/ martes 23 de julio de 2019

Tres leyendas se cubren de gloria

PARA MUCHOS, me incluyo en ese grupo, fueron inspiración para seguir sus carreras, para colocarlos en el terreno de los más grandes. Dentro y fuera de los diamantes y cancha, alcanzaron el honor de ser ídolos. La entrega de esta ocasión, la dedicamos a tres figuras que siempre hemos admirado. Al lanzador sonorense, Fernando Valenzuela, el pitcher panameño Mariano Rivera y el entrenador de futbol Ignacio Trelles Campos.

HE DE RECONOCER, que también mantenemos en nuestras preferencias como máximas figuras a Julio César Chávez y al pentapichichi, Hugo Sánchez.

Veamos.

Fernando, acaba de ser inmortalizado por Los Dodgers de Los Ángeles, al ubicarlo en la Primer Clase 2019, “Leyendas del Beisbol”, al lado de Don Newcombo y Steve Garvey. El Toro, vive uno de los momentos más gratos desde su retiro. Recién, retiraron su emblemático #34 de todos los parques de la Liga Mexicana de Beisbol. Ahora, los Dodgers, después de su retiro, para dedicarse a la crónica radiofónica con los mismos californianos, le rinde este homenaje a perpetuidad. Solo resta que retiren sus dígitos en esta organización. Con Dodgers, lanzó 11, del 80 al 90, cuya marca fue de 141-116. Globalmente, reunió 173 victorias a cambio de 153 derrotas. Es el pitcher mexicano con más triunfos en la Gran Carpa.

SOLO BASTA DECIR, que gracias a este pelotero, inicio la Fernandomania. Provoco que las televisoras, voltearan al beisbol. Fue la fuente de inspiración de generaciones que hicieron suyo el beisbol. No solo con su calidad en el centro del diamante, sino con su contagioso carisma. Hasta la fecha, donde se presenta el orgullo de Etchohuaquila, acapara reflectores. Todavía resta ser inmortalizado en el Salón de la Fama Profesional, porque en el de Cooperstown, se ve lejos.

DE MARIANO RIVERA, que escribir. Una carrera impresionante de 19 años, siempre con Yanquis de Nueva York. Alcanzó todo. Desde cinco títulos de Series Mundiales, 13 Juegos de Estrellas, JMV, más triunfos en postemporada con 42 y 654 rescates, la máxima cifra en la historia de grandes ligas. Todo esto, le permitió adquirir los arrestos necesarios, para alcanzar la inmortalidad en el nicho sagrado de Cooperstown, el máximo logro al que aspira todo pelotero en Estados Unidos.

SU INMACULADA carrera, fueron argumentos suficientes, para que los 452 especialistas de beisbol, lo avalaran con la consagración de manera unánime. Nadie ha alcanzado esta distinción con el 100 por ciento de las votaciones. Ni Babe Ruth, ni Ken Greefen Junior, por mencionar a grandes figuras. A sus 50 años de edad, este ilustre panameño, ya es miembro de la galería y con justa razón, en su primera nominación. Ver a Mariano en la lomita, era garantía de asegurar triunfos, campeonatos y Series Mundiales. Cuando estaba ahí, con su recta cortada, era momento de bajar switch, apaga y vámonos. Sí señor.

EN MIS INICIOS, me incline por el futbol y hasta la fecha lo practico en la liga de veteranos. En mis años de preparatoria, soñaba con jugar futbol profesional. Crecí admirando al Chivas Fárber en la Universidad Autónoma de Sinaloa. De la mano de mi entrenador Moisés Salas logré jugar en Primera Fuerza, disfruté un campeonato con Dragones del Universitario y mi orgullo, es que el afamado goleador áureo, fue mi compañero de equipo. Y fue la última corona en el máximo circuito del Chivas.

A PARTIR DE AHÍ, me enamore del balompié. Seguía todo lo de Primera División, compraba revistas. No perdía huella. Me sabía los nombres de todos los jugadores y entrenadores de la época de los 70. A raíz del Cruz Azul, de su tricampeonato, me incliné por los colores de la máquina celeste. En esta tercia de coronas, el técnico era Raúl Cárdenas. Sin embargo, el personaje, que me arropó fue Nacho Trelles, que conquistó otros dos campeonatos a finales de los 70s. Se consideraba el mejor equipo de México. Hoy la historia es diferente. Eso lo sé y lo acepto.

PERO TRELLES, exjugador de Primera División y con dos Juegos Olímpicos, a su retiro, fue brillante DT con 13 coronas. A sus 103 años de edad, sigue recibiendo honores. La Lotería Nacional acaba de inmortalizarlo con un billete en su honor. Un técnico, que se ubica en la galería de los mejores de México en toda la historia. Gracias a su forma de dirigir, lo admiré y hasta la fecha, siempre lo tendré en mis recuerdos como uno de los grandes entre los grandes. Por todo esto, considero que este homenaje de la Lotería Nacional, es muy oportuno y merecido. Y lo mejor, es en vida.

PARA MUCHOS, me incluyo en ese grupo, fueron inspiración para seguir sus carreras, para colocarlos en el terreno de los más grandes. Dentro y fuera de los diamantes y cancha, alcanzaron el honor de ser ídolos. La entrega de esta ocasión, la dedicamos a tres figuras que siempre hemos admirado. Al lanzador sonorense, Fernando Valenzuela, el pitcher panameño Mariano Rivera y el entrenador de futbol Ignacio Trelles Campos.

HE DE RECONOCER, que también mantenemos en nuestras preferencias como máximas figuras a Julio César Chávez y al pentapichichi, Hugo Sánchez.

Veamos.

Fernando, acaba de ser inmortalizado por Los Dodgers de Los Ángeles, al ubicarlo en la Primer Clase 2019, “Leyendas del Beisbol”, al lado de Don Newcombo y Steve Garvey. El Toro, vive uno de los momentos más gratos desde su retiro. Recién, retiraron su emblemático #34 de todos los parques de la Liga Mexicana de Beisbol. Ahora, los Dodgers, después de su retiro, para dedicarse a la crónica radiofónica con los mismos californianos, le rinde este homenaje a perpetuidad. Solo resta que retiren sus dígitos en esta organización. Con Dodgers, lanzó 11, del 80 al 90, cuya marca fue de 141-116. Globalmente, reunió 173 victorias a cambio de 153 derrotas. Es el pitcher mexicano con más triunfos en la Gran Carpa.

SOLO BASTA DECIR, que gracias a este pelotero, inicio la Fernandomania. Provoco que las televisoras, voltearan al beisbol. Fue la fuente de inspiración de generaciones que hicieron suyo el beisbol. No solo con su calidad en el centro del diamante, sino con su contagioso carisma. Hasta la fecha, donde se presenta el orgullo de Etchohuaquila, acapara reflectores. Todavía resta ser inmortalizado en el Salón de la Fama Profesional, porque en el de Cooperstown, se ve lejos.

DE MARIANO RIVERA, que escribir. Una carrera impresionante de 19 años, siempre con Yanquis de Nueva York. Alcanzó todo. Desde cinco títulos de Series Mundiales, 13 Juegos de Estrellas, JMV, más triunfos en postemporada con 42 y 654 rescates, la máxima cifra en la historia de grandes ligas. Todo esto, le permitió adquirir los arrestos necesarios, para alcanzar la inmortalidad en el nicho sagrado de Cooperstown, el máximo logro al que aspira todo pelotero en Estados Unidos.

SU INMACULADA carrera, fueron argumentos suficientes, para que los 452 especialistas de beisbol, lo avalaran con la consagración de manera unánime. Nadie ha alcanzado esta distinción con el 100 por ciento de las votaciones. Ni Babe Ruth, ni Ken Greefen Junior, por mencionar a grandes figuras. A sus 50 años de edad, este ilustre panameño, ya es miembro de la galería y con justa razón, en su primera nominación. Ver a Mariano en la lomita, era garantía de asegurar triunfos, campeonatos y Series Mundiales. Cuando estaba ahí, con su recta cortada, era momento de bajar switch, apaga y vámonos. Sí señor.

EN MIS INICIOS, me incline por el futbol y hasta la fecha lo practico en la liga de veteranos. En mis años de preparatoria, soñaba con jugar futbol profesional. Crecí admirando al Chivas Fárber en la Universidad Autónoma de Sinaloa. De la mano de mi entrenador Moisés Salas logré jugar en Primera Fuerza, disfruté un campeonato con Dragones del Universitario y mi orgullo, es que el afamado goleador áureo, fue mi compañero de equipo. Y fue la última corona en el máximo circuito del Chivas.

A PARTIR DE AHÍ, me enamore del balompié. Seguía todo lo de Primera División, compraba revistas. No perdía huella. Me sabía los nombres de todos los jugadores y entrenadores de la época de los 70. A raíz del Cruz Azul, de su tricampeonato, me incliné por los colores de la máquina celeste. En esta tercia de coronas, el técnico era Raúl Cárdenas. Sin embargo, el personaje, que me arropó fue Nacho Trelles, que conquistó otros dos campeonatos a finales de los 70s. Se consideraba el mejor equipo de México. Hoy la historia es diferente. Eso lo sé y lo acepto.

PERO TRELLES, exjugador de Primera División y con dos Juegos Olímpicos, a su retiro, fue brillante DT con 13 coronas. A sus 103 años de edad, sigue recibiendo honores. La Lotería Nacional acaba de inmortalizarlo con un billete en su honor. Un técnico, que se ubica en la galería de los mejores de México en toda la historia. Gracias a su forma de dirigir, lo admiré y hasta la fecha, siempre lo tendré en mis recuerdos como uno de los grandes entre los grandes. Por todo esto, considero que este homenaje de la Lotería Nacional, es muy oportuno y merecido. Y lo mejor, es en vida.