De que estuvieron a todo lo que daban el acarreo, la compra de votos, el uso de programas sociales y el llenado de formatos para inducir la elección de este domingo de los 70 delegados de Morena en los siete Distritos Electorales Federales, está por demás discutirse.
De que se enojen los priistas, panistas y perredistas, porque se consideran los inventores de esas nocivas prácticas, es otra cosa. Les faltó registrar el derecho de patente ante la autoridad respectiva.
Misteriosamente, aunque los que se precian como morenistas puros, que en realidad no los hay porque fueron producto de un accidente electoral que se registró en 2018 y se apropiaron del movimiento, llamó la atención que en el proceso del día 30, hubo muchas figuras del PRI, PAN y PRD, que participaron.
Y que aspiraron a convertirse en representantes que desean contar con voz y voto para elegir en los próximos días a los dirigentes de los Comités Estatal y municipales.
Pese a los que se creen parte del morenismo salieron muy mañosos, ¿cómo habría de realizarse un suceso limpio, si asi como están llenos el Gobierno del Estado y los ayuntamientos, estuvieron hasta el tope de socios de partidos opositores los personajes que se apuraron a afiliarse?
No hay vergüenza.
Es muy difícil que olvidaran de un instante a otro, el modo sucio en que jugaron toda su vida y al llegarse el día final, no quisieron perder la oportunidad de regresar a sus viejas maniobras.
Ello no significa que quienes se identifican con Movimiento de Regeneración Nacional no actuaron de igual forma. Seguro que así fue.
Tan solo en las mesas receptoras del sufragio que se instalaron en lo que operó por décadas como la cancha deportiva de Navolato, las filas de gente serpentearon para acomodarse entre los pasillos de la plazuela Vicente Guerrero. No había muchas caras conocidas y sí múltiples asistentes de estilo jornaleros del campo. Como que los sacaron de su rutina.
Los operadores electorales calcularon que intervinieron más de 4 mil personas, en una jurisdicción electoral que abarca a las municipalidades también de Mocorito, Salvador Alvarado, Sinaloa, Badiraguato y parte de Culiacán.
En este caso se atestiguó, que auxiliares del evento se metieron entre las largas “colas” a llenar las hojas para afiliación y votación. No tenían empacho en que los observaran.
Y entre los sufragantes, sacaron a relucir pedazos de papel o cartón en los que traían escrito los nombres de hombre o mujer, que luego apuntarían en la boleta que echaron a las urnas.
Hileras de camiones que se contrataron para el transporte, se miraron por todas partes.
Las operaciones electorales fraudulentas, imposibles de ocultar. No hay cómo, pese a que se diga lo contrario.
Ya Cinthya Valenzuela Langárica, reconoció que ex y militantes fueron de lleno al proceso y que los va a expulsar.
¿A quién?, si el Partido Revolucionario Institucional en la entidad, ya está solo. Hueco
Alguien deberá decírselo para que se entere.
E igual preguntarle, si ¿ya corrió a todos esos que están en el gabinete de Rubén Rocha Moya?
O si por lo menos, amonestó a la pareja de su compañera de bancada en el Congreso del Estado, Himelda Félix, que cobra en la nómina gubernamental.
Para saber qué dice.
Navolato contra el Alcoholímetro de Juan de Dios Gámez.
A quien no le pareció el anuncio del alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil de aplicar nuevamente el Alcoholímetro, es al presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos de la Delegación Navolato, Jorge Armando Quevedo Beltrán.
Tiene muchas razones.
En este municipio donde no hay obra pública, escasea el empleo y no cuentan con una alcaldesa activa, porque Margot Urrea, aletargada no se preocupa por defender a sus ciudadanos ni a los pequeños empresarios, lo único que reactiva la economía cuando el monstruo de la inflación azota a las comunidades urbanas y rurales es el turismo que se concentra en la playa y en el crucero de la sindicatura de San Pedro.
Pero por desgracia, los retenes policiacos para revisión de ingesta de alcohol que se instalan precisamente en cuanto los automovilistas cruzan la frontera navolatense hacia la capital del estado, inhibirán los viajes los fines de semana que acostumbran los paseantes.
El personal policial, actúa como asaltante en despoblado a quien le detectan el grado más bajo de alcoholismo y a quien no también. Le bajan el dinero o lo encierran en prisión.
El problema, es que las suspensiones y retornos de estos dispositivos, los despliegan los grupitos tradicionales que controlan la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal culiacanense. Son los mismos que se frotan las manos en cuanto se informa sobre su reanudación.
Son los salteadores de caminos, que sabrán enredar y convencer al titular de la SSPyTM, Mayor Pedro César Rojas Ibarra, quien se sumará a ser un militar más en la lista que no dá resultados, si no procede a fondo y en justicia.
En las brigadas revisoras, también los agentes del Ministerio Público, médicos y otros, se prestan a estas perjudiciales acciones.
Por lluvia, tareas extras para Obras Públicas.
A José Luis Zavala Cabanillas, secretario de Obras Públicas de Gobierno del Estado se le descompuso por causa de lluvias la agenda de vacaciones si es que en algún momento las planificó.
La tromba que cayó en Guasave y las torrenciales aguas que anegaron parte del municipio de Sinaloa y que se presentaron en parte del sur de Sinaloa, mínimamente lo obligaron a estar a la expectativa.
Paralizar trabajos porque las condiciones adversas no permiten seguir al ritmo que se estimó en un inicio y auxiliar a alcaldes que no quieren dejar de ser víctimas del paternalismo estatal, surgió como una tarea extraordinaria.
Si el gobernador Rubén Rocha Moya no vacaciona, tampoco podrá hacerlo el titular de la SOP. La realidad es que está a cargo de un área de vital importancia, que tiene actividad siempre. Llueve o truene.