/ martes 19 de febrero de 2019

Sex Education

@Paulypockett

En el mar infinito de las series en diversos canales y servicios streaming, se ve mucho, se recomiendan muchas, brillan pocas y otras tantas son ignoradas; actualmente es imposible seguir la pista a todas y solo debes confiar en los trailers, actores, genero y sinopsis para decidir perder 12 horas de tu vida (quizás menos o quizás más).

Durante los primeros días del año se estrenó por Netflix, “Sex Education”, cuyo único reparto conocido es Gillian Anderson (Agente Scully en “The X Files”) y Asa Butterfield (“Hugo” de Martin Scorsese), de hecho, muchos fuimos atraídos por Gillian Anderson y otros tantos por el título en la página principal del servicio de entretenimiento antes de que comenzará la recomendación de voz en voz.

El resultado a la fecha ha sido bastante positivo: Críticas favorables, incremento de followers a su juvenil elenco, segunda temporada ya anunciada, fandom en redes sociales en honor a la serie, dibujos inspirados en los personajes.

La serie fue creada por la joven Laurie Nunn, y sigue al joven Otis (Asa Butterfield), quien es hijo de una terapeuta sexual (Gillian Anderson), Otis se encuentra cursando la secundaria, es decir, la época del despertar sexual. Cuando Maeve (Emma Mackey – sorpréndanse por el parecido con Margot Robbie) se da cuenta que el joven Otis tiene algo de conocimiento en el área de su madre, ve una gran oportunidad para ganar dinero entre los compañeros de la secundaria.

El cliché sexual pareciera ya ser muy obvio y cansado, pero falta notar la cantidad de jóvenes que se alistan para ser padres a temprana edad; también aquellos que ven como tabú el tema o los temas que acarrea. “Sex Education” toca esos tópicos y no tiene tapujos, los muestra de manera muy natural pero respetuosa; un ejemplo de ello es que muestra con sinceridad y sin darle vueltas al asunto (ni palabrerío moral) la necesidad de que el aborto sea legal.

Ciertamente es una serie que incomodaría y alarmaría a ciertos sectores conservadores así como diputados o representantes en diversos lugares del mundo si se pasara en cadena abierta pues está cargada de situaciones sexuales; pero también familiares, económicas, de amor, amistad, lealtad, de instantes empáticos y de solidaridad transformados en humorísticos pero al mismo tiempo llenos de corazón como ese: “It´smy vagina!”

Esta comedia dramática tiene un aire noventero aunque transcurra en esta época. Posee grandes actuaciones, un gran cast juvenil con una química envidiable en donde destaca los ya mencionados Emma Mackey, Asa Butterfield, pero tambiénNcutiGatwacomo Eric, el mejor amigo de Otis. Este último representa otro momento progresista de la serie, así como de la diversidad: es afro europeo, hijo de inmigrantes y gay.

Además, “Sex Education” tiene estos elementos que a muchos podría encantar: No hay redes sociales, es decir, se usan pero no sustituyen la interacción entre las personas (algo que nos urge aplicar); la manera de vestir es sencilla pero chic, colorida y adhoc a la individualidad de cada personaje (se deshacen del típico uniforme de suéter chaleco y corbata inglesa); el acento británico es algo que muchos adoramos (suena tan bien); el soundtrack es grandioso e involucra a Dirty Streets, Bikini Kill, EzraFurman, y clásicos como MuddyWaters, A- Ha, TalkingHeads, Generation X o TheSmiths; otro atractivo es la locación de Wye Valley y Wales, lugares alejados de las grandes urbes y su atropello diario,los sets brindan un ambiente cálido ala historia.

“Sex Education”, brinda esperanza a las series originales de Netflix (hay que aceptarlo, a veces tienen aciertos y otras ocasiones hacen girar los ojos. Por ejemplo: el anuncio de Omar Chaparro como Pedro Infante). Quizás el show ayude a normalizar ciertos temas que varios países de primer mundo ven normales pero que son importantes en mantenerlos sobre la mesa. Además, es una manera entretenida y muy divertida de invertir tiempo detrás de la pantalla, no se sentirá en ningún momento que se malgasta el tiempo y la vida viendo “Sex Education”.

@Paulypockett

En el mar infinito de las series en diversos canales y servicios streaming, se ve mucho, se recomiendan muchas, brillan pocas y otras tantas son ignoradas; actualmente es imposible seguir la pista a todas y solo debes confiar en los trailers, actores, genero y sinopsis para decidir perder 12 horas de tu vida (quizás menos o quizás más).

Durante los primeros días del año se estrenó por Netflix, “Sex Education”, cuyo único reparto conocido es Gillian Anderson (Agente Scully en “The X Files”) y Asa Butterfield (“Hugo” de Martin Scorsese), de hecho, muchos fuimos atraídos por Gillian Anderson y otros tantos por el título en la página principal del servicio de entretenimiento antes de que comenzará la recomendación de voz en voz.

El resultado a la fecha ha sido bastante positivo: Críticas favorables, incremento de followers a su juvenil elenco, segunda temporada ya anunciada, fandom en redes sociales en honor a la serie, dibujos inspirados en los personajes.

La serie fue creada por la joven Laurie Nunn, y sigue al joven Otis (Asa Butterfield), quien es hijo de una terapeuta sexual (Gillian Anderson), Otis se encuentra cursando la secundaria, es decir, la época del despertar sexual. Cuando Maeve (Emma Mackey – sorpréndanse por el parecido con Margot Robbie) se da cuenta que el joven Otis tiene algo de conocimiento en el área de su madre, ve una gran oportunidad para ganar dinero entre los compañeros de la secundaria.

El cliché sexual pareciera ya ser muy obvio y cansado, pero falta notar la cantidad de jóvenes que se alistan para ser padres a temprana edad; también aquellos que ven como tabú el tema o los temas que acarrea. “Sex Education” toca esos tópicos y no tiene tapujos, los muestra de manera muy natural pero respetuosa; un ejemplo de ello es que muestra con sinceridad y sin darle vueltas al asunto (ni palabrerío moral) la necesidad de que el aborto sea legal.

Ciertamente es una serie que incomodaría y alarmaría a ciertos sectores conservadores así como diputados o representantes en diversos lugares del mundo si se pasara en cadena abierta pues está cargada de situaciones sexuales; pero también familiares, económicas, de amor, amistad, lealtad, de instantes empáticos y de solidaridad transformados en humorísticos pero al mismo tiempo llenos de corazón como ese: “It´smy vagina!”

Esta comedia dramática tiene un aire noventero aunque transcurra en esta época. Posee grandes actuaciones, un gran cast juvenil con una química envidiable en donde destaca los ya mencionados Emma Mackey, Asa Butterfield, pero tambiénNcutiGatwacomo Eric, el mejor amigo de Otis. Este último representa otro momento progresista de la serie, así como de la diversidad: es afro europeo, hijo de inmigrantes y gay.

Además, “Sex Education” tiene estos elementos que a muchos podría encantar: No hay redes sociales, es decir, se usan pero no sustituyen la interacción entre las personas (algo que nos urge aplicar); la manera de vestir es sencilla pero chic, colorida y adhoc a la individualidad de cada personaje (se deshacen del típico uniforme de suéter chaleco y corbata inglesa); el acento británico es algo que muchos adoramos (suena tan bien); el soundtrack es grandioso e involucra a Dirty Streets, Bikini Kill, EzraFurman, y clásicos como MuddyWaters, A- Ha, TalkingHeads, Generation X o TheSmiths; otro atractivo es la locación de Wye Valley y Wales, lugares alejados de las grandes urbes y su atropello diario,los sets brindan un ambiente cálido ala historia.

“Sex Education”, brinda esperanza a las series originales de Netflix (hay que aceptarlo, a veces tienen aciertos y otras ocasiones hacen girar los ojos. Por ejemplo: el anuncio de Omar Chaparro como Pedro Infante). Quizás el show ayude a normalizar ciertos temas que varios países de primer mundo ven normales pero que son importantes en mantenerlos sobre la mesa. Además, es una manera entretenida y muy divertida de invertir tiempo detrás de la pantalla, no se sentirá en ningún momento que se malgasta el tiempo y la vida viendo “Sex Education”.

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