/ sábado 20 de marzo de 2021

Rosa Elena, bajo la sombra del poder y la obsesión

Muy propia, oronda, casi tendiendo a ladina, la ex priista Rosa Elena Millán Bueno fue la primera -aspirante y mujer, además- en registrar su candidatura al gobierno local en el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa por el naciente Partido Fuerza por México, y en su discurso, perfiló para que se propagará públicamente, la silueta de la mano del exgobernador Juan S. Millán que la protege y la empuja.

Porque aceptó participar, según lo afirmó, en un proceso electoral en el que habrá definiciones del futuro de Sinaloa, con “Rumbo Firme”, eslogan del ex mandatario que en 1998 libró una de las contiendas más duras cuando se enfrentó al panista Emilio Goicoechea y al paracaidista-perredista, Rubén Rocha Moya, que casualmente pelea esta vez por Morena el cargo que le obsesiona.

Y antes de vencer en la lucha interna del Partido Revolucionario Institucional al ex tinto Lauro Díaz Castro, “gallo” del entonces Secretario de Gobernación Federal que lo quería hacer trizas.

El jueves, en el jardín de la Hacienda Los Herrajes en Culiacán, del empresario de la construcción Carlos Rodríguez a quien buscan para pedirle consejos, actuales alcaldes y políticos estatales, que por cierto son mal agradecidos, pareció moldearse el núcleo de la vorágine que recorre los partidos y el territorio en la obstinación por el poder.

En el afán enfermizo que se observa entre los principales actores políticos, la dama puso como pretexto que decidió sumarse a la nueva opción porque en el PRI no respetaron el derecho de equidad de las mujeres y las marginaron.

Palabras más. Ella fue una de las más notables beneficiarias de los puestos políticos del priismo, a pesar de que se yergue una larga fila de militantes con aspiraciones bloquedas.

La prueba es que después de convertirse en perdedora el 2018, el gobernador Quirino Ordaz Coppel, de todos modos la rescató al integrarla a su gabinete. El otro testimonio es que abandonó la dirección del Registro Público de la Propiedad para incorporarse a FXM. Es decir, seguía gracias al gobernante de afiliación priista, como destinataria de un atractivo cargo.

Casi nunca estuvo fuera del presupuesto.

Hoy, para desgracia de los pobladores, se autoproclama como la única salvadora de la entidad.

En medio de la agitación por continuar en la mesa donde se ingieren las mieles, en Movimiento de Regeneración Nacional sucede lo mismo. El legislador con licencia Pedro Villegas Lobo se traga su propia sangre envenenada.

Tanto que despreció al Partido Sinaloense y en esta elección se apresta a convertirse en diputado plurinominal con los votos que le aportarán, las brigadas que encabeza Héctor Melesio Cuén Ojeda, porque solos no podrían ganar al carecer de estructura.

¿Por qué no renuncia a su candidatura si es tan digno como insinuó ser?, Acaso, ¿no le da vergüenza?

Muy similar es el comportamiento del edil mazatleco Guillermo Benitez. No que no quería a los del Partido Sinaloense y finalmente se les arrodilló. No hay pundonor entre estos que se dicen morenistas.

Ya el munícipe que más repudio tiene de la gente, el culiacanense Jesús Estrada Ferreiro, comenzó a pedir perdón a aquellos que criticó y contra los que opuso feroz resistencia para que desde Morena los satanizaran y los corrieran.

Este viernes le cambió el semblante, porque sabe que no podrá reelegirse, pero lo cuestionable es que si le queda un poquito de honor, ¿por qué no dimite al partido que lo llevó por accidente al ayuntamiento capitalino?

En el PRI, el PAN y el PRD, actúan de manera idéntica. Al Partido Encuentro Solidario, Arnulfo Mendoza, arrebató el derecho de muchos y se erigió en pretenso al Gobierno de Sinaloa, cuando antes, condenó esas formas como fundador del morenismo. Hizo lo mismo: despojar.

Asimismo en Redes Sociales Progresistas, Lucila Ayala de Moreschi obstaculizó a Yolanda Cabrera Peraza para que no se inscribiera en el IEES. Arguyó como chantaje que la bronca no es con la abanderada, sino con quienes no entienden de acatar la equidad de género.

Para que no se violente entonces esa norma, tendría que ser ella porque la manejaron primero los de RSP, pero en qué papel quedaría la ex secretaria de Asuntos Académicos del Sindicato Única Nacional de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que igualmente es fémina.

Muy propia, oronda, casi tendiendo a ladina, la ex priista Rosa Elena Millán Bueno fue la primera -aspirante y mujer, además- en registrar su candidatura al gobierno local en el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa por el naciente Partido Fuerza por México, y en su discurso, perfiló para que se propagará públicamente, la silueta de la mano del exgobernador Juan S. Millán que la protege y la empuja.

Porque aceptó participar, según lo afirmó, en un proceso electoral en el que habrá definiciones del futuro de Sinaloa, con “Rumbo Firme”, eslogan del ex mandatario que en 1998 libró una de las contiendas más duras cuando se enfrentó al panista Emilio Goicoechea y al paracaidista-perredista, Rubén Rocha Moya, que casualmente pelea esta vez por Morena el cargo que le obsesiona.

Y antes de vencer en la lucha interna del Partido Revolucionario Institucional al ex tinto Lauro Díaz Castro, “gallo” del entonces Secretario de Gobernación Federal que lo quería hacer trizas.

El jueves, en el jardín de la Hacienda Los Herrajes en Culiacán, del empresario de la construcción Carlos Rodríguez a quien buscan para pedirle consejos, actuales alcaldes y políticos estatales, que por cierto son mal agradecidos, pareció moldearse el núcleo de la vorágine que recorre los partidos y el territorio en la obstinación por el poder.

En el afán enfermizo que se observa entre los principales actores políticos, la dama puso como pretexto que decidió sumarse a la nueva opción porque en el PRI no respetaron el derecho de equidad de las mujeres y las marginaron.

Palabras más. Ella fue una de las más notables beneficiarias de los puestos políticos del priismo, a pesar de que se yergue una larga fila de militantes con aspiraciones bloquedas.

La prueba es que después de convertirse en perdedora el 2018, el gobernador Quirino Ordaz Coppel, de todos modos la rescató al integrarla a su gabinete. El otro testimonio es que abandonó la dirección del Registro Público de la Propiedad para incorporarse a FXM. Es decir, seguía gracias al gobernante de afiliación priista, como destinataria de un atractivo cargo.

Casi nunca estuvo fuera del presupuesto.

Hoy, para desgracia de los pobladores, se autoproclama como la única salvadora de la entidad.

En medio de la agitación por continuar en la mesa donde se ingieren las mieles, en Movimiento de Regeneración Nacional sucede lo mismo. El legislador con licencia Pedro Villegas Lobo se traga su propia sangre envenenada.

Tanto que despreció al Partido Sinaloense y en esta elección se apresta a convertirse en diputado plurinominal con los votos que le aportarán, las brigadas que encabeza Héctor Melesio Cuén Ojeda, porque solos no podrían ganar al carecer de estructura.

¿Por qué no renuncia a su candidatura si es tan digno como insinuó ser?, Acaso, ¿no le da vergüenza?

Muy similar es el comportamiento del edil mazatleco Guillermo Benitez. No que no quería a los del Partido Sinaloense y finalmente se les arrodilló. No hay pundonor entre estos que se dicen morenistas.

Ya el munícipe que más repudio tiene de la gente, el culiacanense Jesús Estrada Ferreiro, comenzó a pedir perdón a aquellos que criticó y contra los que opuso feroz resistencia para que desde Morena los satanizaran y los corrieran.

Este viernes le cambió el semblante, porque sabe que no podrá reelegirse, pero lo cuestionable es que si le queda un poquito de honor, ¿por qué no dimite al partido que lo llevó por accidente al ayuntamiento capitalino?

En el PRI, el PAN y el PRD, actúan de manera idéntica. Al Partido Encuentro Solidario, Arnulfo Mendoza, arrebató el derecho de muchos y se erigió en pretenso al Gobierno de Sinaloa, cuando antes, condenó esas formas como fundador del morenismo. Hizo lo mismo: despojar.

Asimismo en Redes Sociales Progresistas, Lucila Ayala de Moreschi obstaculizó a Yolanda Cabrera Peraza para que no se inscribiera en el IEES. Arguyó como chantaje que la bronca no es con la abanderada, sino con quienes no entienden de acatar la equidad de género.

Para que no se violente entonces esa norma, tendría que ser ella porque la manejaron primero los de RSP, pero en qué papel quedaría la ex secretaria de Asuntos Académicos del Sindicato Única Nacional de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que igualmente es fémina.