/ viernes 31 de enero de 2020

Se pierde en el camino 

El gran problema de los programas para hacer realidad los derechos sociales, con apoyos a los grupos vulnerables, para ajustar las desigualdades económicas, es que los recursos quedan en el camino de la burocracia por la corrupción.

De tal forma que, una cantidad de dinero que se destina a un proyecto de provecho para la población, mucha parte de él, disminuye conforme baja por los canales de distribución de esos recursos.

Esto lo dice, de manera diáfana, Celia Lessa Kerstenetzky, en su libro El Estado de Bienestar Social en la Edad de la Razón, del Fondo de Cultura Económica, y por tanto, esta es una situación con la que hay que tener cuidado.

1. TÓNICA DEL GOBIERNO FEDERAL

Por eso, lo ha reiterado el presidente Andrés Manuel López Obrador, los programas funcionarán de forma directa con los beneficiados, sin intermediarios, lo que le ha provocado críticas al por mayor.

La pensión a los adultos mayores, las becas a los jóvenes, los préstamos a los emprendedores, los apoyos a los campesinos, todo de manera directa, incluso con la creación de un Banco ex profeso.

Así también, se atiende la inseguridad con la Guardia Nacional, que es de carácter preventivo y que tiene su presupuesto garantizado; lo mismo, con el seguro popular que con el nuevo proyecto de salud, habrá una acción más directa y con menos intermediarios.

Esa es la nueva política para que los recursos no se pierdan en el camino de la corrupción, con los malos manejos de algunos servidores públicos.

2. MENOS TENTACIONES

Esto permitirá que los servidores públicos que se encontraban en la cadena de planeación y distribución de los recursos sean menos, para que llegue el mayor dinero a lo principal que es el bienestar social.

Ello, porque se han dado ejemplos de programas donde se gastaba más en burocracia que en el servicio a la comunidad a la que estaba orientado, por ejemplo el seguro popular, donde la falta de médicos era evidente, frente a los trabajadores administrativos.

Y así también, en la compra de medicamentos, un tema tan delicado y que está pegando al gobierno federal, mientras no se encuentre el mecanismo idóneo, frente a los monopolios y los contratos leoninos.

Entonces se está en presencia del Bienestar Social, pero aplicado con políticas públicas diferentes y que se piensa sentarán bases para que la sociedad exija que siempre las cosas se hagan sin corrupción.

Las premisas son, mayor transparencia, menos intermediarios, evitar el lavado de dinero, es decir contribuir para que exista una mejor administración pública de los presupuestos en favor de los pobres, pero que beneficia a todas y a todos.

El camino es difícil, muchos obstáculos, esperemos resultados positivos.

El gran problema de los programas para hacer realidad los derechos sociales, con apoyos a los grupos vulnerables, para ajustar las desigualdades económicas, es que los recursos quedan en el camino de la burocracia por la corrupción.

De tal forma que, una cantidad de dinero que se destina a un proyecto de provecho para la población, mucha parte de él, disminuye conforme baja por los canales de distribución de esos recursos.

Esto lo dice, de manera diáfana, Celia Lessa Kerstenetzky, en su libro El Estado de Bienestar Social en la Edad de la Razón, del Fondo de Cultura Económica, y por tanto, esta es una situación con la que hay que tener cuidado.

1. TÓNICA DEL GOBIERNO FEDERAL

Por eso, lo ha reiterado el presidente Andrés Manuel López Obrador, los programas funcionarán de forma directa con los beneficiados, sin intermediarios, lo que le ha provocado críticas al por mayor.

La pensión a los adultos mayores, las becas a los jóvenes, los préstamos a los emprendedores, los apoyos a los campesinos, todo de manera directa, incluso con la creación de un Banco ex profeso.

Así también, se atiende la inseguridad con la Guardia Nacional, que es de carácter preventivo y que tiene su presupuesto garantizado; lo mismo, con el seguro popular que con el nuevo proyecto de salud, habrá una acción más directa y con menos intermediarios.

Esa es la nueva política para que los recursos no se pierdan en el camino de la corrupción, con los malos manejos de algunos servidores públicos.

2. MENOS TENTACIONES

Esto permitirá que los servidores públicos que se encontraban en la cadena de planeación y distribución de los recursos sean menos, para que llegue el mayor dinero a lo principal que es el bienestar social.

Ello, porque se han dado ejemplos de programas donde se gastaba más en burocracia que en el servicio a la comunidad a la que estaba orientado, por ejemplo el seguro popular, donde la falta de médicos era evidente, frente a los trabajadores administrativos.

Y así también, en la compra de medicamentos, un tema tan delicado y que está pegando al gobierno federal, mientras no se encuentre el mecanismo idóneo, frente a los monopolios y los contratos leoninos.

Entonces se está en presencia del Bienestar Social, pero aplicado con políticas públicas diferentes y que se piensa sentarán bases para que la sociedad exija que siempre las cosas se hagan sin corrupción.

Las premisas son, mayor transparencia, menos intermediarios, evitar el lavado de dinero, es decir contribuir para que exista una mejor administración pública de los presupuestos en favor de los pobres, pero que beneficia a todas y a todos.

El camino es difícil, muchos obstáculos, esperemos resultados positivos.