/ sábado 15 de enero de 2022

Rompen la maldición de nombrar un político en Isife

Por fin, el gobernador Rubén Rocha Moya se atrevió a romper la maldición de designar a un político en el Instituto Sinaloense de la Infraestructura Física Educativa, y hoy, Hugo Echave Meneses como director general carga con una de las encomiendas vitales: enjarrar en fino el rostro noble de la red material educativa en el estado y deshacer con llana los bordes en que se convirtieron los grupos de constructores y los “disfrazados” al monopolizar la obra pública.

Los que merodean y se afianzan para dar el golpe desde posiciones políticas sinaloenses.

En principio, el nuevo titular del organismo habla el mismo idioma de los verdaderos empresarios del ramo. Lo avala un historial de trabajo en lo privado que profesionalmente rebasa los 30 años de servicio, pero lo más trascendente, es que como arquitecto cuenta con la información fiable y de primera mano.

Trae órdenes precisas de impedir que se levanten cotos de privilegios y que los programas se concentren en unas cuantas manos.

Ello sería como continuar en la línea de la injusticia.

Una de las disposiciones es que los locales sean los primeros en participar en la obra pública de gobierno.

Y dar un trato del mismo nivel a grandes medianos y humildes constructoras. Porque en administraciones pasadas, los gigantes se comían a los más pequeños y se les cancelaba un derecho de antemano, de consolidarse como empresas que inician de abajo para arriba.

En los concursos podrán entrar todos, siempre y cuando garanticen que las obras cumplan con los estándares y las normas oficiales. Es decir, que sean eficientes y funcionales.

La idea es abrir la oportunidad a quienes por estar en contraste bajo por las condiciones financieras, generalmente quedaban fuera o por no tener una palanca política, era imposible estar en el juego.

Hugo Echave Meneses, considera que no se trata de lidiar contra unos u otros, sino con recibir a quien lo solicite en las oficinas del organismo. Tampoco de impulsar una proliferación de obras en un solo punto de Sinaloa, sino de realizar una distribución equitativa que se enfoque a abatir las necesidades escolares de aulas y sus servicios básicos.

De imponer siempre el sentido útil y humano en las comunidades rurales y en las ciudades.

En ello monta el andamiaje de unos de los retos más importantes que tiene la administración Rochista.

En este caso, registra un cambio incipiente que podrá crecer como torre, cuando Rubén Rocha Moya le dio el primer giro a los dos anteriores mandos del Isife. Álvaro Ruelas Echave y Andrés Castro Rojo, nada sabían de arquitectura ni de ingeniería civil.

Fueron los últimos nombramientos ominosos, que por cierto, los firmó el ex gobernador Quirino Ordaz Coppel.

Jalón de orejas a patrones de Luisa Alcalde.

Tras la creciente cuarta ola de Covid-19 que empezó a postrar al país y al estado, la Secretaría de Trabajo y Prevención Social federal que estuvo ayer en Culiacán, María Luisa Alcalde, pegó el primer jalón de orejas a los patrones que no conformes con los efectos que la enfermedad aplasta a los trabajadores, los hostiga con pedirles pruebas a la mano para que regresen a sus puestos luego de que informan que se sienten mal.

O que los amenazan de no aceptar las constancias de incapacidad que les expide el Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que hay muchas quejas al respecto.

La funcionaria los convocó a que no incurran como parte patronal en esas prácticas ilegales que a su vez representan francos abusos a las condiciones en las que se encuentra la clase trabajadora mexicana.

Se pronunció porque el Permiso Coronavirus se haga efectivo y se deje de presionar a quienes atraviesan por una situación tan difícil como la que se vive a nivel nacional.

No es posible que exijan resultados negativos en un examen para dejar que entren a sus centros laborales, además con cargo económico de las familias que viven al día de lo que ganan.

Lo calificó como una ilegalidad.

Por fin, el gobernador Rubén Rocha Moya se atrevió a romper la maldición de designar a un político en el Instituto Sinaloense de la Infraestructura Física Educativa, y hoy, Hugo Echave Meneses como director general carga con una de las encomiendas vitales: enjarrar en fino el rostro noble de la red material educativa en el estado y deshacer con llana los bordes en que se convirtieron los grupos de constructores y los “disfrazados” al monopolizar la obra pública.

Los que merodean y se afianzan para dar el golpe desde posiciones políticas sinaloenses.

En principio, el nuevo titular del organismo habla el mismo idioma de los verdaderos empresarios del ramo. Lo avala un historial de trabajo en lo privado que profesionalmente rebasa los 30 años de servicio, pero lo más trascendente, es que como arquitecto cuenta con la información fiable y de primera mano.

Trae órdenes precisas de impedir que se levanten cotos de privilegios y que los programas se concentren en unas cuantas manos.

Ello sería como continuar en la línea de la injusticia.

Una de las disposiciones es que los locales sean los primeros en participar en la obra pública de gobierno.

Y dar un trato del mismo nivel a grandes medianos y humildes constructoras. Porque en administraciones pasadas, los gigantes se comían a los más pequeños y se les cancelaba un derecho de antemano, de consolidarse como empresas que inician de abajo para arriba.

En los concursos podrán entrar todos, siempre y cuando garanticen que las obras cumplan con los estándares y las normas oficiales. Es decir, que sean eficientes y funcionales.

La idea es abrir la oportunidad a quienes por estar en contraste bajo por las condiciones financieras, generalmente quedaban fuera o por no tener una palanca política, era imposible estar en el juego.

Hugo Echave Meneses, considera que no se trata de lidiar contra unos u otros, sino con recibir a quien lo solicite en las oficinas del organismo. Tampoco de impulsar una proliferación de obras en un solo punto de Sinaloa, sino de realizar una distribución equitativa que se enfoque a abatir las necesidades escolares de aulas y sus servicios básicos.

De imponer siempre el sentido útil y humano en las comunidades rurales y en las ciudades.

En ello monta el andamiaje de unos de los retos más importantes que tiene la administración Rochista.

En este caso, registra un cambio incipiente que podrá crecer como torre, cuando Rubén Rocha Moya le dio el primer giro a los dos anteriores mandos del Isife. Álvaro Ruelas Echave y Andrés Castro Rojo, nada sabían de arquitectura ni de ingeniería civil.

Fueron los últimos nombramientos ominosos, que por cierto, los firmó el ex gobernador Quirino Ordaz Coppel.

Jalón de orejas a patrones de Luisa Alcalde.

Tras la creciente cuarta ola de Covid-19 que empezó a postrar al país y al estado, la Secretaría de Trabajo y Prevención Social federal que estuvo ayer en Culiacán, María Luisa Alcalde, pegó el primer jalón de orejas a los patrones que no conformes con los efectos que la enfermedad aplasta a los trabajadores, los hostiga con pedirles pruebas a la mano para que regresen a sus puestos luego de que informan que se sienten mal.

O que los amenazan de no aceptar las constancias de incapacidad que les expide el Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que hay muchas quejas al respecto.

La funcionaria los convocó a que no incurran como parte patronal en esas prácticas ilegales que a su vez representan francos abusos a las condiciones en las que se encuentra la clase trabajadora mexicana.

Se pronunció porque el Permiso Coronavirus se haga efectivo y se deje de presionar a quienes atraviesan por una situación tan difícil como la que se vive a nivel nacional.

No es posible que exijan resultados negativos en un examen para dejar que entren a sus centros laborales, además con cargo económico de las familias que viven al día de lo que ganan.

Lo calificó como una ilegalidad.