/ lunes 20 de septiembre de 2021

Rocha a gobernar con un Morena entre odios

Con el triunfo a espaldas del seis de junio que todavía festeja, Rubén Rocha Moya se dispone a gobernar Sinaloa a partir del primero de noviembre, pero lo que le espera por recorrer de frente lo hará con un Movimiento de Regeneración Nacional, desarticulado. En medio de odios, la división de los grupúsculos y del dinero que se pelean los cabecillas al convertirse en el organismo más cotizado.

El que más cargos logró en las últimas elecciones.

El propio gobernador electo, probó los tragos de la amargura que suelen ofrecer aquellos que se creen militantes puros, que en realidad no existen porque fueron producto de un accidente electoral.

Antes del 2018, los facciosos que se desprendieron del vetusto y nefasto Partido de la Revolución Democrática para unirse en retazos a Morena, expulsaron a su líder estatal, genuino personaje de izquierda y activista social, Jaime Palacios Barreda. Aunque igual hubo sumas priistas y panistas.

Desde entonces, el morenismo quedó descabezado y sigue como barco a la deriva.

En los recientes procesos electorales, sus candidatos tuvieron a un electorado unido que en masa los sacó adelante. Sin embargo, para el ejercicio de gobierno que se avecina, requiere de un partido que lo sostenga y que lo impulse, misión que se antoja imposible.

El mandatario que arrasó con más de 624 mil sufragios y que se prepara para asumir el poder en 42 días, comprobó lo difícil que es lidiar con los segmentos al interior de Morena, que actúan como células delictivas. Que hoy demandan puestos.

En sus inicios, cuando desde arriba le dieron luz verde para construir su candidatura -desde hace tres años-, intentó crear el andamiaje que obviamente dentro de Movimiento de Regeneración Nacional, y lo paralizaron.

No pudo poner en la directiva a su amigo del alma y hoy Superdelegado de Programas Federales Juan de Dios Gámez. Se lo quemaron con fuego amigo que se entrecruzó por todos los flancos.

Y auto estableció una tregua.

Luego trajo a la panista Alma Alcaraz y tampoco. Se la “molonquearon” en forma despiadada y grotesca.

De avanzada porque los tiempos electorales estaban encima, desde la ciudad de México, enviaron a Carol Arriaga y arribó para adornar el escenario. No quiso ni la dejaron hacer mucho.

A la fecha, va y viene Américo Villarreal como representante del Comité Ejecutivo Nacional de los morenistas, como mero turista de placer, empero, no hay señales de apertura de un proceso para la nominación de dirigencia.

Entre las “tribus” no existe ni la idea de ello. Se baten en los corajes que las caracterizan. En los enfrentamientos sordos y escandalosos.

Y entre la avaricia de los cientos de millones de pesos que les entregan las autoridades electorales para actividades ordinarias, específicas o para la etapa de proselitismo, que igual hace pelear a Merary Villegas, a Jesús Estrada Ferreiro, a Graciela Domínguez, a Guillermo Benitez, a Imelda Castro y otros tantos actores que presiden corrientes como Mario Delgado, directivo nacional, de quien se afirma se lleva la mayor tajada.

¿Podrá sacar en limpio las elecciones Madueña en a UAS?

Jesús Madueña Molina, tiene la consigna como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa de sacar en limpio la elección para renovar direcciones de 30 escuelas y facultades para las que ya hay convocatoria.

Está obligado a resolverlo asi, en un momento crucial al contar con nuevos aliados en la autoridad sinaloense, que quieren intervenir de una manera u otra en estos sucesos.

Por el lado de la clase trabajadora, el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la UAS, Sección Académicos, maestro en ciencias José Carlos Aceves Tamayo, advierte que por el origen universitario del gobernador electo Rubén Rocha Moya, el respeto a la casa de estudios y las relaciones, deberán ser de coordinación.

Es decir, no de sumisión sino de colaboración.

Con el triunfo a espaldas del seis de junio que todavía festeja, Rubén Rocha Moya se dispone a gobernar Sinaloa a partir del primero de noviembre, pero lo que le espera por recorrer de frente lo hará con un Movimiento de Regeneración Nacional, desarticulado. En medio de odios, la división de los grupúsculos y del dinero que se pelean los cabecillas al convertirse en el organismo más cotizado.

El que más cargos logró en las últimas elecciones.

El propio gobernador electo, probó los tragos de la amargura que suelen ofrecer aquellos que se creen militantes puros, que en realidad no existen porque fueron producto de un accidente electoral.

Antes del 2018, los facciosos que se desprendieron del vetusto y nefasto Partido de la Revolución Democrática para unirse en retazos a Morena, expulsaron a su líder estatal, genuino personaje de izquierda y activista social, Jaime Palacios Barreda. Aunque igual hubo sumas priistas y panistas.

Desde entonces, el morenismo quedó descabezado y sigue como barco a la deriva.

En los recientes procesos electorales, sus candidatos tuvieron a un electorado unido que en masa los sacó adelante. Sin embargo, para el ejercicio de gobierno que se avecina, requiere de un partido que lo sostenga y que lo impulse, misión que se antoja imposible.

El mandatario que arrasó con más de 624 mil sufragios y que se prepara para asumir el poder en 42 días, comprobó lo difícil que es lidiar con los segmentos al interior de Morena, que actúan como células delictivas. Que hoy demandan puestos.

En sus inicios, cuando desde arriba le dieron luz verde para construir su candidatura -desde hace tres años-, intentó crear el andamiaje que obviamente dentro de Movimiento de Regeneración Nacional, y lo paralizaron.

No pudo poner en la directiva a su amigo del alma y hoy Superdelegado de Programas Federales Juan de Dios Gámez. Se lo quemaron con fuego amigo que se entrecruzó por todos los flancos.

Y auto estableció una tregua.

Luego trajo a la panista Alma Alcaraz y tampoco. Se la “molonquearon” en forma despiadada y grotesca.

De avanzada porque los tiempos electorales estaban encima, desde la ciudad de México, enviaron a Carol Arriaga y arribó para adornar el escenario. No quiso ni la dejaron hacer mucho.

A la fecha, va y viene Américo Villarreal como representante del Comité Ejecutivo Nacional de los morenistas, como mero turista de placer, empero, no hay señales de apertura de un proceso para la nominación de dirigencia.

Entre las “tribus” no existe ni la idea de ello. Se baten en los corajes que las caracterizan. En los enfrentamientos sordos y escandalosos.

Y entre la avaricia de los cientos de millones de pesos que les entregan las autoridades electorales para actividades ordinarias, específicas o para la etapa de proselitismo, que igual hace pelear a Merary Villegas, a Jesús Estrada Ferreiro, a Graciela Domínguez, a Guillermo Benitez, a Imelda Castro y otros tantos actores que presiden corrientes como Mario Delgado, directivo nacional, de quien se afirma se lleva la mayor tajada.

¿Podrá sacar en limpio las elecciones Madueña en a UAS?

Jesús Madueña Molina, tiene la consigna como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa de sacar en limpio la elección para renovar direcciones de 30 escuelas y facultades para las que ya hay convocatoria.

Está obligado a resolverlo asi, en un momento crucial al contar con nuevos aliados en la autoridad sinaloense, que quieren intervenir de una manera u otra en estos sucesos.

Por el lado de la clase trabajadora, el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la UAS, Sección Académicos, maestro en ciencias José Carlos Aceves Tamayo, advierte que por el origen universitario del gobernador electo Rubén Rocha Moya, el respeto a la casa de estudios y las relaciones, deberán ser de coordinación.

Es decir, no de sumisión sino de colaboración.