/ viernes 23 de abril de 2021

Rocha: El apostador

En octubre del año pasado, Rocha y sus más cercanos colaboradores, aseguraban tener en la bolsa la candidatura para la gubernatura de Sinaloa. La única preocupación que los mantenía con ciertas reservas era el tema de género. Desde la dirigencia nacional, habían dejado entrever la posibilidad de reservar a Sinaloa como uno de los espacios destinados a una mujer. Esto fue desactivado rápidamente por el mismo Rubén Rocha; con la ayuda de Ricardo Monreal, cabildearon con el presidente. Parecía que el camino se despejaba.

Con aquella certeza, Rocha comenzó a construir su equipo de campaña; sin embargo, encontraron una limitación en sus planes: no tenían estructuras confiables. Los asesores de Rocha se dieron cuenta que no podían sacar adelante la candidatura por ellos mismo. Dependían demasiado de los tres alcaldes (Benítez, Estrada y Chapman), ninguno de ellos era de confianza, sobre todo el Químico Benítez quien en público y privado mostraba un creciente descontento con la figura del Senador Rocha. El equipo tuvo que tomar una decisión: contactar a Héctor Melesio Cuen.

En aquellos meses, el PAS buscaba negociar la mayor tajada posible con el PRI. Quirino Ordaz trabajó a marchas forzadas para impulsar a su secretario de educación como el delfín. Cuen tiene una excelente relación con Mejía. Juntos trabajaron un bosquejo de alianza. Hasta algunos puestos y espacios ya estaban en la negociación. Todo cambio cuando el rochismo toco a las puertas del PAS. Héctor Melesio sabía que, en MORENA, encontraría terreno más fértil para alcanzar la victoria que se le negaba desde hace varias elecciones.

Juntos, Rocha y Cuen, se presentaron en el CEN de MORENA. Las cúpulas del partido dieron el beneplácito. Todo estaba listo para anunciar el proyecto, pero no contaban con la astucia de un tercer jugador: Gerardo Vargas Landeros. La intentona de obtener la candidatura de Vargas retrasó los planes de Rocha –Cuen. Ante la incertidumbre, el PAS optó por mantenerse al margen y no firmar alianza. Al final del cuento, el Senador consiguió la nominación y reinició las conversaciones con Cuen, ahora bajo la figura de candidaturas comunes.

Rocha apostó fuerte. Según sus cuentas, la incorporación de la estructura Universitari – Pasista aseguraba una estructura propia. El precio de la apuesta sería algunas posiciones en el gabinete y ceder el control de la UAS. La oposición interna sería controlada por la promesa de triunfo y la promesa de más posiciones (pocos saben que el gobierno estatal ya está prometido en tres veces su capacidad)

La segunda apuesta de Rocha fue contar con el apoyo de Quirino Ordaz, Si no de manera abierta, sí de manera velada. Las relaciones y coincidencias políticas del gobernador y del Senador son múltiples. Rocha estaba seguro que desde el tercer piso abrirían las puertas del empresariado y, tal vez, algo de recursos económicos.

Al principio de la campaña, las apuestas de Rocha parecían dar resultados. La estructura del PAS sacaba adelante la campaña, figuras del gobierno del estado se incorporaron a la campaña de MORENA y los empresarios se mantenían al margen. Algo cambió; en los últimos días, las apuestas parecen no ser tan exitosas

La alianza con el PAS está mostrando ser suma cero, es decir, la incorporación de Cuen y sus cercanos desplazaron a figuras de MORENA, al grado que muchos ya se encuentran fuera de la campaña asegurando que ni siquiera participaran el día de la elección: El PAS terminó desplazando casi a la misma cantidad de personas que dicen haber incorporado. El protagonismo de Hector Melesio Cuen dentro de los eventos de campaña tienen a más de uno con serias dudas de lo cómo se conducirá el próximo gobierno morenista en un escenario de triunfo.

Por otro lado, la apuesta con Quirino no resulto. Rocha acusa abiertamente al gobernador de interferir en el proceso. Uno de los dos pilares de la campaña de Rocha se derrumbó: la neutralidad del tercer pido. Ya solo le queda la estructura de Cuen. El problema que Cuen lo sabe. Entre más asilado quede Rocha más necesita del PAS. Rocha el apostador está en el límite de doblar la apuesta o recalcular su decisión. Lo que antes era ganancias seguras, hoy es la incertidumbre del Azar. Llegó el momento que Roca active los sacrificios al dios Tique.

(@juanordorica)

En octubre del año pasado, Rocha y sus más cercanos colaboradores, aseguraban tener en la bolsa la candidatura para la gubernatura de Sinaloa. La única preocupación que los mantenía con ciertas reservas era el tema de género. Desde la dirigencia nacional, habían dejado entrever la posibilidad de reservar a Sinaloa como uno de los espacios destinados a una mujer. Esto fue desactivado rápidamente por el mismo Rubén Rocha; con la ayuda de Ricardo Monreal, cabildearon con el presidente. Parecía que el camino se despejaba.

Con aquella certeza, Rocha comenzó a construir su equipo de campaña; sin embargo, encontraron una limitación en sus planes: no tenían estructuras confiables. Los asesores de Rocha se dieron cuenta que no podían sacar adelante la candidatura por ellos mismo. Dependían demasiado de los tres alcaldes (Benítez, Estrada y Chapman), ninguno de ellos era de confianza, sobre todo el Químico Benítez quien en público y privado mostraba un creciente descontento con la figura del Senador Rocha. El equipo tuvo que tomar una decisión: contactar a Héctor Melesio Cuen.

En aquellos meses, el PAS buscaba negociar la mayor tajada posible con el PRI. Quirino Ordaz trabajó a marchas forzadas para impulsar a su secretario de educación como el delfín. Cuen tiene una excelente relación con Mejía. Juntos trabajaron un bosquejo de alianza. Hasta algunos puestos y espacios ya estaban en la negociación. Todo cambio cuando el rochismo toco a las puertas del PAS. Héctor Melesio sabía que, en MORENA, encontraría terreno más fértil para alcanzar la victoria que se le negaba desde hace varias elecciones.

Juntos, Rocha y Cuen, se presentaron en el CEN de MORENA. Las cúpulas del partido dieron el beneplácito. Todo estaba listo para anunciar el proyecto, pero no contaban con la astucia de un tercer jugador: Gerardo Vargas Landeros. La intentona de obtener la candidatura de Vargas retrasó los planes de Rocha –Cuen. Ante la incertidumbre, el PAS optó por mantenerse al margen y no firmar alianza. Al final del cuento, el Senador consiguió la nominación y reinició las conversaciones con Cuen, ahora bajo la figura de candidaturas comunes.

Rocha apostó fuerte. Según sus cuentas, la incorporación de la estructura Universitari – Pasista aseguraba una estructura propia. El precio de la apuesta sería algunas posiciones en el gabinete y ceder el control de la UAS. La oposición interna sería controlada por la promesa de triunfo y la promesa de más posiciones (pocos saben que el gobierno estatal ya está prometido en tres veces su capacidad)

La segunda apuesta de Rocha fue contar con el apoyo de Quirino Ordaz, Si no de manera abierta, sí de manera velada. Las relaciones y coincidencias políticas del gobernador y del Senador son múltiples. Rocha estaba seguro que desde el tercer piso abrirían las puertas del empresariado y, tal vez, algo de recursos económicos.

Al principio de la campaña, las apuestas de Rocha parecían dar resultados. La estructura del PAS sacaba adelante la campaña, figuras del gobierno del estado se incorporaron a la campaña de MORENA y los empresarios se mantenían al margen. Algo cambió; en los últimos días, las apuestas parecen no ser tan exitosas

La alianza con el PAS está mostrando ser suma cero, es decir, la incorporación de Cuen y sus cercanos desplazaron a figuras de MORENA, al grado que muchos ya se encuentran fuera de la campaña asegurando que ni siquiera participaran el día de la elección: El PAS terminó desplazando casi a la misma cantidad de personas que dicen haber incorporado. El protagonismo de Hector Melesio Cuen dentro de los eventos de campaña tienen a más de uno con serias dudas de lo cómo se conducirá el próximo gobierno morenista en un escenario de triunfo.

Por otro lado, la apuesta con Quirino no resulto. Rocha acusa abiertamente al gobernador de interferir en el proceso. Uno de los dos pilares de la campaña de Rocha se derrumbó: la neutralidad del tercer pido. Ya solo le queda la estructura de Cuen. El problema que Cuen lo sabe. Entre más asilado quede Rocha más necesita del PAS. Rocha el apostador está en el límite de doblar la apuesta o recalcular su decisión. Lo que antes era ganancias seguras, hoy es la incertidumbre del Azar. Llegó el momento que Roca active los sacrificios al dios Tique.

(@juanordorica)