no pudo defender a su jefe ante esta versión.

La dama que ocupa una curul en la bancada local de Morena, prácticamente de un tajo, derrumbó todo la imagen que en los últimos años maquilló para su salida el mazatleco y en la que invirtió más de mil 900 millones de pesos en publicidad.

En lo que Ismael Guerrero Alarcón, de Movimiento de Regeneración Nacional restregó que fue dinero “tirado a la basura”.

Mientras que su compañera, Juana Minerva Vázquez, le completó que con la campaña del slogan Puro Sinaloa, se violentó el artículo 134 Constitucional con la promoción personalizada de Quirino Ordaz Coppel.

Y lo expusieron ante la opinión social y en la mira del Gobierno Federal que lo prepara para mandarlo como Embajador de México en España. La información saltó a la luz pública en un momento en que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador obliga a los empresarios mexicanos, que por décadas sangraron al Erario Público con evasión fiscal a base de triquiñuelas o de acuerdos en lo oscurito, a regresar al pueblo lo robado. O lo que le deben.

Se ignora si después de estos datos que se pusieron en los espacios sociales, el mandatario saliente, conserve las mismas condiciones de pregonar que las cosas están en término de excelencia.

Si por pundonor, tomará una decisión que aclare o reconozca la verdad. O si hasta analizará ir o no al país ibérico como diplomático.

Y hasta es posible pensar, que las autoridades federales, lo pudieran investigar al verse la punta de lo que pudiera ser una madeja entera de evasión de impuestos, como sucede con otros empresarios.

No hay circunstancias para afirmar que todo está bien en Sinaloa, cuando este domingo 17, se recordó aquel “Culiacanazo” en que hombres armados tomaron por asalto la ciudad hace dos años. De las figuras centrales del gobierno no se supo nada mientras familias enteras esquivaban los balazos. No hubo jefe del Gobierno del Estado.

¿De dónde sale esta satisfacción de la que se habla?

Después de aquel “Jueves Negro” y de la asistencia del titular de las finanzas sinaloenses, es claro que a quien le toca dejar el puesto, no se va liso.

El diputado priista que en más de una ocasión apareció en fotografías con Quirino Ordaz Coppel en otros tiempos y, que hoy se coló a al grupo parlamentario morenista, tampoco lo dejó que se vaya limpio. Jesús Alfonso Ibarra, “El Frijol”, lo acusó de todo. Le reprochó, que no mejoró la calidad de vida de los habitantes. Que el billete lo invirtió en burocracia y elevó los impuestos en perjuicio de la gente.

La del Partido Sinaloense, Alba Virgen Montes, le pintó otra raya más al tigre. Le recordó los hospitales que hereda como “Elefantes Blancos” –sin equipamiento-, y el tan polémico estadio de futbol en territorio mazatleco, del que se dice, atan a Quirino Ordaz Coppel intereses muy particulares.

Los que ilegalmente vician la calidad de empresario-gobernador, para hacer negocios.