Si Mario Delgado no logra la dirigencia mexicana de Movimiento de Regeneración Nacional que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le ordenó al Instituto Nacional Electoral resuelva mediante una encuesta entre la militancia, será muy difícil que Rubén Rocha Moya se erija como candidato a la gubernatura de Sinaloa.
Esa resolución de la Sala Regional del TEPJF le torció la línea que el mandamás del morenismo en el país, le trazó como una ruta que con meses de anticipación se la limpiaron de piedras.
El fallo, que le inmovilizó las manos al directivo Alfonso Ramírez Cuellar, le quitó la base que lo sostenía para servirle la mesa como sucedió el 09 de los corrientes para que el senador sinaloense se luciera.
Ese día, le dejó la cancha sola e ignoró por completo a quienes integran el otro bloque del equilibrio político de Morena en la entidad. Porque sin mediar siquiera el recurso de la diplomacia, ignoraron al alcalde de Mazatlán, Guillermo Benitez y a otros personajes que también cuentan con un aspirante para la sucesión de Quirino Ordaz Coppel.
Ya con Alfonso Ramírez Cuellar sin fuerza, las circunstancias del ex coordinador de Asesores del Gobierno del Estado, se limitan.
Aunque es muy remoto que Berta Luján y Alejandro Rojas, se asuman con posibilidades de alcanzar el mando, vía sondeos o acuerdos entre las diferentes corrientes, de registrarse lo contrario, poco le ayudaría en sus propósitos inmediatos al ex funcionario de la administración pública estatal.
Lo mismo le pasaría con Yeidckol Polevnski, quien está más lejos de obtener el triunfo o incluso de participar en el proceso.
Si el tercero en discordia como se rumora es Alejandro Encinas, Rubén Rocha Moya no tendría mucho con qué pelear para el proceso electoral del 2021, especialmente cuando ya está en cima.
Solo el diputado federal Mario Delgado, le abonaría a su favor pero no le garantiza que le otorgue un respaldo absoluto.
A esa sombra que le pudiera diluir sus intenciones futuristas, surgió igualmente el interés expreso de su compañera de escaño Imelda Castro. La dama, poseedora de una estrategia calmada pero firme, pareciera que mide los tiempos de manera milimétrica.
Sin “desbocar su caballo”, está lista para entrar a la competencia en cuanto los plazos legales y las reglas lo permitan.
Ella podría solicitar licencia antes de que concluya el 2020 para estar en el instante oportuno, en que jurídica, política y socialmente estar en la lidia por la candidatura.
En la ciudad de México goza del soporte de uno de los grupos políticos más consistentes, y localmente, ya le manifestaron su compromiso sectores muy acomedidos que gustan de su proyecto.
De tal manera que en las sumas y multiplicaciones que se hacen, se encuentran hasta panistas y priistas.
Le hacen el feo a la CNOP del PRI.
Donde le hacen el feo a lo que les ofrecen es en el Partido Revolucionario Institucional. A casi un año de que el presidente del Comité Directivo Estatal, Jesús Valdez Palazuelos busca una figura para encabezar el “cadáver” de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, nadie quiere estar en la silla de lo que está prácticamente en el cementerio.
Casualmente, el cargo se lo quisieron entregar a políticos que ya fueron, alcaldes, diputados o regidores, pero nadie quiere enrolarse en una empresa que no tiene remedio.
