/ lunes 30 de noviembre de 2020

Rocha Moya… “El negro” de la feria

Sergio Torres… ¿Tiene reversa?

Las evidencias son claras y contundentes. La política como ente social está gravemente enferma.

Si, la política, ese instrumento social que utilizan los individuos supuestamente para luchar por el bienestar de los pueblos, está tocada en sus entrañas. Está infectada por el virus, de la envidia y la ambición por el poder.

Son tres males endémicos propios de la política, que históricamente han permanecido estables y hasta cierto punto digeribles por la sociedad.

Sin embargo, la sociedad cansada ya de tales patologías, presenta hoy en día signos de enfado y hartazgo por tan vergonzantes conductas, por lo que el rechazo a los políticos se hace cada día más evidente.

Los signos propios del malestar social son el rechazo y la incredulidad hacia quienes le dan vida a esa legendaria actividad de la política.

Ante tales evidencias, es claro que buscar a los responsables de la citada patología que lacera a la política mexicana, no es tarea difícil. Más bien creo que son fáciles de ubicar.

Es claro entonces, que la patología que afecta a la política es responsabilidad de los propios Partidos, cuyos dirigentes se han desprendido de todo signo de doctrina o ideología partidista para convertirla en simples instrumentos de guerra… En armas y herramientas solo útiles y necesarias para la lucha por la conquista del poder por el poder.

LOS EJEMPLOS nos sobran. Recordemos lo que acaba de ocurrir en torno al Partido MORENA, el Instituto que alberga al mismo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, y que en su objetivo de elegir a su líder nacional, se vio enfrascado en una guerra intestina y sin cuartel entre sus militantes.

Más de un año se prolongaron las confrontaciones, hasta que el propio Presidente se vio en la necesidad de dar un manotazo y amenazarlos con abandonar sus filas si no solucionaban el conflicto.

Hoy su líder nacional electo Mario Delgado, está soportando la andanada de críticas, acusaciones y señalamientos que desde todos los flancos Morenistas de la nación, se le hacen en la disputa que ahora se libra por las candidaturas.

La evidencia es contundente. Y es que, engolosinados por el “tsunami” del 2018, hoy todos los morenistas se sienten con derechos y exigen el premio de las candidaturas, esperando que la hazaña se repita en las elecciones del 2021. Es hambre rancia y cruenta por el poder.

Aquí en Sinaloa las cosas no se observan mejor. Ahí está la lucha interna entre los que aspiran a la candidatura para el gobierno del Estado.

El Senador Rubén Rocha Moya, está siendo salvajemente atacado desde dentro y desde fuera de su mismo Partido MORENA.

La razón pudiera ser la ventaja en las preferencias que el ex Rector de la UAS registra en las encuestas serias y reales, sobre el resto de los aspirantes de todos los Partidos políticos al cargo de gobernador.

Hoy Rocha Moya se ha convertido en el “negriito” de la feria al que todos le tiran con furia para golpearlo y quedarse con el premio de la candidatura.

Desde su Partido, la Senadora Imelda Castro, el Alcalde de Mazatlán Luis Guillermo “El Químico Benítez, La Diputada Tatiana Clouthier, y hasta el Alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro, no dejan de soñar con desbarrancar al de Batequitas Badiraguato.

Por cierto, ayer “Chuy” Estrada presumió una fotografía donde desayuna con el líder nacional de MORENA Mario Delgado… Una foto con jiribilla para quienes lo descartan de la jugada.

Pero que nadie piense que la guerra política solo se está dando entre la militancia de MORENA.

EN LAS FILAS DEL PRI, hace apenas unas semanas fuimos testigos del conflicto de intereses que se generó entre dos de las cartas fuertes del tricolor para la candidatura a gobernador.

Sergio Torres Félix y Jesús Valdéz Palazuelos, antes grandes amigos y aliados se enfrascaron en una guerra mediática que logró hacer añicos su amistad y compadrazgo de muchos años. Otra vez la política haciendo estragos en las relaciones humanas.

Respecto al pleito entre Torres y Valdéz, no faltan los que creen que el conflicto no es tan grave, y que pasada la calentura electoral, las aguas volverán a su cauce normal y que superada la pandemia del COVID-19 podrían encontrarse y darse el abrazo postergado.

Incluso, no faltan los que piensan que Sergio Torres podría regresar antes de las definiciones de las candidaturas al nido político de sus amores, y del que nunca ha terminado de irse.

La hipótesis de quienes así piensan, la basan en la posibilidad de que a Sergio Torres Félix desde Movimiento Ciudadano le podrían fallar en la promesa de entregarle la candidatura a la gubernatura. Es decir otra jugada de la nefasta política, llamada TRAICIÓN.

Y si así ocurriera, es fácil suponer que el líder nacional de M.C. Dante Delgado lo querrá conformar con una candidatura a Diputado Federal o en un caso extremo a una Senaduría, para efectos de que “el Morrín” le jale los votos que su Partido requiere para seguir con vida política.

Y ahí estaría el punto de quiebre para el ex Alcalde de Culiacán, por lo que no es descabellado pensar que si el PRI le ofrece alguna de esas posiciones, la reversa sería un paso no descartable.

Y es que para Sergio Torres, sería más atractiva la opción de luchar electoralmente bajo las siglas del Partido que le dio vida política, que experimentar desde otro Partido que no solo lo buscó para aprovecharse de su rentabilidad electoral, sino que además le falló en el compromiso de hacerlo su candidato a gobernador de Sinaloa.

Sobra decir, que esto es solo parte de lo que se comenta en los corrillos políticos de nuestro Estado, aunque si se analiza con detenimiento, se le puede encontrar algo de lógica.

Y es que Sergio Torres, es de carácter fuerte, decidido, de lucha y retos… Un hombre práctico y temerario, pero tonto no es, ni piensa serlo como para prestarse a ser utilizado como instrumento de un Partido como Movimiento Ciudadano, al que nada tiene que agradecer, y que no se merecería el entregarle una carrera política que tanto trabajo y esfuerzo le ha costado construir en el PRI…. Claro, todo eso puede ocurrir, a menos que M.C. le respete a Sergio Torrres el compromiso de hacerlo candidato a gobernador de Sinaloa.

Sergio Torres… ¿Tiene reversa?

Las evidencias son claras y contundentes. La política como ente social está gravemente enferma.

Si, la política, ese instrumento social que utilizan los individuos supuestamente para luchar por el bienestar de los pueblos, está tocada en sus entrañas. Está infectada por el virus, de la envidia y la ambición por el poder.

Son tres males endémicos propios de la política, que históricamente han permanecido estables y hasta cierto punto digeribles por la sociedad.

Sin embargo, la sociedad cansada ya de tales patologías, presenta hoy en día signos de enfado y hartazgo por tan vergonzantes conductas, por lo que el rechazo a los políticos se hace cada día más evidente.

Los signos propios del malestar social son el rechazo y la incredulidad hacia quienes le dan vida a esa legendaria actividad de la política.

Ante tales evidencias, es claro que buscar a los responsables de la citada patología que lacera a la política mexicana, no es tarea difícil. Más bien creo que son fáciles de ubicar.

Es claro entonces, que la patología que afecta a la política es responsabilidad de los propios Partidos, cuyos dirigentes se han desprendido de todo signo de doctrina o ideología partidista para convertirla en simples instrumentos de guerra… En armas y herramientas solo útiles y necesarias para la lucha por la conquista del poder por el poder.

LOS EJEMPLOS nos sobran. Recordemos lo que acaba de ocurrir en torno al Partido MORENA, el Instituto que alberga al mismo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, y que en su objetivo de elegir a su líder nacional, se vio enfrascado en una guerra intestina y sin cuartel entre sus militantes.

Más de un año se prolongaron las confrontaciones, hasta que el propio Presidente se vio en la necesidad de dar un manotazo y amenazarlos con abandonar sus filas si no solucionaban el conflicto.

Hoy su líder nacional electo Mario Delgado, está soportando la andanada de críticas, acusaciones y señalamientos que desde todos los flancos Morenistas de la nación, se le hacen en la disputa que ahora se libra por las candidaturas.

La evidencia es contundente. Y es que, engolosinados por el “tsunami” del 2018, hoy todos los morenistas se sienten con derechos y exigen el premio de las candidaturas, esperando que la hazaña se repita en las elecciones del 2021. Es hambre rancia y cruenta por el poder.

Aquí en Sinaloa las cosas no se observan mejor. Ahí está la lucha interna entre los que aspiran a la candidatura para el gobierno del Estado.

El Senador Rubén Rocha Moya, está siendo salvajemente atacado desde dentro y desde fuera de su mismo Partido MORENA.

La razón pudiera ser la ventaja en las preferencias que el ex Rector de la UAS registra en las encuestas serias y reales, sobre el resto de los aspirantes de todos los Partidos políticos al cargo de gobernador.

Hoy Rocha Moya se ha convertido en el “negriito” de la feria al que todos le tiran con furia para golpearlo y quedarse con el premio de la candidatura.

Desde su Partido, la Senadora Imelda Castro, el Alcalde de Mazatlán Luis Guillermo “El Químico Benítez, La Diputada Tatiana Clouthier, y hasta el Alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro, no dejan de soñar con desbarrancar al de Batequitas Badiraguato.

Por cierto, ayer “Chuy” Estrada presumió una fotografía donde desayuna con el líder nacional de MORENA Mario Delgado… Una foto con jiribilla para quienes lo descartan de la jugada.

Pero que nadie piense que la guerra política solo se está dando entre la militancia de MORENA.

EN LAS FILAS DEL PRI, hace apenas unas semanas fuimos testigos del conflicto de intereses que se generó entre dos de las cartas fuertes del tricolor para la candidatura a gobernador.

Sergio Torres Félix y Jesús Valdéz Palazuelos, antes grandes amigos y aliados se enfrascaron en una guerra mediática que logró hacer añicos su amistad y compadrazgo de muchos años. Otra vez la política haciendo estragos en las relaciones humanas.

Respecto al pleito entre Torres y Valdéz, no faltan los que creen que el conflicto no es tan grave, y que pasada la calentura electoral, las aguas volverán a su cauce normal y que superada la pandemia del COVID-19 podrían encontrarse y darse el abrazo postergado.

Incluso, no faltan los que piensan que Sergio Torres podría regresar antes de las definiciones de las candidaturas al nido político de sus amores, y del que nunca ha terminado de irse.

La hipótesis de quienes así piensan, la basan en la posibilidad de que a Sergio Torres Félix desde Movimiento Ciudadano le podrían fallar en la promesa de entregarle la candidatura a la gubernatura. Es decir otra jugada de la nefasta política, llamada TRAICIÓN.

Y si así ocurriera, es fácil suponer que el líder nacional de M.C. Dante Delgado lo querrá conformar con una candidatura a Diputado Federal o en un caso extremo a una Senaduría, para efectos de que “el Morrín” le jale los votos que su Partido requiere para seguir con vida política.

Y ahí estaría el punto de quiebre para el ex Alcalde de Culiacán, por lo que no es descabellado pensar que si el PRI le ofrece alguna de esas posiciones, la reversa sería un paso no descartable.

Y es que para Sergio Torres, sería más atractiva la opción de luchar electoralmente bajo las siglas del Partido que le dio vida política, que experimentar desde otro Partido que no solo lo buscó para aprovecharse de su rentabilidad electoral, sino que además le falló en el compromiso de hacerlo su candidato a gobernador de Sinaloa.

Sobra decir, que esto es solo parte de lo que se comenta en los corrillos políticos de nuestro Estado, aunque si se analiza con detenimiento, se le puede encontrar algo de lógica.

Y es que Sergio Torres, es de carácter fuerte, decidido, de lucha y retos… Un hombre práctico y temerario, pero tonto no es, ni piensa serlo como para prestarse a ser utilizado como instrumento de un Partido como Movimiento Ciudadano, al que nada tiene que agradecer, y que no se merecería el entregarle una carrera política que tanto trabajo y esfuerzo le ha costado construir en el PRI…. Claro, todo eso puede ocurrir, a menos que M.C. le respete a Sergio Torrres el compromiso de hacerlo candidato a gobernador de Sinaloa.