/ lunes 1 de noviembre de 2021

Rocha asume y aboga protección para Quirino

“Al pie de la letra”, que le delineó el presidente Andrés Manuel López Obrador quien blindó con protección contra lo que puede estar mal en el ejercicio administrativo al saliente Quirino Ordaz Coppel, Rubén Rocha Moya asumió formalmente como gobernador Constitucional de Sinaloa y lo exoneró de persecuciones.

E incluso, lo escoltó prácticamente en su despedida en el Congreso del Estado, al pedir a los senadores de la República –alrededor de 20 que asistieron- que voten a su favor para que el hoy ex mandatario priista-verde ecologista, emprenda su viaje a España como embajador de México.

Antes se escudó, en que no perseguirá a nadie, porque eso son bravuconadas. A la mejor, como las que protagoniza el actual Ejecutivo Federal contra integrantes de los gobiernos anteriores del PRI, PAN o los empresarios.

Era evidente que ante los ojos de casi 400 espectadores entre los que estuvieron miembros de la Cámara Alta y Baja, asi como alcaldes todavía electores, ex gobernadores, familiares, amigos y ante miles de pobladores que estuvieron al tanto de la ceremonia, el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, calcularía con frialdad su postura.

Imposible que advirtiera lo contrario aún al desconocer el estado que guardan las arcas y los programas de su antecesor.

No podría ser de otra manera, porque aunque se dijo de izquierda y de que fue electo como abanderado de Morena, proviene de la misma oficina donde despachó Quirino Ordaz Coppel.

No se atrevería a acusar a su jefe. Es más ni siquiera a esculcar, porque el que busca encuentra.

Rubén Rocha Moya llega al poder sinaloense con dos patrones encima: el gobernante mexicano y, por lo que se observa, el próximo diplomático español. Se mira que a la distancia, tendrá margen de maniobra en las decisiones que se tomen para la entidad.

Que claro que tampoco es tan fácil despojarse de las vestimentas ideológicas como lo quiso hacer notar. No se trata demudarse de calcetines. La realidad, es que cohabitó en dos gobiernos estatales de filiación al Partido Revolucionario Institucional y hoy se declaró morenista.

Actuó este sábado, con una comodidad sorprendente.

Frente a los presentes como María Luisa Alcalde, Secretaría del Trabajo de la Federación, aventó por la borda el descontento de algunos sectores con su ex jefe en la Coordinación de Asesores.

La denuncia que trabajadores de la Salud, hicieron algo similar a lo que sucedió en la Secretaría de Educación Pública y Cultura. Les asignaron plazas a parientes, sin derecho de antigüedad.

Eso se revisará, y las cosas seguirán dentro de los procesos de ley.

Como siempre. De esas que corren sin mayor cuidado.

Rencor social contra el batalloso Estrada.

De los 18 ediles que se programaron para rendir protesta ayer, al de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro y a quien el nuevo gobernador Rubén Rocha Moya, lo llamó “batalloso” cuando se dirigió para saludarlo en el recinto del Poder Legislativo local, lo comenzaron a poner en sal las familias culiacanenses.

Tiene días la gente, lamentándose del anuncio que asemeja amenaza, en el que reveló que eliminará gradualmente los descuentos en los cobros del predial y de otros gravámenes, que se les sostuvieron en administraciones pasadas para los pensionados y los jubilados.

La opinión generalizada, es que ya empezó mal.

Cada vez que lo eligen como presidente municipal, se envalentona y en vez de agradecer el apoyo que le dieron en las urnas, los castiga y los humilla.

Al paso que lo hace, hará ver a los culiacanenses como que les gusta que los maltraten.

Como que nos gusta el sadismo, expresaron dos odontólogos, asiduos a un céntrico café que con la tercera edad a cuestas, buscan beneficiarse de la generosidad que tuvieron otros alcaldes con este segmento comunitario.

Y agregan que se quedó corto el mandatario. La verdad es que se eligió por la marca morenista, a un munícipe grosero, prepotente y soberbio.

Con quien no hay solución para los problemas.

“Al pie de la letra”, que le delineó el presidente Andrés Manuel López Obrador quien blindó con protección contra lo que puede estar mal en el ejercicio administrativo al saliente Quirino Ordaz Coppel, Rubén Rocha Moya asumió formalmente como gobernador Constitucional de Sinaloa y lo exoneró de persecuciones.

E incluso, lo escoltó prácticamente en su despedida en el Congreso del Estado, al pedir a los senadores de la República –alrededor de 20 que asistieron- que voten a su favor para que el hoy ex mandatario priista-verde ecologista, emprenda su viaje a España como embajador de México.

Antes se escudó, en que no perseguirá a nadie, porque eso son bravuconadas. A la mejor, como las que protagoniza el actual Ejecutivo Federal contra integrantes de los gobiernos anteriores del PRI, PAN o los empresarios.

Era evidente que ante los ojos de casi 400 espectadores entre los que estuvieron miembros de la Cámara Alta y Baja, asi como alcaldes todavía electores, ex gobernadores, familiares, amigos y ante miles de pobladores que estuvieron al tanto de la ceremonia, el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, calcularía con frialdad su postura.

Imposible que advirtiera lo contrario aún al desconocer el estado que guardan las arcas y los programas de su antecesor.

No podría ser de otra manera, porque aunque se dijo de izquierda y de que fue electo como abanderado de Morena, proviene de la misma oficina donde despachó Quirino Ordaz Coppel.

No se atrevería a acusar a su jefe. Es más ni siquiera a esculcar, porque el que busca encuentra.

Rubén Rocha Moya llega al poder sinaloense con dos patrones encima: el gobernante mexicano y, por lo que se observa, el próximo diplomático español. Se mira que a la distancia, tendrá margen de maniobra en las decisiones que se tomen para la entidad.

Que claro que tampoco es tan fácil despojarse de las vestimentas ideológicas como lo quiso hacer notar. No se trata demudarse de calcetines. La realidad, es que cohabitó en dos gobiernos estatales de filiación al Partido Revolucionario Institucional y hoy se declaró morenista.

Actuó este sábado, con una comodidad sorprendente.

Frente a los presentes como María Luisa Alcalde, Secretaría del Trabajo de la Federación, aventó por la borda el descontento de algunos sectores con su ex jefe en la Coordinación de Asesores.

La denuncia que trabajadores de la Salud, hicieron algo similar a lo que sucedió en la Secretaría de Educación Pública y Cultura. Les asignaron plazas a parientes, sin derecho de antigüedad.

Eso se revisará, y las cosas seguirán dentro de los procesos de ley.

Como siempre. De esas que corren sin mayor cuidado.

Rencor social contra el batalloso Estrada.

De los 18 ediles que se programaron para rendir protesta ayer, al de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro y a quien el nuevo gobernador Rubén Rocha Moya, lo llamó “batalloso” cuando se dirigió para saludarlo en el recinto del Poder Legislativo local, lo comenzaron a poner en sal las familias culiacanenses.

Tiene días la gente, lamentándose del anuncio que asemeja amenaza, en el que reveló que eliminará gradualmente los descuentos en los cobros del predial y de otros gravámenes, que se les sostuvieron en administraciones pasadas para los pensionados y los jubilados.

La opinión generalizada, es que ya empezó mal.

Cada vez que lo eligen como presidente municipal, se envalentona y en vez de agradecer el apoyo que le dieron en las urnas, los castiga y los humilla.

Al paso que lo hace, hará ver a los culiacanenses como que les gusta que los maltraten.

Como que nos gusta el sadismo, expresaron dos odontólogos, asiduos a un céntrico café que con la tercera edad a cuestas, buscan beneficiarse de la generosidad que tuvieron otros alcaldes con este segmento comunitario.

Y agregan que se quedó corto el mandatario. La verdad es que se eligió por la marca morenista, a un munícipe grosero, prepotente y soberbio.

Con quien no hay solución para los problemas.