/ lunes 6 de abril de 2020

Trabajo extra y delicado


La actual situación por la que pasan todos los profesionales del deporte debido a la suspensión de toda actividad, tiene diferentes connotaciones o aristas para el equipo de trabajo que lleva las riendas de quienes viven de la práctica de cualquier disciplina, sea individual o colectiva. Es más sencillo, por ejemplo, para un tenista o boxeador mantenerse en mejor forma física, tal vez no óptima, pero indudablemente con mayores posibilidades de lo que requieren deportistas que practican disciplinas de juego de conjunto.

Mire usted, estimado lector, tantos unos como otros cuentan con un equipos de trabajo que les permite mejorar su rendimiento físico, nos referimos a un preparador físico, nutriólogo, psicólogo, kinesiólogo, médico con especialidad en ciencias del deporte, solo por mencionar temas indispensables pensando en darle a los deportistas los elementos suficientes y adecuados para lograr dar su máximo esfuerzo. Este es un trabajo interdisciplinario, en el que cual todos dependen de todos. Suena redundancia, pero así es.

El preparador físico, simple y sencillamente no podrá lograr sus objetivos, sin la intervención, por ejemplo, del nutriólogo, quien a su vez tiene la responsabilidad de elaborar una dieta especial, incluso personalizada de acuerdo al gasto calórico y a otros componentes propios como el de la condición genética porque esta marca la tendencia de cada persona por ejemplo a retener más grasa o a ser más propensa a lesiones musculares. La historia clínica de cada jugador incluye pues antecedentes familiares directos para tratar de prevenir eventos tempranos no deseados, por lo menos mientras dure su vida profesional.

Lo anterior a manera de introducción para abordar el tema prometido en nuestra última entrega: la preparación física. Vamos a llevarla al terreno de lo que es lo nuestro: el fútbol.

La preparación física, es la base principal para todo lo que viene dentro de los objetivos de un equipo. Para ello, el preparador físico y sus auxiliares, trabajan en la proyección de un macro ciclo, se trata de un plan de trabajo para toda la temporada, que a su vez se divide en micro ciclos cuyas actividades pueden variar según requerimientos de las pruebas que periódicamente obligan a realizar a los jugadores. Déjenos decirle que cada uno de ellos, es pesado casi todos los días antes del entrenamiento, es la única forma de saber si están o no cuidando su alimentación.

Los preparadores físicos del pasado, tenían que ser muy duchos con las matemáticas, antes de las calculadoras, sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, si acaso con un ábaco, luego se auxiliaron de una calculadora, pero en tiempos actuales tiene la gran ventaja de la tecnología. Mediante sotfwares se auxilian para que nos les fallen, pero de que se pueden equivocar no cabe la menor duda si alimentan dados equivocados a la computadora.

No es pues para nada una labor sencilla. Ya lo dijimos, es muy, pero muy compleja.

A estas alturas de la actual pandemia, seguro es que a más de un preparador físico le estará quitando el sueño esta situación por una sola y simple y sencilla razón, como ya lo apuntamos: no se trata de trabajar en acondicionamiento de una sola persona, sino de un grupo por lo menos de 25, quienes después de estar en casita guardados requerirán de trabajo muy especial, unos más que otros.

Sabemos que los jugadores se llevaron a casa rutinas para mantener cierto estado físico, pero es imposible que todos mantengan el mismo estatus no solo por lo anteriormente dicho, sino porque no todos tienen las herramientas necesarias, entre ellas un gimnasio bien equipado y una casa con espacio suficiente para realizar mejor trabajo aeróbico anaeróbico y porque no, hasta una pared donde practicar el golpeo y recepción de balón.

Los jugadores profesionales, saben perfectamente que en cualquier momento pueden dejar su actual equipo de tal manera que la gran mayoría optan por rentar casa, preferentemente en alguna privada que no les ofrece la oportunidad de poder realizar rutinas de ejercicio adecuadas. En la actual crisis pues se perderá buena parte de la forma física y de paso, por la falta de contacto con la pelota, el llamado” filing” o buen toque de balón. Si a ello le aunamos el encierro nada más imagínese usted en el problema que estarán envueltos los preparadores físicos.

Todo lo anteriormente anotado, es con conocimiento de causa. Luego les diremos por qué.

Ahora sí que sí: Dios los “agarre” confesados.

Nos vemos mañana.


La actual situación por la que pasan todos los profesionales del deporte debido a la suspensión de toda actividad, tiene diferentes connotaciones o aristas para el equipo de trabajo que lleva las riendas de quienes viven de la práctica de cualquier disciplina, sea individual o colectiva. Es más sencillo, por ejemplo, para un tenista o boxeador mantenerse en mejor forma física, tal vez no óptima, pero indudablemente con mayores posibilidades de lo que requieren deportistas que practican disciplinas de juego de conjunto.

Mire usted, estimado lector, tantos unos como otros cuentan con un equipos de trabajo que les permite mejorar su rendimiento físico, nos referimos a un preparador físico, nutriólogo, psicólogo, kinesiólogo, médico con especialidad en ciencias del deporte, solo por mencionar temas indispensables pensando en darle a los deportistas los elementos suficientes y adecuados para lograr dar su máximo esfuerzo. Este es un trabajo interdisciplinario, en el que cual todos dependen de todos. Suena redundancia, pero así es.

El preparador físico, simple y sencillamente no podrá lograr sus objetivos, sin la intervención, por ejemplo, del nutriólogo, quien a su vez tiene la responsabilidad de elaborar una dieta especial, incluso personalizada de acuerdo al gasto calórico y a otros componentes propios como el de la condición genética porque esta marca la tendencia de cada persona por ejemplo a retener más grasa o a ser más propensa a lesiones musculares. La historia clínica de cada jugador incluye pues antecedentes familiares directos para tratar de prevenir eventos tempranos no deseados, por lo menos mientras dure su vida profesional.

Lo anterior a manera de introducción para abordar el tema prometido en nuestra última entrega: la preparación física. Vamos a llevarla al terreno de lo que es lo nuestro: el fútbol.

La preparación física, es la base principal para todo lo que viene dentro de los objetivos de un equipo. Para ello, el preparador físico y sus auxiliares, trabajan en la proyección de un macro ciclo, se trata de un plan de trabajo para toda la temporada, que a su vez se divide en micro ciclos cuyas actividades pueden variar según requerimientos de las pruebas que periódicamente obligan a realizar a los jugadores. Déjenos decirle que cada uno de ellos, es pesado casi todos los días antes del entrenamiento, es la única forma de saber si están o no cuidando su alimentación.

Los preparadores físicos del pasado, tenían que ser muy duchos con las matemáticas, antes de las calculadoras, sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, si acaso con un ábaco, luego se auxiliaron de una calculadora, pero en tiempos actuales tiene la gran ventaja de la tecnología. Mediante sotfwares se auxilian para que nos les fallen, pero de que se pueden equivocar no cabe la menor duda si alimentan dados equivocados a la computadora.

No es pues para nada una labor sencilla. Ya lo dijimos, es muy, pero muy compleja.

A estas alturas de la actual pandemia, seguro es que a más de un preparador físico le estará quitando el sueño esta situación por una sola y simple y sencilla razón, como ya lo apuntamos: no se trata de trabajar en acondicionamiento de una sola persona, sino de un grupo por lo menos de 25, quienes después de estar en casita guardados requerirán de trabajo muy especial, unos más que otros.

Sabemos que los jugadores se llevaron a casa rutinas para mantener cierto estado físico, pero es imposible que todos mantengan el mismo estatus no solo por lo anteriormente dicho, sino porque no todos tienen las herramientas necesarias, entre ellas un gimnasio bien equipado y una casa con espacio suficiente para realizar mejor trabajo aeróbico anaeróbico y porque no, hasta una pared donde practicar el golpeo y recepción de balón.

Los jugadores profesionales, saben perfectamente que en cualquier momento pueden dejar su actual equipo de tal manera que la gran mayoría optan por rentar casa, preferentemente en alguna privada que no les ofrece la oportunidad de poder realizar rutinas de ejercicio adecuadas. En la actual crisis pues se perderá buena parte de la forma física y de paso, por la falta de contacto con la pelota, el llamado” filing” o buen toque de balón. Si a ello le aunamos el encierro nada más imagínese usted en el problema que estarán envueltos los preparadores físicos.

Todo lo anteriormente anotado, es con conocimiento de causa. Luego les diremos por qué.

Ahora sí que sí: Dios los “agarre” confesados.

Nos vemos mañana.