Cuando faltan sólo cuatro semanas para las elecciones, enfilados ya hacia la última recta del proceso electoral, se puede ver con claridad el impacto que han tenido en el mismo la movilidad y la intensidad de las campañas locales.
Al menos en Sinaloa y en algunos partidos, los candidatos a alcaldes y a diputados locales le han puesto el “plus” que requerían las campañas de los aspirantes a la Presidencia de la República, senadores y diputados federales.
La intensidad de las campañas locales, aunque con algunas excepciones, porque no todos los candidatos trabajan con el mismo ritmo, generan la percepción de que los partidos que no han resultado muy favorecidos en las encuestas, sí están metidos de lleno en la contienda electoral.
La intensa movilidad territorial que han desplegado las brigadas de jóvenes activistas de partidos como el PRI, PAS y PAN, indican que podrían equivocarse aquellos que, apoyados sólo en los resultados de las encuestas de intención de voto, consideran que las elecciones ya están decididas a favor de Morena, el partido que las encabeza todas.
Lo hemos comentado en este espacio y hoy lo reiteramos, la base del triunfo electoral no está en los resultados de las encuestas, sino en las estructuras de los partidos y, específicamente, en los comités seccionales que promueven el voto en las calles, colonias y comunidades rurales.
De muy poco le sirve a un candidato aparecer como puntero en las encuestas de intención de voto si el día de la elección la estadística no se convierte en votos contantes y sonantes.
Y precisamente es ahí donde los candidatos y partidos políticos deben poner el énfasis en lo que resta del proceso electoral. Nos referimos a la importancia de contar con una base de simpatizantes bien organizada y capacitada para la promoción y defensa del voto.
Esto es lo que puede hacer la diferencia entre la victoria y la derrota en una contienda electoral. Al margen de la popularidad de los candidatos, el cimiento del triunfo está en la estructura del partido y los comités seccionales son la célula básica de dicha estructura.
Los seccionales son órganos fundamentales para los partidos, porque son los encargados de gestionar la afiliación de nuevos simpatizantes, mantener actualizado el padrón de militantes y en tiempos de contiendas electorales apoyan en la distribución de la propaganda de los candidatos, promueven el voto y auxilian de manera eficiente como representantes de casilla.
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“Ahí les encargamos que cuiden los votos”… Es importante que los dirigentes de los partidos se mantengan cerca de los comités seccionales y los apoyen de manera permanente con acciones, no sólo con discursos, para que estos órganos base tengan en los hechos el poder de la gestión pública ante sus representados.
El problema de algunos partidos y candidatos es que sólo se acuerdan de los comités seccionales cuando se vienen los tiempos electorales.
Es común que durante las campañas algunos candidatos pidan a sus simpatizantes que se mantengan vigilantes de las casillas el día de la elección, pero no se puede esperar mucho cuando no hay organización, ni capacitación y, lo que es peor, no hay apoyos.
Es pedir demasiado a cambio de una camiseta y una gorra.
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