/ martes 24 de mayo de 2022

Rocha privilegia la grilla morenista

Se podrá decir que la ahora ex secretaria de Bienestar, Ruth Díaz Gurría no aguantó el primer y único coscorrón que le dio de manera pública el gobernador Rubén Rocha, al presentar su renuncia de forma inmediata e inapelable el pasado viernes, luego de decir que bloqueaba el trabajo de las subsecretarias.

Dichas subsecretarias (ahora una de ellas la titular de SEBIDES), son (eran) María Inés Pérez Corral y Sthefany Rea Reátiga, caracterizadas más por entenderle más a la grilla interna de Morena que al trabajo de campo y sobre todo, la cuestión técnica.

No vamos a defender a Ruth, porque seis meses al frente de la SEBIDES no es suficiente para tener indicadores reales, pero conocemos a María Inés y a Sthefany, y ambas gustan más de las lides partidistas que otra cosa. Para muestra, en este espacio señalamos que Rea Réatiga pidió permiso para irse a operar la revocación de mandato en los municipios.

Anduvo más ocupada en el trabajo de redes políticas que en la materia que le toca en la subsecretaría. Y sí podemos decir que la grilla de ambas provocaron la renuncia de Ruth, que dicho sea de paso, es más técnica que otra cosa, y quizá por eso asumimos que regresa a la presidencia donde le iba mejor quizá que en el gabinete de Rocha.

Ahora, veremos si María Inés y Sthefany se ponen a trabajar de verdad, que todavía hay grandes pendientes para abatir la pobreza, para activar los recursos para los desplazados, entre otros proyectos que se tienen que generar desde esta Secretaría. Veremos si así como son buenas para la grilla morenista, también lo son para subir los indicadores.

LA TELENOVELA

A un par de días de que la regidora Claudia Peña Chico, integrante del Consejo del Instituto de Cultura cuestionara las cuentas públicas del Carnaval de Mazatlán, donde exhibió sobreprecios sobre todo en la construcción de las carrozas alegóricas, el Químico Luis Guillermo Benítez volvió a mostrar su lado intolerante.

El alcalde de Mazatlán no se anduvo por las ramas, y a pesar de que Claudia Peña Chico fue una de sus coordinadoras de campaña, se las cobró por lo más inmediato: Su ex pareja.

Y es que el presidente municipal Benítez Torres, negoció con Gabriela Peña Chico para que lo acompañara en la campaña para la reelección y así estuvieron, compartiendo y mostrando amplias sonrisas, sobre todo cuando había medios de comunicación, pero cuando ganó el Químico, cada quien por su lado.

Tan es así, que en su tercer informe de actividades en el Teatro Ángela Peralta, la señora Gabriela desdeñó un gran arreglo floral que le hizo entrega Benítez Torres… ahí había terminado todo. Peña Chico cumplió con su encargo de Presidenta del Sistema DIF Municipal hasta el último día.

El alcalde se esperó hasta el último para ratificarla en el cargo como Presidenta del Sistema DIF Municipal, y desde donde estaba haciendo muy bien su trabajo.

Hasta que llegó la Junta del Consejo del Instituto de Cultura y no le gustó que exhibieran los malos manejos, y se la cobró a lo chino. No podía correr ni censurar a una regidora (Claudia), pero sí ablandarla corriendo a su hermana (Gabriela). Así se las gasta y gastó, me la haces, me la pagas.

¿Y LOS POBRES?

La destitución de Gabriela, dejó al descubierto la fuerte crisis en la administración municipal, a seis meses de haber iniciado su segundo periodo de mandato. Un alcalde con la cabeza volada, vengativo y con demencia, que se olvidó de las promesas de reelección, donde primero serían los pobres, de ese Mazatlán con mejores salarios, servicios y oportunidad de empleo. Su gobierno solo ha sobresalido por la inestabilidad en Cabildo, viajes, fiestas y la opacidad.

Los desaparecidos en Mazatlán no importan, es mejor celebrar a un boxeador en medio de las manifestaciones con una Secretaría de Seguridad Pública sin pies ni cabeza, comandada por un funcionario investigado por corrupción, y aún así "El Químico" alardea que el destino es seguro, a comparación de otros, con niveles muy bajos de inseguridad.

Los familiares de turistas desaparecidos claman una justicia que ni siquiera existe para los porteños, invitan a no venir al puerto, mientras a su vez se filma una película que servirá de promoción al puerto.

¿Dónde quedó el "primero los pobres"?

¿O será que primero se olvidaría de ellos para darle rienda a esta novela que se vive y donde para variar es el principal protagonista de este desorden?

Se podrá decir que la ahora ex secretaria de Bienestar, Ruth Díaz Gurría no aguantó el primer y único coscorrón que le dio de manera pública el gobernador Rubén Rocha, al presentar su renuncia de forma inmediata e inapelable el pasado viernes, luego de decir que bloqueaba el trabajo de las subsecretarias.

Dichas subsecretarias (ahora una de ellas la titular de SEBIDES), son (eran) María Inés Pérez Corral y Sthefany Rea Reátiga, caracterizadas más por entenderle más a la grilla interna de Morena que al trabajo de campo y sobre todo, la cuestión técnica.

No vamos a defender a Ruth, porque seis meses al frente de la SEBIDES no es suficiente para tener indicadores reales, pero conocemos a María Inés y a Sthefany, y ambas gustan más de las lides partidistas que otra cosa. Para muestra, en este espacio señalamos que Rea Réatiga pidió permiso para irse a operar la revocación de mandato en los municipios.

Anduvo más ocupada en el trabajo de redes políticas que en la materia que le toca en la subsecretaría. Y sí podemos decir que la grilla de ambas provocaron la renuncia de Ruth, que dicho sea de paso, es más técnica que otra cosa, y quizá por eso asumimos que regresa a la presidencia donde le iba mejor quizá que en el gabinete de Rocha.

Ahora, veremos si María Inés y Sthefany se ponen a trabajar de verdad, que todavía hay grandes pendientes para abatir la pobreza, para activar los recursos para los desplazados, entre otros proyectos que se tienen que generar desde esta Secretaría. Veremos si así como son buenas para la grilla morenista, también lo son para subir los indicadores.

LA TELENOVELA

A un par de días de que la regidora Claudia Peña Chico, integrante del Consejo del Instituto de Cultura cuestionara las cuentas públicas del Carnaval de Mazatlán, donde exhibió sobreprecios sobre todo en la construcción de las carrozas alegóricas, el Químico Luis Guillermo Benítez volvió a mostrar su lado intolerante.

El alcalde de Mazatlán no se anduvo por las ramas, y a pesar de que Claudia Peña Chico fue una de sus coordinadoras de campaña, se las cobró por lo más inmediato: Su ex pareja.

Y es que el presidente municipal Benítez Torres, negoció con Gabriela Peña Chico para que lo acompañara en la campaña para la reelección y así estuvieron, compartiendo y mostrando amplias sonrisas, sobre todo cuando había medios de comunicación, pero cuando ganó el Químico, cada quien por su lado.

Tan es así, que en su tercer informe de actividades en el Teatro Ángela Peralta, la señora Gabriela desdeñó un gran arreglo floral que le hizo entrega Benítez Torres… ahí había terminado todo. Peña Chico cumplió con su encargo de Presidenta del Sistema DIF Municipal hasta el último día.

El alcalde se esperó hasta el último para ratificarla en el cargo como Presidenta del Sistema DIF Municipal, y desde donde estaba haciendo muy bien su trabajo.

Hasta que llegó la Junta del Consejo del Instituto de Cultura y no le gustó que exhibieran los malos manejos, y se la cobró a lo chino. No podía correr ni censurar a una regidora (Claudia), pero sí ablandarla corriendo a su hermana (Gabriela). Así se las gasta y gastó, me la haces, me la pagas.

¿Y LOS POBRES?

La destitución de Gabriela, dejó al descubierto la fuerte crisis en la administración municipal, a seis meses de haber iniciado su segundo periodo de mandato. Un alcalde con la cabeza volada, vengativo y con demencia, que se olvidó de las promesas de reelección, donde primero serían los pobres, de ese Mazatlán con mejores salarios, servicios y oportunidad de empleo. Su gobierno solo ha sobresalido por la inestabilidad en Cabildo, viajes, fiestas y la opacidad.

Los desaparecidos en Mazatlán no importan, es mejor celebrar a un boxeador en medio de las manifestaciones con una Secretaría de Seguridad Pública sin pies ni cabeza, comandada por un funcionario investigado por corrupción, y aún así "El Químico" alardea que el destino es seguro, a comparación de otros, con niveles muy bajos de inseguridad.

Los familiares de turistas desaparecidos claman una justicia que ni siquiera existe para los porteños, invitan a no venir al puerto, mientras a su vez se filma una película que servirá de promoción al puerto.

¿Dónde quedó el "primero los pobres"?

¿O será que primero se olvidaría de ellos para darle rienda a esta novela que se vive y donde para variar es el principal protagonista de este desorden?