/ martes 29 de enero de 2019

Quirino… ¡Torero!

Lo que parecía el gran suceso político, la gira por Sinaloa de AMLO con algún anuncio estratégico, dando los grandes capotazos para satisfacer al populacho y elevar su clientela política, de pronto, por obra de él mismo, se transformó y lo más sobresaliente de su gira fue que le colocó la estrella política a Quirino Ordaz Coppel, como uno de los gobernadores más sobresalientes del país, según palabras del presidente de la república.

Algo inusitado, quizá nunca visto en Sinaloa en los últimos 50 años (por lo menos por mí, que ya soy un viejo), que un presidente de la república se deshiciera en elogios, reconocimientos y espaldarazos al gobernador de Sinaloa, como ocurrió en la gira de López Obrador el fin de semana que recién concluyó, como si Quirino Ordaz fuera en ella el personaje principal.

En todo momento y lugar el gobernador fue elogiado y respaldado por el presidente, y donde se dio alguna “chifleta” en su contra, el primer mandatario fue contundente y hasta grosero, como cuando dijo “recorriendo el estado con el gobernador Quirino… Ordaz, que es un buen gobernante, un hombre responsable y si no les gusta, no me importa… yo siempre digo lo que pienso… mi pecho no es bodega”.

Y este caudal de elogios del presidente al gobernador quizá no viene de la relación de julio para acá, cuando ganó MORENA las elecciones prácticamente en todo el país y el propio Andrés Manuel fue arropado abrumadoramente por el electorado para ocupar la presidencia, porque ni modo que digamos que las relaciones entre el gobernador de Sinaloa y MORENA, los diputados y los propios presidentes municipales han sido tersas, afables y constructivas, más bien pareciera un intento de ajuste de cuentas y malos tratos, que parece ahora culminan con este espaldarazo al gobernador, que parece pone las cosas en claro y también quién manda.

Se puede decir que esta ha sido la peor derrota de MORENA, la desfiguración de su militancia y la frustración de sus liderazgos, so pena que ahora digan que han descubierto, como se los hizo ver AMLO, las bondades políticas del gobernador.

También se constata el respaldo social con que cuenta el presidente de la república y que aún no disminuye en los casi dos meses de ejercicio que lleva en el gobierno.

Como se deduce igualmente que la militancia y los liderazgos de MORENA ahora van a sufrir aún más por el no reconocimiento de su trabajo, el menosprecio a su organización e incluso el caudillismo de AMLO que prácticamente avasalló a todos desde senadores, diputados federales, presidentes municipales y diputados locales, para enaltecer la figura de Quirino Ordaz.

Por lo que la pregunta sigue en el aire ¿De dónde viene esa relación presidente – gobernador de tanto afecto político? Ni modo que se deba a que se ha programado una gran inversión del gobierno federal, todo lo contrario, esta disminuyó. O que la política agropecuaria y pesquera mejora la economía del sector agropecuario con los precios de garantía de los principales granos, tampoco ¿A qué se debe entonces?

Seguramente existe algo mucho más profundo e intangible a los ojos de todos en esa relación entre gobernantes, pero lo cierto al final del día, quizá sin proponérselo y sin script, el gobernador partió plaza, corto oreja, rabo y dio la vuelta al ruedo, colocándose, políticamente hablando, en los hombros del presidente. Ojalá sea para bien.

Lo que parecía el gran suceso político, la gira por Sinaloa de AMLO con algún anuncio estratégico, dando los grandes capotazos para satisfacer al populacho y elevar su clientela política, de pronto, por obra de él mismo, se transformó y lo más sobresaliente de su gira fue que le colocó la estrella política a Quirino Ordaz Coppel, como uno de los gobernadores más sobresalientes del país, según palabras del presidente de la república.

Algo inusitado, quizá nunca visto en Sinaloa en los últimos 50 años (por lo menos por mí, que ya soy un viejo), que un presidente de la república se deshiciera en elogios, reconocimientos y espaldarazos al gobernador de Sinaloa, como ocurrió en la gira de López Obrador el fin de semana que recién concluyó, como si Quirino Ordaz fuera en ella el personaje principal.

En todo momento y lugar el gobernador fue elogiado y respaldado por el presidente, y donde se dio alguna “chifleta” en su contra, el primer mandatario fue contundente y hasta grosero, como cuando dijo “recorriendo el estado con el gobernador Quirino… Ordaz, que es un buen gobernante, un hombre responsable y si no les gusta, no me importa… yo siempre digo lo que pienso… mi pecho no es bodega”.

Y este caudal de elogios del presidente al gobernador quizá no viene de la relación de julio para acá, cuando ganó MORENA las elecciones prácticamente en todo el país y el propio Andrés Manuel fue arropado abrumadoramente por el electorado para ocupar la presidencia, porque ni modo que digamos que las relaciones entre el gobernador de Sinaloa y MORENA, los diputados y los propios presidentes municipales han sido tersas, afables y constructivas, más bien pareciera un intento de ajuste de cuentas y malos tratos, que parece ahora culminan con este espaldarazo al gobernador, que parece pone las cosas en claro y también quién manda.

Se puede decir que esta ha sido la peor derrota de MORENA, la desfiguración de su militancia y la frustración de sus liderazgos, so pena que ahora digan que han descubierto, como se los hizo ver AMLO, las bondades políticas del gobernador.

También se constata el respaldo social con que cuenta el presidente de la república y que aún no disminuye en los casi dos meses de ejercicio que lleva en el gobierno.

Como se deduce igualmente que la militancia y los liderazgos de MORENA ahora van a sufrir aún más por el no reconocimiento de su trabajo, el menosprecio a su organización e incluso el caudillismo de AMLO que prácticamente avasalló a todos desde senadores, diputados federales, presidentes municipales y diputados locales, para enaltecer la figura de Quirino Ordaz.

Por lo que la pregunta sigue en el aire ¿De dónde viene esa relación presidente – gobernador de tanto afecto político? Ni modo que se deba a que se ha programado una gran inversión del gobierno federal, todo lo contrario, esta disminuyó. O que la política agropecuaria y pesquera mejora la economía del sector agropecuario con los precios de garantía de los principales granos, tampoco ¿A qué se debe entonces?

Seguramente existe algo mucho más profundo e intangible a los ojos de todos en esa relación entre gobernantes, pero lo cierto al final del día, quizá sin proponérselo y sin script, el gobernador partió plaza, corto oreja, rabo y dio la vuelta al ruedo, colocándose, políticamente hablando, en los hombros del presidente. Ojalá sea para bien.