Manso, pero frustrado al saber que no tiene el fuero que lo escudó durante los últimos meses, el ex alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro reapareció y antes de que las investigaciones del Ministerio Público local le dejen caer todo el peso de la ley por mano de un juez si le comprueban la comisión de delitos, pidió que al gobernador Rubén Rocha Moya, “Dios lo perdone”. Abiertamente insistió en echar culpas.
De cualquier manera, aunque quiso ser prudente, el ex edil insinuó con ese tono de la frase, que el mandatario es el causante de todos los males que le pasan.
¿Realmente no partió hacia una ciudad de Estados Unidos de Norteamérica para evadir la acción de la justicia?
¿Por qué no asistió al Congreso del Estado para estar frente a frente de la Fiscal General del Estado, Sara Bruna Quiñónez?
La sospecha lo envolvió desde que denunció cargar con un atroz miedo de que lo apresaran los policías sinaloenses y telefónicamente admitió que por eso cruzó la frontera hacia San Diego, California.
Como no es de lo que muestran valentía y temple, porque su modo de gritar y lanzarse contra los débiles lo dibujó como lo contrario, tal vez que ex munícipe, regresó porque trae en la bolsa un salvoconducto.
La treta de que atravesó por aire la norteña línea fronteriza desde la Ciudad de México para vacunarse contra el Covid-19 en compañía de su esposa, nadie se la cree como para retornar tan rozagante, después de que antes del viernes del desafuero se le vio muy acabado.
Siempre estuvo consciente de que si se le configuraban ilícitos en su contra de carácter penal, en territorio de EU sería más vulnerable. Fácil para los cuerpos de policía, capturarlo y traerlo a México.
No pudo sustraerse a la actuación de los agentes el mismo ex Secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos.
¿Entonces a que le tiraba?
¿A ofrecerse como testigo protegido con la DEA, tras señalar tiempo atrás que revelaría cómo o con el apoyo de quien ganó la gubernatura el oriundo de Batequitas, Badiraguato?
A quien amenazó recientemente también de imputarle conductas de Delincuencia Organizada.
Ya el Ejecutivo estatal le recomendó que no se ponga nervioso y enfrente las consecuencias.
El ofrecimiento público, de que platicará con Jesús Estrada Ferreiro si lo busca, abrió igualmente una rendija de protección, que podría ser el inicio de que no pasará nada más.
De que lo que se quiso siempre es “sacar al buey de la barranca” y eso ya se logró.
Y de que sin inmunidad, no hará más daño a nadie porque solamente era “Diablo donde no hay cruces”.
Florentino Castro, mercenario del trabajo sucio.
El priista Florentino Castro, de los tantos que se colaron al Gobierno Federal de Morena, y al que se afirma que le pegó en la frente con el mouse de una computadora Jesús Vizcarra Calderón, por tantas mentiras que le echó como asesor de su campaña a la gubernatura que perdió contra Mario López Valdez en el año 2010, es el “cerebro” de Mejoredu, y a la postre, el verdugo de millones de maestros del país a los que les modificarán el calendario escolar de horas clases y responsabilidades.
Entre quienes ya empezó a alborotar la bitachera y como quiere lucirse con las principales figuras del morenismo en el poder, hoy comparte que la los profesores son los que menos trabajan y más cobran.
De entrada les reducirán a casi nada, a través de este organismo, los periodos vacacionales y los someterán a un proceso meticuloso de enseñanza y preparación. A que se actualicen a fuerzas si es que no lo querían.
En las aulas de clases de los diferentes centros y niveles de enseñanza, causa escozor la medida, que desatará tempestades con el argumento de que no se les consultó a fondo.
Sin embargo, aquellos que le cobran afrentes solo al morenismo, deberán reconocer que los del Partido Revolucionario Institucional, como Florentino Castro, son de los mercenarios que realizan el trabajo sucio, a cambio de unas monedas.
